El doble riesgo de las mujeres periodistas

En su reciente informe de la CIDH, refleja el peligro al que se enfrentan las comunicadoras de nuestro país por violencia de género

Las mujeres periodistas corren un doble riesgo ante la violencia: tanto por ejercer su profesión como por su género

“Hay una serie de riesgos específicos adicionales que enfrentan y además desafían obviamente estereotipos machistas que reprueban la participación de las mujeres en los espacios públicos”, señaló ayer Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En la presentación del informe temático “Mujeres periodistas y libertad de Expresión. Discriminación y violencia basada en el género contra las mujeres periodistas en el ejercicio de su profesión”, Edison dijo que la discriminación que sufren también limita su desarrollo profesional.

El informe, elaborado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, analiza la situación de las mujeres periodistas en la región y examina las obligaciones de los gobiernos y del sector privado en la eliminación de los principales obstáculos que enfrentan en su ejercicio de la libertad de expresión.

“En este sentido creo que el informe tiene un valor único en la región y a nivel global. Me decían que no había informe hasta ahora de un organismo internacional que adoptara muchas de estas cuestiones y las plasmara en un informe integral con recomendaciones hacia organismos y actores que perpetúan o facilitan este tipo de discriminación”, dijo.

Las periodistas indígenas, afrodescendientes y con otros tipos de vulnerabilidad sufren hasta una triple discriminación y muchas veces su situación está invisibilizada porque no se animan hablar de que existe discriminación en esos lugares al pensar que es una forma de debilitar su lucha.

“Muchas de las periodistas de los pueblos originarios, de los pueblos indígenas nos decían: miren, a mí no me dejan entrar a discutir en las ruedas que hacen en la radio, en los temas de interés de la comunidad políticos, sociales, de manejo y participación y me ponen a hacer las actividades de producción, de traer el café”

De acuerdo con el informe, algunas de las manifestaciones de violencia más comunes que enfrentan las mujeres periodistas son el asesinato, la violación sexual en represalia por su trabajo, el abuso sexual cuando están en cautiverio o bajo detención o violencia sexual por parte de turbas contra las que cubren actos públicos.

Mientras que además de estar más expuestas a ataques en línea que sus colegas hombres también han sufrido un incremento de los insultos, acoso y hostigamiento. Entre las formas en las que suelen ser agredidas están el monitoreo y acecho, la publicación de datos personales, el trolling y el desprestigio.

En vista de esto, la CIDH emitió una serie de recomendaciones, tanto a autoridades como a los medios de comunicación, plataformas en línea y a la sociedad civil en un contexto donde periodistas mexicanas han denunciado ser víctimas de violencia de género y acoso sexual en redes sociales con el hashtag #MeToo.

Entre las recomendaciones emitidas está expresar su apoyo público a la importancia de su labor y condenar los actos de violencia y discriminación.

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