Cancelaciones, lodo, lluvia y desinterés por los asistentes; así se vivió el día 2 Force Fest 2018

La gente de Summa Inferno aseguró que las condiciones climatológicas y la actitud de Slayer generaron la mayoría de las cancelaciones

Si durante la jornada del sábado el Force Fest ya había dejado ver algunas de sus deficiencias, lo que ocurrió la noche del domingo puso de manifiesto que la organización estaba muy atrasada para la elaboración de este espectáculo.

De las cuatro bandas estelares que cerrarían el festival en el campo de golf de Teotihuacán, tres cancelaron. Presuntamente, por motivo del clima. Grupos como Rob Zombie, Lamb of God, Testament y Exodus no subieron al escenario; algunos ni siquiera se pararon en el lugar.

El Force Fest vendió un cartel repleto de grandes nombres, sin embargo, uno a uno se fueron cayendo. Sólo Slayer se mantuvo para salvar la noche y apaciguar un poco, con su implacable thrash metal, los ánimos de los asistentes.

Los gritos de “fraude, fraude, fraude”, acompañado de reclamos y mentadas de madre fueron la constante en el escenario principal.

Ante las cancelaciones de varios pesos pesados, Danzig entraría al quite para tocar antes que Slayer. Pero la banda nunca salió a tocar.

De acuerdo con la página de Facebook de Suma Inferno, Danzig no saltó al escenario por la necedad de Slayer.

“La banda está en México y estaba lista para tocar en #ForceFest2018. Sin embargo, Slayer decidió de manera unilateral que no dejarían tocar a la banda porque ellos querían tocar primero, a pesar de que Danzig tenía un vuelo al que debía llegar”, escribió uno de los medios digitales que más difusión le dio al festival, Summa Inferno.

Incluso compartieron un post del manager Bruce Miyagi, en el que explica porque Danzig no tocó en el Force.

Sea cual sea la verdad, la verdadera pregunta es qué prisa tenía Slayer por tocar su último concierto en México y abandonar el lugar.

La lluvia y el lodo sólo acrecentaron la molestia de los asistentes. Justo cuando Slayer estaba por tocar, un aguacero cayó sobre las cabezas de miles de personas que habían pagado para ver también a Rob Zombie y Lamb of God.

La música de Slayer, más la molestia de los asistentes, detonó varios conatos de bronca durante la presentación.

Sin embargo, lo peor estaba por venir, pues para el público intentar de abandonar el lugar rumbo a sus casas fue una total pesadilla.

El terreno enlodado de los estacionamientos provocó que varios coches quedarán atascados durante varios minutos.

Quienes planeaban volver a la Ciudad de México en autobús tampoco tuvieron mejor suerte. Se supone que la empresa llevaría a los asistentes hasta el festival y los llevaría de regreso a los distintos puntos de la capital.

Sin embargo, en ningún momento llegaron los famosos Force Bus del paquete básico, lo cual dejó varada a una gran cantidad de personas, quienes ante la ansiedad y desesperación de quedarse en medio de la nada, buscaron opciones alternas para salir.

Se entiende que el lodo y la lluvia no es algo que puedan dominar los organizadores, sin embargo, el personal del festival sabía muy poco de éste. No había gente administrando la salida de vehículos o guiando y asesorando a las personas que buscaban el Force Bus.

Aunque el festival presentó a grandes shows como los de Slayer y Anthrax, dejó al descubierto la mala organización y el poco interés que pusieron en el bienestar y sano regreso a casa de miles de personas.

El Force Fest tiene mucho que mejorar si quiere equiparar lo que en años recientes ha logrado el Hell & Heaven.

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