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Del Cetram a Ensenada

La empresa española Inveravante avanza con la obra del paradero en el Cetram Chapultepec y simultáneamente tramita permiso para explotar un complejo turístico en Ensenada, Baja California.

A la vez, el Gobierno de la Ciudad de México cabildea el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para poder construir la torre de 50 pisos que incluye el proyecto del Cetram Chapultepec.

500
millones de pesos la inversión aproximada para la obra, a realizarse en varias etapas
La oposición vecinal aplica para el Cetram la misma vía usada en el Corredor Cultural: recurrir a los juzgados y al activismo para informar a los colonos impactados
La empresa Inveravante Crecentia solicitó ante la Dirección General de Puertos la concesión para construir y operar la marina turística artificial en Ensenada
Para el Cetram Chapultepec aún no se liberan los permisos del INAH; la directora María Teresa Franco comentó que protegerá la histórica Fuente de Belén y la vista del Castillo de Chapultepec

La empresa española Inveravante avanza con la obra del paradero en el Cetram Chapultepec y simultáneamente tramita permiso para explotar un complejo turístico en Ensenada, Baja California.

A la vez, el Gobierno de la Ciudad de México cabildea el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para poder construir la torre de 50 pisos que incluye el proyecto del Cetram Chapultepec.

En la capital del país, María Gema García Díaz, representante legal de Inveravante Crecentia mantiene reuniones con dependencias de la administración local para que se le notifique cuando lleguen los permisos del INAH e INBA, y así proceder con los planes de levantar un gran centro intermodal de transportes que incluye hoteles, oficinas y zonas comerciales.

Los opositores al proyecto de construir la gran torre en Chapultepec, los mismos que echaron abajo el Corredor Cultural Chapultepec (CCC), mantienen bajo lupa los trabajos con maquinarias que ya se realizan en la zona para el paradero y los movimientos legales que se registren en juzgados, a fin de ubicar los amparos ya presentados contra el Cetram.

Dichos instrumentos legales, la oposiciones vecinal y el activismo en contra del proyecto que ha mantenido Morena, el partido con mayor presencia política en la capital, mantienen en vilo el avance de las obras.

Fundamentalmente porque aún no se liberan los permisos del INAH, cuya directora, María Teresa Franco, comentó que protegerá la histórica Fuente de Belén y la vista del Castillo de Chapultepec.

Aunque las dependencias capitalinas directamente involucradas son la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), que encabeza Felipe de Jesús Gutiérrez, y ProCDMX, que lidera Simón Levy Dabah, la negociación está al más alto nivel del Gobierno de la Ciudad de México y del Gobierno federal.

En espera de los permisos, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda decidió iniciar con los trabajos de construcción del paradero que no requieren de ninguna autorización federal.

Hasta septiembre, aproximadamente, se rehabilitará el paradero provisional en avenida Veracruz y entrará en funciones el habilitado en Antonio de los Santos en miras de construir el nuevo.

Todas estas acciones se proyectan en dos años y una vez que estén en marcha, arrancarán la obra más ambiciosa, la torre de 50 niveles.

La Marina en proyecto

Mientras se destraban los permisos respectivos, la firma española Inveravante, de Manuel Jorve, aterriza otro proyecto igual de ambicioso en Ensenada, Baja California.

Hace año y medio, Inveravante y la misma representante que cabildea con las autoridades capitalinas, María Gema García Díaz, resultaron beneficiados por el Gobierno federal a través de Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, quien les otorgó un título de concesión para la construcción, operación y explotación de una marina turística nacional.

En una zona marítima de un millón 120 mil metros cuadrados, la firma del empresario Jorve proyecta una marina artificial para embarcaciones de pesca y actividades recreativas, para lo cual se autorizaron los títulos de concesión DGZF-599/11, DGZF-598/11 y DGZF-600/11.

El negocio se viene gestando desde el año 2011, mediante escritos de fechas 15 de diciembre de 2011, 26 de marzo y 18 de octubre de 2012, así como 4 de junio de 2013.

La empresa Inveravante Crecentia solicitó ante la Dirección General de Puertos la concesión para construir y operar la marina turística artificial para recibir y contener las embarcaciones de pesca y recreo pertenecientes al proyecto Marinazul Golf & Resort, en el municipio de Ensenada, Baja California.

En su calidad de concesionaria se le responsabilizó de cualquier daños que con motivo de la construcción, operación y explotación de la Marina Turística Artificial de uso particular le pueda ocasionar al ambiente marino, encontrándose obligada a restaurar en caso de daño al equilibrio.

Toda esa área en la que planean detonar la marina artificial está seccionada para el desarrollo de un área de muelles y otra de rellenos para “desarrollos futuros”.

“La obra se realizará en varias etapas, con una inversión aproximada de 500 millones de pesos”, precisa el documento.

Repiten fórmula en Chapultepec

Después de la experiencia del Corredor Cultural Chapultepec (CCC), que se pretendía construir en la avenida del mismo nombre, el gobierno capitalino pretende aplicar la misma fórmula unos metros más adelante, en el Cetram, y ha encontrado el mismo rechazo vecinal.

La coinversión para la construcción del Cetram Chapultepec, en términos del título de concesión, se instrumentó a través del contrato de fideicomiso en donde la paraestatal del gobierno capitalino ProCDMX aportó el título de concesión, y el inversionista ganador aportó los recursos para aterrizar el proyecto.

La oposición vecinal, por su parte, aplica la misma fórmula: recurrir a los juzgados y al activismo para informar a los colonos impactados por la obra.

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