Ante la pandemia, la escena de la música tuvo que bajar sus instrumentos

Más allá de la música y del COVID-19, la recuperación

Ante la pandemia, la escena musical tuvo que bajar sus instrumentos, provocando, entre otras cosas, que la industria fuera una de las más golpeadas económicamente, ante ello, hubo quienes, como Ismael Salcedo, optaron por emprender negocios alternos

Ismael Salcedo, vocalista de Los Daniels, fue de los primeros casos confirmados de COVID-19 dentro de la música, en marzo de 2020. Cuando se dio a conocer la noticia, causó controversia, pues también se criticó su asistencia al Vive Latino. Ahora, ya con todo esclarecido, el cantante cree que su contagió fue durante una gira de promoción por diversas televisoras, en específico en la del Ajusco.

“En ese momento no había tanto miedo como ahora, recuerdo que me empecé a sentir mal, con el cuerpo cortado, todos los síntomas de una gripa fuerte y fui a un centro de salud, ahí me hicieron unos exámenes y sugirieron regresarme a mi departamento, no salir, y me recetaron paracetamol. Me contactaron con una doctora que ya estaba atendiendo COVID-19 y ella me monitoreó, pero en realidad nunca pude confirmar que lo tenía, pues no existían las pruebas”, relata Ismael.

Durante su cuarentena estuvo en reposo pues se agitaba mucho, por fortuna nunca tuvo que utilizar oxígeno; llegó a 39 de temperatura, así estuvo aproximadamente 10 días. Como secuelas perdió el olfato, el gusto y siente mucha fatiga, la cual hasta la fecha permanece. Sin embargo, comparte que no tuvo ninguna complicación al cantar.

También recuerda que tuvo afectaciones con la vista. “Los ojos se me secan más rápido, recuerdo que hasta se me inflamó uno de ellos, se me hizo una perrilla gigante por la baja de defensas, pero no pasé a mayores; después de eso me vine a vivir a una casa adelante de Cuernavaca, me he mantenido de esa manera alejado de mis amistades, de la gente y tratando de tener los mayores cuidados posibles”, relata.

Afortunadamente, Los Daniels continúan trabajando y generando contenidos pues son una banda que no cuenta con una disquera trasnacional y tienen la libertad de seguir componiendo, sin embargo, no ha sido lo mismo, pues antes en giras y promoción se llevaban unos tres años.

“Ya estamos componiendo para el siguiente disco, es una forma de subsistir, no podemos vivir como tal de la música en comparación con antes, pero nos tenemos que mantener a flote y en el mapa”, menciona.

Al ser uno de los gremios más afectados, sin recibir ningún ingreso, Ismael afirma que ha buscado la manera de reinventarse. Ha participado en juegos de beisbol, produciendo a artistas y en el lanzamiento de un disco con su proyecto alterno, Los Insurpipol, junto a Dr. Shenka, Poncho Toledo, de los Concorde, y Ro Velázquez, de Liquits. No obstante, no sólo se ha dedicado a la música, también buscó otras maneras de monetizar y poder vivir con negocios alternos.

“Nos hizo tocar fondo y eso lo hacemos día a día, estoy trabajando con mis hermanas en una comercializadora, hice una onda de pantuflas que llevé a la casa de las fans y cuando anunciaron que las cervecerías iban a cerrar, compramos un chorro y las vendimos, de todo he hecho”, aclara.

La pandemia le ha revelado quién de verdad estará en las buenas y en las malas, ha realizado una especie de “selección natural”, tanto en las amistades, como en la gente que sigue sin cuidarse. También, este proceso lo hizo una persona más sensible que valora la vida y a sus personas cercanas.

“No se confíen, incluso, los vacunados, nada es seguro. Debemos aprender a ser menos egoístas, a no cargar culpas por no cuidarnos y contagiar a personas que, quizá, estén más débiles, a valorar la vida, lo que tenemos y teníamos, perdimos trabajos y personas; eso me da para agradecer que estoy bien, mi familia y amigos y, que de alguna manera, seguimos vivos para seguir haciendo música”, finaliza Ismael.

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