Oro en baladas electrónicas

Cuando uno escucha “música electrónica” tendemos a pensar en tracks bailables, beats revolucionados y, a últimas fechas, gracias a gente como Skrillex, en el épico bass drop.

Salvo este último elemento, que se lo dejamos a los especialistas en dubstep, Hot Chip cumple con los parámetros para que sus canciones sean consideradas música electrónica.

Su fama está basada en grandes tracks bailables. Algunos ya clásicos como “Over and Over”, la intensa “Ready For The Floor” o su más reciente canción para alegrarte la semana, “Don’t Deny Your Heart”. 

Cuando uno escucha “música electrónica” tendemos a pensar en tracks bailables, beats revolucionados y, a últimas fechas, gracias a gente como Skrillex, en el épico bass drop.

Salvo este último elemento, que se lo dejamos a los especialistas en dubstep, Hot Chip cumple con los parámetros para que sus canciones sean consideradas música electrónica.

Su fama está basada en grandes tracks bailables. Algunos ya clásicos como “Over and Over”, la intensa “Ready For The Floor” o su más reciente canción para alegrarte la semana, “Don’t Deny Your Heart”. 

Sin embargo, esta banda inglesa tiene algo que la separa de otros artistas del género: es experta en crear baladas hechas con corazón electrónico. Suena cursi, pero en cuanto las escuchas no puedes pensar en otra cosa.

“Made in Dark”, la canción que da título a su tercer disco, es el primer gran ejemplo de esto. Detrás de esta suave canción de amor está la pertinente idea de que todos fuimos hechos en la obscuridad y que ese momento de unión total es increíblemente frágil, por lo que debe de atesorarse.

La discografía de Hot Chip está llena de ejemplos de canciones así: “Keep Quiet”, “We’re Looking For A Lot of Love”, “Take It In”. No se puede esperar otra cosa de los verdaderos herederos de Orchestral Manoeuvres in The Dark.

El más reciente ejemplo está en su reciente disco “In Our Heads”. La canción “Look At Where We Are” es mínima en su instrumentalización, lo que permite que el foco esté en la letra. La primera vez que escuchas el coro solo notarás la delicada y peculiar voz de Alexis Taylor, un pandero y una lejana guitarra a la Weezer. 

La tranquila canción se complementa con leves beats electrónicos que, a propósito, parecen asemejarse a los latidos de un corazón.

Canciones así de tranquilas se han convertido en su especialidad. 

Los distingue y los hace merecedores de una medalla de oro en lanzamiento de baladas electrónicas.  Simplemente no tienen competencia.

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