Tentados a picarnos

Un gen en los mosquitos conocido como “orco” es el culpable de que la sangre humana sea irresistible para estos insectos, revela un estudio publicado ayer en la revista científica Nature. Este gen está implicado directamente en su proceso olfativo. 

Mediante ingeniería genética, los científicos desarrollaron  mosquitos sin el gen orco. El experimento se realizó con el mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y la fiebre amarilla. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Un gen en los mosquitos conocido como “orco” es el culpable de que la sangre humana sea irresistible para estos insectos, revela un estudio publicado ayer en la revista científica Nature. Este gen está implicado directamente en su proceso olfativo. 

Mediante ingeniería genética, los científicos desarrollaron  mosquitos sin el gen orco. El experimento se realizó con el mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y la fiebre amarilla. 

Encontraron que a diferencia de los mosquitos salvajes, estos insectos mutantes se sintieron igual de atraídos por brazos humanos con y sin repelente con DEET, que es el ingrediente que se utiliza en la mayoría de los repelentes de mosquitos. 

Tampoco lograron discriminar entre el olor corporal de los humanos y el de otros  animales. 

Los hallazgos brindan  herramientas para diseñar nuevos  repelentes contra insectos, que contribuyan a combatir la malaria, el dengue y las plagas agrícolas.

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