2023, el año de la transición política en Jalisco

La determinación que tomó el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, absteniéndose de participar en la contienda presidencial y la designación de Pablo Lemus como precandidato naranja por la gubernatura marcaron la vida pública del estado
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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La vida pública de Jalisco durante el año 2023 quedó marcada por la serie de reacomodos que se presentaron al interior del partido Movimiento Ciudadano (MC).

Lo anterior deviene principalmente por el retiro de quien ha fungido como el máximo liderazgo del partido, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, y la ascensión de quien podría sucederlo en ese cargo: Pablo Lemus Navarro, presidente municipal con licencia de Guadalajara.

Al ser MC el instituto que concentra el mayor poder político en el estado, la opinión pública observó con atención las tensiones que surgieron en su seno, particularmente por lo que parece ser el nacimiento de una nueva correlación de fuerzas que consolidaría la guía naranja de Lemus Navarro.

El reacomodo naranja

La reestructura de MC en Jalisco la ocasionaron tres hechos clave a tener en cuenta de cara a las elecciones de 2024: la determinación tomada por el gobernador de no participar en la carrera presidencial; la dura disputa que surgió entre el llamado “Grupo Jalisco” con la dirigencia nacional emecista; y la designación de Pablo Lemus como su precandidato único por la gubernatura estatal.

En este contexto, Enrique Alfaro logró generar expectación sobre la posibilidad de lanzarse como candidato de Movimiento Ciudadano para la Presidencia de la República, al grado de que un sector importante de la “comentocracia” dio por hecho que esto sucedería, pues se le consideraba un paso lógico luego de los momentos de protagonismo nacional que obtuvo en el sexenio al fingir como un contrapeso del presidente Andrés Manuel López Obrador.

No obstante, el 7 de julio de 2023 emitió un mensaje donde confirmó su decisión de no buscar la candidatura por el Ejecutivo federal.

En su posicionamiento, Enrique Alfaro dijo que su único interés político por delante se centraría en concluir de buena manera su gestión al frente de Jalisco.

De ese modo terminó el primer hecho definitorio para el “Grupo Jalisco” de MC y su futuro, en concreto, para el “alfarismo”, que clausuró la posibilidad de expandir su influencia política en la arena nacional, presentándose como un rival directo de la autodenominada Cuarta Transformación.

La disputa

La determinación de Alfaro Ramírez vino acompañada de una disputa con el dirigente nacional de MC, Dante Delgado Rannauro, por la postura aislacionista que asumió el partido al negarse a formar parte de la alianza conformada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.

Incluso, en el mismo mensaje del 7 de julio, el gobernador cuestionó la postura que tomó el partido.

“Sin esas mujeres, sin esos hombres panistas y priistas, no se puede formar un frente opositor en el país, (…) nuestro movimiento no debería haber tomado el camino del aislamiento”, dijo Alfaro Ramírez.

Poco después, el 10 de julio, el mandatario estatal abordó la posibilidad de que, más allá de lo que dijera Delgado Rannauro, él y su “Grupo Jalisco” pudieran apoyar un proyecto político por la Presidencia.

“¿(Que) si yo podría apoyar un proyecto que me convenza, que verdaderamente signifique una alternativa para México, independientemente de quien la encabece, sino por lo que signifique ese proyecto?, la respuesta es absolutamente sí”, mencionó.

Esas declaraciones del gobernante, más las palabras positivas que le dirigió a Xóchitl Gálvez Ruiz, la precandidata presidencial del frente opositor, respecto a que tiene la mejor impresión de ella, indicaron que el “Grupo Jalisco” podría sumarse de facto a esa coalición.

Con esta pugna en pleno vuelo, hacia agosto se percibió la posibilidad del “alfarismo” de crear su propio partido, sobre todo tras las declaraciones de Alfaro Ramírez al ser cuestionado respecto el riesgo de perder la “marca” de MC.

“A nosotros lo que nadie nos va a poder quitar jamás es la marca de que este es un movimiento de mujeres y hombres libres. El resto de las marcas nos tiene sin cuidado; si podemos transitar con esa marca, qué bueno, y si no, pues que les vaya muy bien”, expresó .

En este sentido, tanto Enrique Alfaro como Delgado Rannauro no dieron muestras claras de que superaron su diferendo.

No obstante, esa partida la ganó el dirigente, al imponer su postura aislacionista y excluyendo al “alfarismo” de la conducción nacional del partido.

Punto de inflexión

El tercer hecho de trascendencia para MC en Jalisco fue el proceso interno para definir al que habría de fungir como su candidata o candidato por la gubernatura en 2024, y el cual terminaría por favorecer al tapatío Lemus Navarro.

Por lo anterior, tanto al interior como al exterior de MC quedó claro que la designación de su precandidato marcó un antes y un después para el partido; es decir, todo un punto de inflexión, pues significa la llegada de un nuevo jefe político.

“Hace unos minutos cerré mi ciclo en la política electoral. (…) A partir de mañana entrego la estafeta a quienes se quedan a construir el futuro de nuestro movimiento”, manifestó al respecto Enrique Alfaro.

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