Hasta hace 15 años establecer una relación entre la explotación de arenas petrolíferas en los bosques boreales del norte de Canadá con la constante subida del nivel del mar en Bangladesh podía sonar conspiranoico. Que una artista se dedicara a explorar esos temas tampoco era tan usual.
En 2013 la artista suiza Ursula Biemann (Zúrich, 1955) puso a dialogar esas dos realidades en Deep weather, un videoensayo en el que reflexionaba sobre las consecuencias del extractivismo en la superficie del planeta.
Ese trabajo pionero detonó un efecto “bola de nieve” que ha llevado a la videoasta a sumergirse en territorios remotos del planeta para explorar y registrar en imágenes ecosistemas en riesgo, así como historias que invitan a repensar nuestra relación con la Tierra.
Una selección de cinco videoensayos sobre este tema se pueden ver en la exposición Devenir Tierra, montada en las salas 7 y 8 del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) hasta el 13 de octubre.
De los devastados paisajes boscosos en Canadá a las profundidades del Atlántico en Noruega, pasando por la frondosa selva amazónica de Colombia, las narraciones visuales de Biemann son un despliegue de imágenes poéticas, acompañadas de reflexiones que invitan a hacer conciencia sobre la importancia de la biodiversidad y la crisis climática.
“Mi trabajo incluye mucho material documental, pero no es un documental que se pueda proyectar en televisión. Son videoensayos que tratan de reflexionar sobre el mundo y la sociedad, no se trata sólo de documentar acciones políticas. Siempre empiezo con una idea filosófica y luego voy a ver dónde puedo hacer una conexión con esta idea y empiezo a documentar la micropolítica sobre ese terreno”, dice en entrevista con Reporte Índigo la artista originaria de Zurich, desde donde sigue trabajando.
Su exploración de territorios devastados
Formada como artista en Boston, México y Nueva York hasta graduarse en la carrera de Bellas Artes en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, la videoartista empezó su trayectoria explorando temas de género, globalización y migración. Sin embargo, desde 2010 las consecuencias de las extracciones de recursos en territorios indígenas la empezaron a inquietar y quiso llevar esos cuestionamientos a su práctica artística.
“Estuve dos años desarrollando el primer proyecto porque no estaba segura cómo abordar este nuevo tema. Hasta 2010, 2011 fue cuando empezamos a ser realmente conscientes de que la extracción de recursos era un peligro ecológico enorme y que estaban generando presiones políticas sobre las tierras indígenas”, recuerda.
El resultado fue Deep weather, que invitaba a reflexionar sobre cómo las explotaciones de recursos activan cambios profundos en la ecología planetaria. A partir de ahí empezó el “efecto bola de nieve”: “Empecé a visitar algunos de estos lugares y ocurrieron cosas, como cuando recibí una invitación de un Museo de Michigan que me ofreció una beca para hacer un proyecto artístico sobre este tema. Me dijeron que sería la primera en hacerlo”. Después, diversos curadores de América Latina la han invitado a trabajar en la región.
Entre el razonamiento científico y el mundo espiritual
Uno de sus proyectos más recientes lo hizo en el sur de Colombia, en una comunidad indígena inga, donde documenta la relación del ser humano con la selva. De ahí surgió Forest Mind (2021), una videoinstalación en la que contrapone la visión mecánica sobre los seres vivientes de la ciencia moderna con la dimensión espiritual que los pueblos indígenas experimentan en su entorno natural.
Otra pieza es Devenir Universidad (2019– 2023), que da cuenta de la cocreación de una universidad indígena por esa comunidad inga en conjunto con académicos, historiadores, activistas, botánicos y educadores. El proyecto, donde Ursula Biemann participó como puente entre los dos mundos, es una propuesta de educación biocultural y descolonizada que sigue en gestión.
“Creo que una de las razones por la que tenemos una crisis ecológica en el planeta tiene que ver con el pensamiento racional, científico, que ha tomado a la Tierra como un objeto de investigación, mientras que las culturas indígenas en el Amazonas, por ejemplo, tienen una relación más estrecha con la naturaleza, por lo tanto, no hay riesgo de que la dañen como lo hemos hecho con nuestra tecnología científica, que es un método que estamos enseñando en las principales universidades del mundo”, plantea.
Por eso le interesa que este trabajo llegue a lugares donde se produce conocimiento, como la UNAM, para plantear preguntas en torno a si vale la pena seguir reproduciendo ese “tecno modernismo que intenta controlar la naturaleza o si queremos entablar una conversación más amistosa con ella y ver qué podemos aprender”.
“¿Y usted, a nivel personal, qué ha aprendido de esas experiencias?” se le plantea a la artista que estuvo de visita en México para inaugurar la exposición.
Hace una larga pausa antes de responder: “Todos mis videos son una forma de aprendizaje, nunca ha sido sólo hacer imágenes. Acoustic Ocean es un buen ejemplo. Es un video que hice en el norte de Noruega, donde hay un personaje de ficción, una mujer sami que actúa como bióloga marina, que es como una figura para mediar ciertos conocimientos y encontrar una manera de comunicarse con las especies submarinas”.
“Así que siempre se trata de mejorar nuestra relación con los seres de la naturaleza a través del uso de las tecnologías y escucharlos, en lugar de imponerles siempre las cosas desde fuera. Se trata de escuchar, de una práctica sensorial, de sentir el mundo. He desarrollado una actitud artística diferente con estos temas y en cada uno de esos proyectos me convierto en otra persona”, comparte.
Su trabajo en Ciudad Juárez
Uno de sus primeros trabajos tuvo como escenario Ciudad Juárez, en 1999. Títulado Performing the border, la grabación audiovisual documenta la precariedad en la que viven mujeres migrantes en esa ciudad fronteriza, donde además de trabajar en maquiladoras con sueldos míseros, recurren al trabajo sexual para completar sus ingresos.
La artista
- Artista, escritora y video-ensayista.
- El videoarte de Biemann abordaba al principio temas de género, globalización y movilidad.
- Su práctica artística actual está orientada a la investigación en lugares remotos para reflexionar sobre el cambio climático, las ecologías del petróleo, los bosques y el agua.
- Su trabajo ha sido expuesto en instituciones como la Fundación Tapies en Barcelona, el museo Arnolfini en Bristol (Reino Unido), el San Francisco Art Institute (EUA), entre muchas otras.
- Ha participado en las bienales de Sao Paulo, Gwangju, Shanghai, Bamako, Istanbul, Montreal y Venecia.