Un año para explorar

Profundizar en el conocimiento del universo, del origen de la vida, el descubrimiento de nuevos mundos en el sistema solar con las condiciones adecuadas para albergar vida, misiones tripuladas a Marte, visitas sin precedentes a los llamados “planetas enanos” … está claro que el 2015 es el año de la exploración espacial.

“Estoy segura que en 2015 se verán muchos más descubrimientos en Marte”, dijo a Newsweek Emily Lakdawalla, escritora científica y editora en jefe de The Planetary Society. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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"¿No es emocionante pensar que si la primera revolución industrial fue sobre máquinas, la segunda fue sobre información, la tercera revolución podría ser sobre la vida misma?"
Nina TandonFundadora y CEO de EpiBone

Profundizar en el conocimiento del universo, del origen de la vida, el descubrimiento de nuevos mundos en el sistema solar con las condiciones adecuadas para albergar vida, misiones tripuladas a Marte, visitas sin precedentes a los llamados “planetas enanos” … está claro que el 2015 es el año de la exploración espacial.

“Estoy segura que en 2015 se verán muchos más descubrimientos en Marte”, dijo a Newsweek Emily Lakdawalla, escritora científica y editora en jefe de The Planetary Society. 

Hallazgos que “nos proporcionan una ventana a lo que la antigua Tierra podría haber sido”, agregó Ladwalla, quien aseguró que durante este año habrá siete naves espaciales activas en el planeta rojo, a cuya órbita logró llegar India el pasado mes de septiembre, con su sonda espacial de bajo costo Mangalyaan, también llamada Misión Orbitadora de Marte (MOM) y, por primera vez en la historia, en el primer intento. 

Y es que la tecnología nos permite ser testigo de sucesos que antes se limitaban a los ojos de los científicos. Como dijo Ladwalla: “uno de los cambios más maravillosos que ha tenido la NASA en la última década es la forma que comparten las imágenes con el público. Ahora las personas viajan con estas misiones”. 

El comportamiento del cuerpo humano en condiciones de gravedad cero y los riesgos de la exploración espacial también serán objeto de investigación a partir de marzo de este año, cuando dos astronautas veteranos se embarcarán en una misión a lo largo de un año a bordo de la Estación Espacial Internacional

“El objetivo de su expedición (…) es entender mejor cómo el cuerpo humano reacciona y se adapta a las duras condiciones del espacio”, señaló la NASA en un comunicado. 

“Los datos de la expedición de 12 meses ayudarán a informar sobre las evaluaciones actuales del rendimiento y la salud de la tripulación y determinarán y validarán mejores medidas para reducir los riesgos asociados a la exploración futura a medida que la NASA planea misiones alrededor de la Luna, un asteroide y, en última instancia, Marte”. 

Pero este 2015 es, también, el año de la exploración de tecnologías que permitan estudiar a detalle los órganos del cuerpo humano y, a su vez, desarrollar innovadoras terapias contra padecimientos potencialmente mortales como el cáncer y enfermedades cerebrales, así como descubrir nuevas formas de reconstrucción de tejidos óseos.

Gran Colisionador de Hadrones

Luego de dos años de permanecer apagado por mantenimiento, el más grande acelerador de partículas instalado en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), en Ginebra, Suiza, volverá a funcionar en marzo de este año, con colisiones en 13 billones de electronvoltios, el doble de potencia que tenía hasta ahora. 

“Con este aumento en la energía seremos capaces de crear muchas más partículas masivas que las que pudimos hacer hace tres años”, dijo a The Guardian Dave Charlton, portavoz del experimento Atlas, uno de los principales detectores instalados en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés). 

El LHC, con el que se descubrió el bosón de Higgs en 2013, “es casi como una nueva máquina ahora”, expresó al diario británico Frédérick Bordry, director de aceleradores y tecnología del CERN. 

Si el LHC logra detectar un tipo de partículas llamadas “supersimétricas”, se podría haber hallado la clave para explicar la materia oscura, uno de los mayores enigmas del universo. 

