Para el antojo, elige textura

Por muy curioso que parezca, la textura de los alimentos puede influir no solo en el tipo de comida que más se nos antoja, sino en la percepción que tenemos respecto a la cantidad de calorías que estamos consumiendo. 

De hecho, las personas tienden a considerar que los alimentos con texturas duras o ásperas, esos que tardan más en masticarse, como las zanahorias, tienen menos calorías. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Por muy curioso que parezca, la textura de los alimentos puede influir no solo en el tipo de comida que más se nos antoja, sino en la percepción que tenemos respecto a la cantidad de calorías que estamos consumiendo. 

De hecho, las personas tienden a considerar que los alimentos con texturas duras o ásperas, esos que tardan más en masticarse, como las zanahorias, tienen menos calorías. 

Así lo revela una serie de experimentos de laboratorio encabezados por investigadores de las universidades de Michigan, del Sur de Florida y Columbia, y cuyos resultados fueron publicados en Journal of Consumer Research. 

“Estudiamos la relación entre la forma en la que un alimento se siente en la boca y la cantidad que comemos, los tipos de alimentos que elegimos, y la cantidad de calorías que pensamos que estamos consumiendo”, señalaron los investigadores en un comunicado. 

Los expertos solicitaron a los participantes del estudio que degustaran alimentos con texturas duras, blandas, ásperas y listas. Posteriormente, se midieron las estimaciones que los voluntarios hicieron respecto a las calorías consumidas. 

Uno de los cinco experimentos se llevó a cabo mientras los voluntarios miraban comerciales de televisión, que debían calificar. 

A la par, los investigadores entregaron a los participantes brownies en porciones de bocados como muestra de agradecimiento por su tiempo. La mitad de las personas que recibió brownies de textura suave fueron interrogadas sobre el contenido calórico de los bocadillos de chocolate. 

La otra mitad del grupo, que no fue cuestionada sobre el contenido calórico del alimento, recibió brownies con textura dura. 

Se encontró que cuando los participantes no se enfocaron en el contenido calórico, aquellos que recibieron los bizcochos de chocolate de textura suave, comieron mayor cantidad. 

Pero cuando a los voluntarios se les hizo pensar respecto a las calorías consumidas, optaron por comer los brownies de textura dura. 

Los autores del estudio concluyeron que “la comprensión de cómo la textura de los alimentos pueden influir en las percepciones de calorías, la elección de alimentos y la cantidad de consumo puede ayudar a motivar a los consumidores a hacer elecciones más saludables”. 

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