‘Mira quién habla’

Por lo menos unos días después de haber nacido, los bebés recuerdan palabras que escucharon mientras estaban dentro del vientre de su madre, de acuerdo un estudio realizado por científicos de la Universidad de Helsinki.

“Las capacidades de aprendizaje de los fetos son mucho más específicas de lo que pensábamos”, expresa el investigador Eino Partanen, quien junto con sus colegas usó grabaciones de una palabra falsa, “tatata”, para probar si se quedaba en la memoria de los bebés.

Este estudio podría utilizarse para generar terapias que ayuden a los niños –a una edad temprana– que tengan problemas de lenguaje

Por lo menos unos días después de haber nacido, los bebés recuerdan palabras que escucharon mientras estaban dentro del vientre de su madre, de acuerdo un estudio realizado por científicos de la Universidad de Helsinki.

“Las capacidades de aprendizaje de los fetos son mucho más específicas de lo que pensábamos”, expresa el investigador Eino Partanen, quien junto con sus colegas usó grabaciones de una palabra falsa, “tatata”, para probar si se quedaba en la memoria de los bebés.

Las madres, en total 17, pusieron el sonido entre cinco y siete veces a la semana, en dos periodos de cuatro minutos, durante su tercer trimestre de embarazo. Esto debía hacerse a un volumen con el que fuera difícil mantener una conversación pero que no resultara desagradable.

La pronunciación de la palabra era igual en casi todas las ocasiones, pero cada cierto tiempo el tono de la segunda sílaba cambiaba, cosa que no es común en el idioma finlandés. Cinco días después del nacimiento de cada bebé, se les expuso de nuevo a la grabación, mientras tenían electrodos sujetos a la cabeza.

Los investigadores buscaron una “respuesta magnética mismatch” en las ondas cerebrales, que indica que existe un nivel de familiaridad con lo escuchado. Los bebés que habían oído la grabación durante la gestación mostraron esta reacción al llegar a la parte distinta de la palabra, a diferencia de los que no lo habían hecho.

Esto sugiere que los recién nacidos podían recordar la versión más frecuente del “tatata”. Los expertos esperan que este descubrimiento pueda ayudar a intervenir de forma temprana en los niños que podrían tener riesgo de desarrollar problemas de lenguaje, como dislexia.

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