La idea de que este 16 de octubre se conmemore el Día Mundial de la Alimentación es para que la gente tome conciencia de un consumo responsable

Consumo responsable por la nutrición y el planeta

La sociedad tiene que ir hacia la búsqueda de dietas sostenibles con las que además de cumplir con los parámetros de nutrición establecidos, se piense en el planeta y en el bienestar de toda la cadena de valor

La idea de que este 16 de octubre se conmemore el Día Mundial de la Alimentación es para que la gente tome conciencia de un consumo responsable, no solo para bien de su salud, sino para el bien de todo el planeta, afirma el doctor Guillermo Arteaga Mac Kinney, profesor de la Universidad de Sonora.

“El día mundial de la alimentación es una fecha que conmemora la FAO anualmente y busca que la sociedad en su conjunto reflexione acerca de la importancia que tienen los alimentos tanto para la salud como para la parte social y la económica, y en este año por primera vez se focaliza en la parte ambiental en un contexto holístico, que se ha puesto de moda, que es la sostenibilidad”, detalla el especialista.

Considera que la sociedad tiene que ir hacia la búsqueda de dietas sostenibles en el que además de cumplir con los parámetros de nutrición establecidos, se piense en el consumo responsable que prevea una buena fuente de ingresos económicos para los productores y en general para toda la cadena de valor.

Otro punto importante es la disminución del desperdicio en nuestras casas. Más allá de que tengamos los recursos económicos para comprar comida, hay que pensar que para que llegue a nuestros hogares hubo inversión en su producción y traslado, que se suman al desperdicio.

“Creo que en todas nuestras casas generamos desperdicio. En unas casas más, en unos ambientes menos. Yo creo que en general a nivel consumidor podemos como estrategia buscar minimizar este desperdicio de alimentos, el consumismo de la sociedad actual muchas veces de alguna manera nos lleva a eso, de comprar un alimento en exceso que al final se nos echa a perder.

“Tal como lo compramos se va a la basura. Alguien podría decir que tiene ese dinero, alguien podría justificarse que ‘yo lo pagué’ pero creo que es cambiar el chip”, afirma Arteaga MacKinney.

Recuerda que el desperdicio de frutas y verduras genera gases de efecto invernadero que dañan el medio ambiente.

“Creo que podríamos tener más conciencia de realmente buscar minimizar el desperdicio ya que, de acuerdo con datos internacionales, más o menos en toda la cadena de valor estamos hablando del 30 por ciento de desperdicio”, sentencia.

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