En el archivo documental, por ejemplo, se pueden encontrar los curriculums primigenios de algunos fotógrafos ahora reconocidos. Foto: Especial

Libro revisa la historia de la fotografía documental en México

Una publicación del Centro de la Imagen ofrece un acercamiento a este fondo fotográfico y documental que en 2016 recibió el reconocimiento de Memoria del Mundo por la UNESCO y que resguarda la historia de esta disciplina de finales de los años 70 hasta los 90.

Entre los valiosos acervos que resguarda el Centro de la Imagen hay uno que destaca porque protege la memoria visual de un momento clave en la historia de la fotografía documental en México. Se trata del fondo Consejo Mexicano de Fotografía, integrado por 7 mil 248 imágenes y  documentos que reunió esta asociación civil creada en 1976 por fotógrafos documentalistas e independientes, quienes empezaron a explorar nuevas formas de hacer y entender el oficio de la cámara, así como a promover la fotografía para obtener apoyos institucionales y ganar espacios dedicados específicamente a ella.

La colección, que en 2016 recibió el reconocimiento de Memoria del Mundo por la UNESCO, es revisada en el libro Consejo Mexicano de Fotografía, de la historiadora Rebeca Monroy Nasr. El volumen, el primero que el Centro de la Imagen lanza como parte de su nueva colección Lecturas de Acervo, ofrece una aproximación a este fondo poco conocido y estudiado, el cual reúne 892 autores y ocho mil impresiones fotográficas procedentes de 27 países de América Latina, Estados Unidos y Europa. Obras de conocidos fotógrafos de esa época, pero también de aquellos que comenzaban a dar sus primeros pasos y que después se convertirían en grandes referentes de la fotografía.

El Consejo Mexicano de Fotografía, fundado por el fotógrafo Pedro Meyer, con el apoyo de otros fotógrafos, como Lázaro Blanco Fuentes, e intelectuales como la  reconocida crítica de arte Raquel Tibol, fue una red de fotodocumentalistas y especialistas que buscaba el reconocimiento de la fotografía, destaca la autora del libro: “Se empieza a hacer una sensibilización hacia la profesión del fotógrafo, su profesionalización, su reconocimiento al derecho autoral, que era algo que se había ido perdiendo con los años, el reconocimiento de los fotógrafos en los medios”, comenta Monroy Nasr en entrevista con Reporte Índigo.

Según la investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por ahí pasaron fotógrafos como Felipe Ehrenberg, Lourdes Grobet, Julieta Jiménez Cacho, Nacho López, Pablo Ortiz Monasterio, Rodrigo Moya, Graciela Iturbide, Carlos Jurado, Lourdes Almeida, entre muchos otros, así como personajes poco vinculados  a la disciplina como el actor Otto Sirgo. La mayoría de ellos, dice, eran “fotodocumentalistas por definición, no estaban contratados por la prensa, las revistas, ni por ningún editor, buscaban obtener imágenes que dejaran huella del momento como uso social primigenio y tal vez después encontrar alguna salida pública a su material”.

Uno de los primeros logros de esta asociación, explica la historiadora, fue la realización del Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía en 1978, que consistió en un concurso y una exhibición en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México con el título Hecho en Latinoamérica. Primera Muestra de la Fotografía Latinoamericana Contemporánea, una muestra que reunió a 173 autores de América Latina y Estados Unidos y que  buscó darle otro lugar a la fotografía. En los años siguientes se realizaron otros cinco encuentros cuyas memorias también se han convertido en una valiosa fuente histórica, destaca: “Hay textos de Raquel Tibol hablando de la fotografía y la ideología, Pedro Meyer diciendo por qué es importante la fotografía latinoamericana ante las dictaduras feroces que están viviendo; cómo hacer las imágenes, que si en blanco y negro, que si a color, debates bastante interesantes”.

Otro aporte, dice la autora, fue la realización de la Primera Bienal de Fotografía en la historia del país en 1980, lo cual fue un parteaguas para la disciplina porque fue el primer concurso dedicado específicamente a esta expresión artística. “Es algo que se había venido buscando porque los fotógrafos siempre estaban inmersos en la parte de las bienales de gráfica y los propios jurados, como Raquel Tibol, decían que no podían juzgar la fotografía igual que a un arte gráfico, no es lo mismo un grabado, una litografía que una fotografía; a raíz de eso, esta asociación empieza a impulsar la bienal, ademá de otros fotógrafos independientes, como Pedro Valtierra y Marco Antonio  Cruz”, dice esta historiadora, quien recuerda que en esa época también era fotógrafa independiente.

La riqueza de este acervo que quedó en manos del Centro de la Imagen en 2014 es inmensa, ya que permite acercarse de múltiples formas a  la historia de la fotografía de finales de los 70, 80 y 90, como los inicios de fotógrafos ahora reconocidos, el redescubrimiento de otros que quedaron en el olvido o tomaron otros caminos; así como las temáticas que predominaron en esos años, y el surgimiento de otros, como el erotismo y el feminismo.

En el archivo documental, por ejemplo, se pueden encontrar los curriculums primigenios de algunos fotógrafos ahora reconocidos internacionalmente, como Javier Hinojosa y Gilberto Chen, destaca la autora. “Una cosa maravillosa que hicieron es que en el primer coloquio les pidieron a los fotógrafos participantes su opinión sobre la fotografía que hacían, muchos decían que querían hacer la revolución con sus fotos o darle voz a las mujeres; descubres a  gente muy interesante, mujeres como Herminia Dosal, que tiene unas fotos de una de las feministas más importantes de la época: Alma Guillermoprieto, le hizo una serie, unas puestas en escena de ella trepada en una ventana, cogida en unos barrotes, luego esas fotos pasaron a ser carteles de las feministas; cuando yo iba a las marchas encontraba esas fotos en los carteles”, añade.

El volumen de 160 páginas, acompañado de diversas fotografías, revisa esta colección a partir de múltiples temáticas, como el Retrato Colectivo, Elementos Tipográficos, el México Profundo, el Cuerpo Desnudo, Lo Experimental, entre otros.

“Descubres a gente muy interesante, mujeres como Herminia Dosal, que tiene unas fotos de una de las feministas más importantes de la época: Alma Guillermoprieto, le hizo una serie, unas puestas en escena de ella trepada en una ventana, cogida en unos barrotes, luego esas fotos pasaron a ser carteles de las feministas; cuando yo iba a las marchas encontraba esas fotos en los carteles”
Rebeca Monroy Nasrautora

El acervo

  • El Consejo Mexicano de Fotografía fue fundado  en 1976 por fotógrafos documentalistas mexicanos
  • Está integrado por 7 mil 248 imágenes y  documentos, como correspondencias, invitaciones, convenios, boletines de prensa e informes que reunió esta asociación civil
  • Desde 2014 está resguardado en el Centro de la Imagen y en 2016 recibió el reconocimiento de Memoria del Mundo por la UNESCO
Te puede interesar