Planetas enanos

“Los cometas están out, los planetas enanos están in”. Así lo afirma la revista científica Nature en un artículo titulado “Qué esperar en 2015”. 

¿La razon? Este año, exploraremos dos nuevas clases de planetas considerados clave para comprender la formación y la evolución del sistema solar: Ceres y Plutón. 

Para marzo de este año, la sonda Dawn de la NASA llegará a Ceres, “el  mayor cuerpo en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter”. Se cree que este planeta enano 

tiene una gran cantidad de agua debido a su baja densidad global, reporta el sitio Space.

“De hecho, Ceres es la mayor reserva de agua en el interior del sistema solar aparte de la Tierra”, dijo Jian-Yang Li, del Instituto de Ciencia Planetaria, en Tucson, Arizona, apuntando que el agua parece representar hasta 40 por ciento del volumen de este cuerpo celeste. 

Para el próximo 14 de julio está programado el mayor acercamiento de la nave New Horizons de la NASA en Plutón. “El encuentro promete la primera mirada íntima a ese mundo rocoso y sus lunas, y los nuevos datos sobre la atmósfera de Plutón”, señala Nature. 

Dawn y New Horizons marcarán “la primera exploración del verdadero sistema solar exterior”, dijo a Newsweek Jonathan McDowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica. 

Cerebro a nano-escala

Elizabeth Nance, doctora en ingeniería química y biomédica de la Universidad John Hopkins,  dirige un equipo de investigadores que está desarrollando nanopartículas que prometen revolucionar los actuales protocolos de tratamiento tras una cirugía de cerebro. 

Se trata de las primeras nanopartículas que pueden penetrar al cerebro de forma profunda, traspasando la llamada barrera hematoencefálica -que bloquea el paso de sustancias nocivas de la sangre al cerebro-, comúnmente conocida como barrera sangre-cerebro, algo que pocos medicamentos pueden lograr. 

Según reportó Forbes, dichas nanopartículas -aproximadamente una milésima del diámetro de cabello humano- tienen el potencial de permitir a los médicos obtener, de forma segura, mayor información y mejores imágenes del cerebro, incluso en recién nacidos. 

Por ahora las nanopartículas están siendo probadas con animales, pero la investigación apunta a tratar, eventualmente, enfermedades cerebrales en humanos como derrame cerebral, autismo y parálisis cerebral, detalló la revista estadounidense. 

EpiBone

Esta startup con sede en Nueva York realiza una investigación sin precedentes: ingeniería de tejido óseo a la medida a partir de células madre del propio paciente para la reconstrucción de huesos lesionados a causa de defectos congénitos, cáncer o traumatismos. 

El trabajo de investigación de EpiBone parte de la premisia de que, “en lugar de pensar el cuerpo como una suma de partes, empezamos a pensar el cuerpo como un ecosistema vivo compuesto de células”, explica Nina Tandon, CEO y cofundadora de la compañía, e ingeniera biomédica de la Universidad de Columbia.  

Y esto significa dejar a un lado la idea de que la única solución de reparar un hueso dañado está en la donación de órganos. 

“La única manera de obtener hueso humano es sacándolo de un humano”. 

Así funciona la tecnología pionera de EpiBone: “tomamos el tejido graso, extraemos células madre de éste, luego diseñamos tejidos vivos de tus propias células para crear injertos óseos”, explicó Tandon en su conferencia de TED de octubre del año pasado. “Se necesitan alrededor de tres semanas a partir de ahora, y los podemos generar en casi cualquier tamaño o forma que queramos. Dado a que están hechos de las propias células del paciente, no hay posibilidad de rechazo.”

La técnica no solo permite una reparación exacta del defecto, sino que simplifica el procedimiento quirúrgico, mejora la formación y regeneración ósea y reduce los tiempos de recuperación del paciente, “sin las complicaciones de la implantación de un cuerpo extraño…”, señala el sitio Web oficial de EpiBone. 

“Las células óseas se rompen y reparan todo el tiempo”, dijo Tandon. 

Los estudios de Tandon actualmente son realizados con animales, pero se espera que para el 2016 se lleven a cabo las primeras pruebas con humanos.

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