Obras de Monet llegan, por primera vez, a México al Museo Nacional de Arte

Por primera vez en México llegan dos piezas de Claude Monet como resultado de una colaboración entre el Museo de Arte de Dallas y el Museo Nacional de Arte. Estas obras dialogarán con el talento de artistas latinoamericanos como José María Velasco y Joaquín Clausell, entre otros
Karina Corona Karina Corona Publicado el
Comparte esta nota

En el mundo existen más de 250 nenúfares pintados por Claude Monet durante los últimos años de su vida. El pintor francés vivía en el Jardín de Giverny, donde instaló un puente japonés y un estanque con plantas exóticas, paisaje que le sirvió de inspiración para crear lo que hoy se reconoce como parte de su corpus más destacado.

En aquel momento, Monet ya era un pintor consagrado en Francia, pero continuó explorando las posibilidades pictóricas, las variaciones del color, de salir del taller para crear pintura al aire libre y tomar directamente los motivos bajo la luz palpitante del Sol, el empleo de colores primarios y empastes en pinceladas cortas difuminadas.

En esta ocasión, gracias al Museo de Arte de Dallas, el Museo Nacional de Arte (MUNAL) se presenta, por primera vez, Nenúfares (1908), pieza estelar y eje de la exposición Monet. Luces del Impresionismo, la cual reúne 12 piezas —tres del artista francés—, que se podrá visitar del 27 de abril hasta el 27 de agosto.

“Tenemos que recapitular el tema de los nenúfares en un formato circular, además de ser muy innovador para la plástica de Monet, dará pie a un artista que había sido rechazado y marginado, pero que, a lo largo de ocho exposiciones, se fue posicionando hasta tener un prestigio que lo hará exhibir de la mano de Auguste Rodin, por ejemplo”, comenta el curador Héctor Palhares a Reporte Índigo.

Esta obra, en palabras de Palhares, no sólo destaca por sus valores plásticos, su color y luminosidad, sino porque fue parte de la serie que se instaló en el Museo de la Orangerie, París, en 1927, espacio que se considera hoy “como el santuario de Monet”.

Nenúfares y el conjunto del cuerpo pictórico de Monet da testimonio de uno de los momentos cumbre de la historia del arte, como diría en su momento André Masson, se trata de la “Capilla Sixtina del Impresionismo”. Ahora, parte de esta colección podrá ser vista en México.

“Por los grandes formatos de caballete que recrean este espacio inmersivo, donde el público que nos visitará, literalmente, estará dentro del agua, adentro del nenúfar con la flor de loto, piel a piel. Y que nos recuerda también el gran amor de Monet, porque durante más de 40 años pintó nenúfares; fue el motivo en el que encontró su verdadera maestría y complicidad con la naturaleza”, explica Palhares.

Tal fue su amor por esta serie que, cuenta el curador, lo último que vio el artista al momento de su muerte (1926) fueron los nenúfares de su estanque.

Monet. Luces del Impresionismo, además de albergar la pieza estelar de Monet, también resguarda Valle Buona, cerca de Bordighera (1883) y Paisaje en Port-Villez (1883), de la colección de Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim.

La exposición se complementa con actividades educativas para sensibilizar la mirada de los visitantes a través de talleres, visitas mediadas y módulos didácticos con activaciones y juegos en salas

El origen del impresionismo

Monet fue el pionero del movimiento impresionista debido a una crítica de Louis Leroy sobre su pintura Impression, soleil levant, que se expuso junto a 165 lienzos de Manet, Renoir, Sisley y Degas, en el estudio del fotógrafo Nadar.

En aquella época se denostaba el arte del francés, se decía que tenía cataratas, por lo que el artista veía tras un filtro borroso y amarillento. Así que, cuando presentó sus piezas, el 15 de abril de 1874, Leroy fue despiadado al describir de manera irónica la muestra como la “Exposición de los impresionistas”, evento que cambió para siempre el curso de la Historia del Arte.

“Monet se vuelve el pionero del movimiento que se convierte en uno de los más queridos en la Historia del Arte. En sus orígenes fue rechazado por las impresiones de luz, manchas de color, de paisajes difuminados y elementos desdibujados.

“Pero ahora ya hablamos de un movimiento que a lo largo del mundo es el que siempre atrae a más público, el que crea mayor expectativa y el que sigue configurando una parte nodal de nuestra cultura contemporánea”, comenta Palhares.

Un diálogo latinoamericano

Pensar en el impresionismo es recrear paisajes rurales, en estanques, lagos y bosques, pero también en paisajes urbanos y de la Belle Époque en el París contemporáneo. Movimiento al que también se unieron artistas latinoamericanos.

El Munal creó un puente entre su propia colección con Monet y con nueve piezas de artistas mexicanos: José María Velasco, Carlos Rivera, Joaquín Clausell, Francisco Romano Guillemín, Armando García Núñez y Mateo Herrera, quienes incursionaron en la pintura de paisaje mediante portentos lumínicos y cromáticos.

Incluso, con el empleo de la técnica puntillista del neoimpresionismo, como en el caso de Guillemín para retratar, como decía el historiador de arte George T. M. Shackelford, “aquella belleza del entorno con un nuevo vocabulario de pinceladas”.

De acuerdo con el curador, se trata de una colaboración interinstitucional que reúne grandes colecciones extranjeras, como del Museo de Arte de Dallas. De curadurías transversales que dan nuevos atisbos a las obras del Munal que están en salas permanentes.

La exposición Monet. Luces del Impresionismo abrirá sus puertas del 27 de abril hasta el 27 de agosto en el Museo Nacional de Arte

“Esta exposición permite vincular, no solamente en su iconografía, en sus colores, en su luz, la influencia enorme del arte europeo, que a veces lo pensamos muy distante del otro lado del Atlántico, cuando en realidad sus coordenadas e influencias las vemos de forma palpable en todas las obras que están en las salas”, indica.

Tener este diálogo entre Monet, Clausell y Velasco representa para el recinto museístico una oportunidad para abrir el diálogo y sinergias, espejos que pocas veces pueden ver en el país. Que el público mexicano pueda apreciar en conjunto este cuerpo curatorial, da cuenta del talento de los grandes maestros del impresionismo.

“El Museo de Dallas tiene siete piezas de Monet en su colección, pero para la propia línea de gestión de los museos norteamericanos, prestar estas obras es un tema muy sensible, porque fueron colecciones hechas a partir de donaciones y adquisiciones que privilegian al impresionismo. Los vemos en el Met, en Detroit, y tener estas piezas fue toda una gestión, toda una sensibilización”, explica Palhares.

Las piezas

La exposición alberga 12 piezas, tres de Claude Monet. Aquí te presentamos algunas de las estelares:

Claude Monet:

  • Nenúfares (1908)
  • Valle Buona, cerca de Bordighera (1884)
  • Paisaje en Port-Villez (1883)
  • Joaquín Clausell:
  • El pedregal (1906)
  • Fuentes brotantes en otoño (1910)
  • José María Velasco:
  • Valle de México desde las Lomas de Dolores (1875)
Show Player
Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil