Representantes del PRI y el PAN no dudaron en responsabilizar a García de crear un “clima de persecución” en contra de la oposición del estado. Foto: Especial

Adiós a Ricardo Flores ocurre entre tensiones

La despedida de Ricardo Flores Suárez en el Congreso no estuvo exenta de polémica, pues el antagonismo entre los poderes Ejecutivo y Legislativo fue palpable en el acto

El lunes 1 de agosto, Ricardo Flores Suárez, director jurídico del Congreso de Nuevo León, fue asesinado al exterior de unas canchas de futbol en el municipio de San Nicolás de los Garza.

Su muerte agravó todavía más la desgastada relación que sostienen la administración del gobernador Samuel García y el bloque opositor, conformado por personajes del poder Legislativo emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN).

Aunque el ‘fuego cruzado’ entre ambas facciones comenzó prácticamente a la par del sexenio de García Sepúlveda, el homicidio de Flores Suárez, quien fue diputado federal por Acción Nacional, le otorgó al pleito entre poderes una dimensión sin precedentes.

Abanderando un discurso hostil en contra de la ‘vieja política’, Samuel García no ha tenido reparo en calificar a los legisladores de oposición como sus peores enemigos; incluso, horas antes del asesinato de Ricardo Flores, el emecista afirmó que sin la presencia del PRI y el PAN en la entidad, Nuevo León podría tener el potencial de “convertirse” en Texas.

Escalan acusaciones

Tras la noticia del asesinato de Flores Suárez, y con el antecedente inmediato de las declaraciones del gobernador, representantes del PRI y el PAN no dudaron en responsabilizar a García de crear un “clima de persecución” en contra de cualquier funcionario que se muestre en desacuerdo con su administración.

“Desde aquí culpamos al gobernador por la escala de violencia que se vive en Nuevo León, por la violencia política, por la violencia física (…) Él lo ha manifestado en varias ocasiones: ‘ellos son mis peores enemigos’. Exigimos una vez más que esta persecución se detenga inmediatamente”, exigió Carlos de la Fuente, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local.

El posicionamiento estuvo acompañado por acusaciones de espionaje, acoso y violencia política, todo supuestamente orquestado por la administración de García.

La respuesta del Gobierno estatal a los reclamos de la oposición ha sido prácticamente nula.

Javier Navarro, titular de la Secretaría General de Gobierno, publicó un escueto mensaje en redes sociales en donde lamentaba el suceso, y pedía a la Fiscalía General de Justicia estatal a realizar las investigaciones correspondientes.

En cuanto a las acusaciones de espionaje, el funcionario afirmó que no están interesados en conocer a la oposición más allá de sus horas de trabajo.

“Creo que ven mucha televisión”, ironizó Navarro.

Por su parte, la bancada de Movimiento Ciudadano en el Congreso lamentó públicamente el homicidio de Flores y sólo atinó a pedir que el asunto no se politizara.

Durante la mañana del jueves, todavía sin conocer el móvil o a los responsables directos del crimen, el cuerpo de Flores Suárez fue trasladado al Congreso local para un homenaje póstumo.

“Exigimos a las autoridades que este caso no quede impune, y que los lamentables casos de mucha gente que hemos perdido por la inseguridad tampoco queden impunes; exigimos justicia y un ‘ya basta’ a este clima de violencia que nos arrebata mujeres y hombres buenos”, expresó Lilia Olivares, legisladora del PAN, quien tomó la palabra durante la ceremonia.

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