Es una comedia policiaca con referencias al cine negro de los años 40 y el cine italiano de comedia sexual de finales de los 60. Foto: Especial

Las pasiones ocultas de los seres humanos se revelarán en la obra “El insólito caso del señor Morton”

En la obra de teatro dirigida por Martín Zapata, un detective investiga un misterioso asesinato en un edificio donde se revelan secretos sexuales de los inquilinos

El hogar, a menudo considerado un refugio seguro donde las personas pueden habitar libremente, también puede convertirse en el escenario donde afloran deseos y pasiones ocultas. Es una especie de guarida donde se entrelazan lo humano y lo animal, da paso a una convivencia de instintos.

En este entorno, algunos residentes viven en silencio, hasta que un día el señor Morton, un habitante del edificio, es encontrado muerto a causa de un disparo en el pecho. Este trágico evento desencadena la llegada de un detective, quien penetra en sus vidas con el propósito de descubrir al asesino.

La obra El insólito caso del señor Morton  llegará al teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, bajo la dirección y dramaturgia de Martín Zapata, con el fin de desentrañar este enigma.

A pesar de que la pieza no cuenta con una escenografìa, se enriquece con el trabajo de iluminación y pantomima

“La obra la escribí hace poco más de 20 años, y lo que la hace vigente es su humor, y la  situación de la sexualidad, de cómo  la vivimos y aceptamos. El tiempo no ha pasado por ella, no se siente que fue escrita hace tanto tiempo y creo es porque habla de las pasiones humanas”, cuenta Zapata a Reporte Índigo.

La historia se desarrolla con un detective que tiene que resolver el caso del asesinato del señor Morton. Las primeras indagaciones de la pieza revelan que el principal sospechoso es un hombre que trabaja como un payaso, con quien Morton sostuvo una relación secreta.

Se ubica en la Ciudad de los Ángeles, California en 1949.  Conforme avanza la historia se revelan los  hábitos sexuales de los inquilinos, la exploración de la condición humana en el terreno de lo sexual y en el que se van descubriendo los placeres secretos como el de una joven exhibicionista, una madre sádica y un voyeur.

“Lo que me gusta de esta obra es que se aleja de lo políticamente correcto. Con el humor se desenmascara la verdad y temas que, quizá, de manera pública nos incomodan y nos lleva a que los afrontemos.

La investigación sostiene la trama de la obra y en la que se descubren las vidas secretas de los inquilinos, es decir, sus deseos ocultos, parafilias sexuales, aquello que no pueden aceptar ante los demás. Por medio de la investigación se van liberando y encontrando con esa posibilidad de  manifestación y de aceptación de lo que viven”, narra el dramaturgo.

Sexualidad y el cine policiaco

La riqueza de esta pieza teatral radica en junta tanto una historia policiaca, que rinde homenaje a las novelas de la primera mitad del siglo XX, al cine negro de ños años 40 y el cine policiaco francés. Todo esto aderezado con la narración de las parafilias sexuales de los inquilinos.

El insólito caso del señor Morton lo escribí hace 21 años con un grupo de actores de la Universidad de Xalapa a partir de las improvisaciones; fue un proceso largo, pero muy divertido. Lo estrenamos en 2003 y estuvo cinco años presentándose en Veracruz, hasta que en 2004 llegó a la Ciudad de México”, precisa Zapata.

Tras presentarse en la Muestra Nacional de Teatro en 2004, la obra siguió su recorrido hasta ganar el concurso de Teatro Nuevo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del entonces Distrito Federal.

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El montaje se realizará del 18 de abril al 12 de mayo; los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábado a las 19:00 y domingo a las 18:00 horas

Este año regresa con la compañía Los Tristes Tigres y de la mano del director artístico Adrián Vázquez como parte de la “Quinta invasión al Shakespeare”, ciclo que arrancó a principios de año. La pieza regresa en un momento, en el que incluso, se puede ver como una proeza que se apuesten por piezas con un elenco amplio.

“Mis últimas obras han sido con un elenco de dos o tres personas, así que regresar con esta pieza con 15 personas requiere mucha delicadeza en el montaje. Como dramaturgo me satisface que se pueda ver, otra vez, con las nuevas generaciones”, puntualiza Zapata.

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