Alertas ambientales: una simulación ante la contaminación en la ZMM

A pesar de que la contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey continuamente rebasa los límites establecidos en el Programa de Respuesta a Contingencias Ambientales, la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de Félix Arratia, no ha declarado ninguna contingencia y solo emite alertas
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
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Las alertas ambientales, emitidas debido a los altos niveles de contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), se han convertido en una simulación.

Félix Arratia, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, se limita a emitir alertas, las cuales suman siete este año, en lugar de declarar una contingencia Fase 1 o Fase 2, respetando el criterio del Programa de Respuesta a Contingencias Ambientales y con ello poder bajar la contaminación hasta en un 50 por ciento en la metrópoli gracias al paro de las actividades industriales y la suspensión de la circulación de automóviles.

Un ejemplo claro de la simulación que representa la emisión de las alertas ambientales ocurrió el pasado 16 de febrero, cuando cinco estaciones del Sistema de Monitoreo Ambiental (SIMA) reportaron que la calidad del aire era extremadamente mala (color morado), y cinco más señalaron mala calidad del aire (color rojo).

Ese día se tenían concentraciones de hasta 336 microgramos por metro cúbico (pg/m3) de partículas PM 10, y hasta 147 microgramos por metro cúbico (pg/m3) por partículas PM 2.5.

Así como 0.250 de dióxido de azufre (SO2) de partes por millón (ppm) y 0.220 de dióxido de nitrógeno (NO 2). Todos estos contaminantes son dañinos para la salud y están relacionados con la incidencia de cáncer de pulmón.

No obstante, la dependencia emitió una simple alerta ambiental para reducir las actividades a la intemperie, así como cualquier tipo de mantenimiento, hidratación de patios de las pedreras, pintura al aire libre o realización de soldaduras.

“Y aquellas generen contaminantes por los cuales se decretó la alerta”, dice el boletín emitido, lo que constituye una medida violatoria a los propios criterios de la Secretaría de Medio Ambiente.

El Programa de Respuesta a Contingencias Ambientales de la dependencia establece que para aplicar la contingencia Fase 1, se tiene que reportar una máxima de 236 microgramos por metro cúbico (pg/m3) y un criterio mínimo de 214 microgramos por metro cúbico (pg/m3) de partículas PM.10.

Mientras que para partículas PM 2.5 se establece un máximo de 148 microgramos por metro cúbico (pg/m3) y un mínimo de 97.4 microgramos por metro cúbico (pg/m3). Evidentemente ese 16 de febrero se rebasaron todos los criterios de contaminación. Sin embargo, la simulación no terminaría con la omisión de no aplicar los criterios del programa de contingencia.

La Secretaría tendría la obligación de establecer una Contingencia Fase 1 por el reporte de muy mala calidad del aire del SIMA, donde se establece un máximo de 214 microgramos por metro cúbico (pg/m3) para partículas de PM10.

Mientras que en el caso de la contaminación por partículas PM 2.5, este sistema de monitoreo establece como muy mala calidad del aire, cuando se registra 79 a 147 microgramos por metro cúbico (pg/m3), pues el mínimo requerido para aplicar una Contingencia Fase 1 establece un registro de 97.4 microgramos por metro cúbico (pg/m3).

Pareciera que este programa funciona a modo para el sector industrial de la ZMM, con el objetivo de evitar un paro de las fuentes fijas, algo que contrasta con lo que sucede en otras entidades, como en la Ciudad de México.

En la capital se aplica la contingencia Fase 2, cuando se cuentan con 200 puntos IMECA que son 221 microgramos de PM10, es decir, los criterios son más severos pues las fuentes fijas reducen sus procesos 40 por ciento.

Hasta paro de automóviles

El Programa de Respuesta a Contingencias Ambientales de la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de Félix Arratia, restringe las actividades de los automóviles, gasolineras y hasta obras públicas, entre otras, en una contingencia Fase 1.

“Restringir la circulación de los automóviles hasta en un 20 por ciento, suspender la operación de las estaciones de servicio de gasolineras en un 20 por ciento”, establece este este programa.

Esto tendría que aplicarse cuando el Sistema de Monitoreo Ambiental (SIMA) reporte muy mala calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM)), donde los valores máximos son de 214 picogramo/metro cúbico (pg/m3) en PM10.

Cuando el SIMA reporte que la contaminación por PM 2.5 es de 147 picogramo/metro cúbico (pg/m3), en ambos valores, se debe aplicar la Contingencia Fase 1. No obstante, en la realidad esto no se aplica.

En lo que va de 2023 no se ha aplicado el criterio de Contingencia Fase 1, mucho menos la Fase 2, a pesar de que se han emitido 7 alertas ambientales, medida que resulta muy laxa para los niveles de contaminación registrados por el SIMA.

“Paro parcial (de fuentes fijas) de actividades tal que permitan reducir sus emisiones al menos en un 50 por ciento de los contaminantes criterios que provocan la contingencia”, dice el apartado en el que se mencionan las medidas para declarar una Contingencia Fase 1.

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