El mercado de la contaminación

En el mundo se puede invertir en todo, hasta en contaminación. Y es que el mercado del carbono se abre como una posibilidad económica para los países en vías de desarrollo.

 

1.67%
del total de los gases carbonados que son lanzados a la atmósfera son emitidos por México
Si una empresa emite un millón de toneladas de CO2 al ambiente, puede neutralizar sus emisiones protegiendo un bosque que absorba ese millón de toneladas de CO2” 
Aquilino Vázquez GarcíaDirector del Seminario de Derecho Ambiental
de la Facultad de Derecho de la UNAM

En el mundo se puede invertir en todo, hasta en contaminación. Y es que el mercado del carbono se abre como una posibilidad económica para los países en vías de desarrollo.

 

En agosto de este año, México presentó un programa piloto como parte de su inclusión en este sistema de comercio, con el cual se busca que las empresas del sector privado reduzcan sus emisiones de efecto invernadero.

 

El mercado del carbono es un modelo propuesto en 1993 por la economista argentina Graciela Chichilnisky.

 

El objetivo principal es mitigar la generación de gases invernadero y beneficiar económicamente a las empresas que no emiten o disminuyen sus gases contaminantes, y cobrar a las que emiten CO2 más de lo permitido.

 

En México, a partir de la promulgación de la Ley de Cambio Climático, en el 2012, se estableció como meta oficial del Gobierno federal la reducción del 30 por ciento de emisiones de CO2 para el año 2020, y se trazó un plan para bajar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero al 50 por ciento para el año 2050.

 

Eso ha hecho que decenas de empresas vendan su participación no contaminante en la industria a las compañías de cualquier parte del mundo, que no pueden disminuir sus niveles de contaminación.

 

Una de las empresas mexicanas con más participación en este proyecto es Plataforma Mexicana de Carbono MéxiCO2, la cual trabaja en el desarrollo de mercados ambientales para que nuestro país transite hacia una economía baja en carbono generando utilidades para las empresas que no contaminan. 

 

La plataforma inició en noviembre del 2013 y en menos de un año ya había intercambiado 50 mil bonos.

 

Eduardo Piquero, director de la empresa, explicó que su misión es ayudar al combate del cambio climático mediante el impulso al mercado del carbono, sobre todo en un país como México, que se ubica como uno de los principales emisores de Gases de Efecto Invernadero en toda Latinoamérica.

 

De acuerdo a un estudio del World Resources Institute, México es uno de los países en vías de desarrollo que más aporta a la contaminación global con emisiones de CO2, las que alcanzan el 1.67 por ciento del total de los gases carbonados que son lanzados a la atmósfera.

 

Los únicos dos países en desarrollo que se encuentran por encima de México, en emisión de Gases de Efecto Invernadero, son Brasil, con el 2.4 por ciento de aportación a la contaminación global e Indonesia con el 1.76 por ciento.

 

Japón se encuentra entre los países más contaminantes con CO2 al aportar el 3.11 por ciento, por lo que ya ha volteado a ver a empresas mexicanas para comprar bonos de carbón.

 

Pero México no es el primer país de América Latina que intenta colocar en el mercado de las inversiones estos bonos. Perú ha innovado en ese sentido.

 

Desde el 2013 el gobierno de ese país ha colocado Certificados de Emisiones Reducidas, los llamados CER, de manera tan exitosa que se hizo de 4 millones de dólares al vender a las empresas Pacífico Seguros y Walt Disney Company, su derecho a emitir 537 mil toneladas de Gases de Efecto Invernadero.

 

¿Cómo funciona?

 

>> La venta de los bonos de carbono puede ser de manera voluntaria, o de manera obligada, a través de la puesta en oferta de los Certificados de Emisiones Reducidas (CER) en las bolsas de valores

 

>> Los certificados se venden al mejor postor, para aquellas empresas y gobiernos que necesiten reducir su impacto ambiental para cumplir con el Protocolo de Kioto

 

>> Un CER equivale al derecho a emitir una tonelada de CO2 al aire

 

Bonos al alza

 

Aquilino Vázquez García, director del Seminario de Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho de la UNAM y presidente de Liga Mundial de Abogados Ambientalistas, explicó que “bonos de carbono” es el nombre genérico con el que se denomina a una serie de instrumentos económicos y de mercado, creados para reducir las emisiones de gases de invernadero.

 

El sistema es simple, indicó.

 

“Si una empresa emite un millón de toneladas de CO2 al ambiente, puede neutralizar sus emisiones protegiendo un bosque que absorba ese millón de toneladas de CO2, esto mediante el financiamiento de energías limpias de empresas en países en vías de desarrollo, que con ello dejarán de emitir el equivalente al millón de toneladas CO2 emitidas por la empresa financiadora”.

 

La forma en la que los CER son comercializados, es mediante el financiamiento de países o sus empresas contaminantes a proyectos de reducción de emisiones en los países en subdesarrollo.

 

Esto, con el fin de compensar el volumen de emisión de dióxido de carbono que se hace en el proceso industrial de los propios países desarrollados.

 

Un CER equivale al derecho a emitir una tonelada de CO2 al aire, y al cierre de esta edición se cotizaba en el rengo de entre 5.47 y 5.86 dólares cada certificado, lo que representa un valor altamente rentable.

 

La bolsa mundial que maneja mayor cantidad de volúmenes de CER es la Chicago Climate Exchange, donde actualmente son más de 388 las empresas que participan vendiendo su derecho a contaminar, mismas que han encontrado un nicho de compra a sus ofertas en las empresas de los países industrializados, principalmente de EU, Japón y de la Unión Europea.

 

Esfuerzos verdes

 

Con la Ley de General de Cambio Climático en México el interés en el mercado de los bonos de carbono ha crecido en forma considerable.

 

Y es que de acuerdo al subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Rodolfo Lacy Tamayo, el Gobierno federal cuenta con más de 100 millones de pesos en el Fondo de Cambio Climático, que servirá para impulsar el mercado de bonos de carbono.

 

Además, la Semarnat ha tomado la determinación de obligar a por lo menos 6 mil empresas mexicanas de diversos sectores industriales –que en conjunto emiten al aire más de 25 mil toneladas de dióxido de carbono al año– a que declaren ante la autoridad federal sobre su generación de gases contaminantes.

 

Con esa disposición, todas las empresas contaminantes tendrán permiso para la emisión de Gases de Efecto Invernadero, pero solo será por el 90 por ciento del límite permisible.

 

Mercado para todos

 

Al mercado de la compra y venta de los bonos verdes también están entrando grupos de comunidades indígenas, que ven en la posibilidad de vender certificados de no contaminación a grandes corporativos.

 

De acuerdo a la organización Iniciativa es México, cinco grupos indígenas del estado de Oaxaca han podido vender certificados por 78 mil 821 toneladas de CO2 a empresas contaminantes.

 

Esta venta les ha representado una utilidad de 6.7 millones de pesos, con lo que se han generado 29 mil 394 jornales de empleo temporal, mismos que han logrado restaurar 2 mil 526 hectáreas de bosques.

 

La rehabilitación de las 2 mil 526 hectáreas de bosque en Oaxaca, logradas con la venta de CER, permiten que esa reserva ecológica amortigüe el impacto ambiental que en alguna parte del mundo hacen las empresas que compraron el derecho a la generación de 78 mil 821 toneladas de CO2.

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