Entre esa larga lista está el conjunto escultórico Las mujeres de piedra de Polovtsia, figuras únicas en su tipo de los siglos IX al XIII. Foto: Especial

La UNESCO reporta 241 bienes culturales dañados en Ucrania, a un año de la invasión

Hasta la fecha no reporta afectaciones a algún sitio del Patrimonio Mundial, pero ha incluido a Odesa como sitio en peligro

A un año de la invasión en Ucrania, una de las víctimas indefensas del fuego cruzado que no cesa ha sido el patrimonio cultural de esa región.

La información sobre las destrucciones a iglesias, museos, centros artísticos o edificios con valor cultural para el pueblo ucraniano llega por todas partes, pero es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) quien tiene hasta ahora las cifras y casos cotejados, un proceso que, explica el organismo, se basa en el análisis de imágenes satelitales del antes y el después de los sitios, además de la verificación con múltiples fuentes fidedignas.

De esa manera, hasta el 22 de febrero el organismo con sede en París reporta que se han verificado daños en 241 lugares desde que comenzó la guerra, hace un año. Entre  ellos están 106 lugares religiosos, 18 museos, 86 edificios de interés histórico y/o artístico, 19 monumentos y 12 bibliotecas. Entre esa larga lista está el conjunto escultórico Las mujeres de piedra de Polovtsia, figuras únicas en su tipo de los siglos IX al XIII, que tribus nómadas erigieron en ese sitio para venerar a sus antepasados.

Las mujeres de piedra de Polovtsia están dañadas debido a la guerra. Foto: Especial
Las mujeres de piedra de Polovtsia están dañadas debido a la guerra. Foto: Especial

Hasta la fecha, reporta la UNESCO, ningún sitio del Patrimonio Mundial parece haber sufrido daños.

En la actualidad Ucrania cuenta con ocho bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, entre los que destacan la Catedral de Santa Sofía y edificios monásticos relacionados, en Kiev; la Ciudad antigua y Chora de Quersoneso en Táurica, el centro histórico de Leópolis y el centro histórico de Odesa, ciudad fundada en 1794 por una decisión estratégica de la emperatriz Catalina II de  Rusia de construir un puerto a orillas del Mar Negro.

Odesa, en riesgo

La inscripción del conjunto histórico de Odesa, punto estratégico de la guerra, fue dada a conocer a finales de enero de este año, una medida de emergencia para proteger este sitio que Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, describió como  “un puerto legendario que ha dejado su huella en el cine, la literatura y las artes”. Con esta declaratoria de Patrimonio Mundial de la Humanidad el sitio quedó protegido por la comunidad internacional y los 194 Estados Partes de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, de la que Rusia forma parte, quienes se comprometen a no adoptar ninguna medida deliberada que pueda dañar directa o indirectamente el sitio.

El territorio, que ya ha sufrido ataques de misiles rusos, fue al mismo tiempo incluido en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, debido a las inminentes amenazas de destrucción.  En medio de la guerra esta medida no garantiza que el sitio no sea dañado, pero es un llamado de atención a la comunidad internacional para velar por su protección, explica a Reporte Índigo Olga Orive Bellinger, arquitecta y ex presidenta del  Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) México, organización asociada con la UNESCO: “Lo que esto está haciendo es poner un foco rojo de advertencia al país invasor, a Rusia, de que la UNESCO y el mundo occidental está viendo lo que está haciendo”.

Odesa forma parte de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, debido a las inminentes amenazas de destrucción. Foto: Especial
Odesa forma parte de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, debido a las inminentes amenazas de destrucción. Foto: Especial

 Además, añade,  esto implicaría que, cuando termine el conflicto, en caso de ganar, Ucrania tendría mecanismos para obtener fondos para restaurar los daños provocados por la guerra y llevar a juicio la destrucción del sitio como un crimen de guerra, de acuerdo con la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado y diversas resoluciones que la UNESCO ha adoptado en los últimos años, a raíz de los conflictos en Medio Oriente, donde se han destruido sitios patrimonio mundial. “Ahorita no vamos a poder hacer nada, pero sí, en un futuro, podría ser también un elemento probatorio para llegar a juicios por daño a un bien patrimonial inscrito en una Lista Mundial”, explica.

Por ahora, dice la experta, lo único que puede hacer la UNESCO es realizar misiones reactivas y preventivas, como lo está haciendo con las listas de bienes dañados y la colocación del Escudo Azul (Blue Shield), un emblema protector fijado en la Convención de la Haya, para marcar los sitios culturales que no deben ser atacados.

Este equivalente cultural de la Cruz Roja fue creado tras los ataques y pérdidas durante la Primera y Segunda Guerra Mundial en Europa y la idea, explica Orive Bellinger, era colocar ese escudo en las azoteas de los edificios para que los bombarderos de los aviones vieran que estaba protegido y que, en caso de atacarlos, serían procesados como criminales. En el caso de Ucrania, desde marzo de 2022, la UNESCO informó que se habían comenzado a señalizar los lugares y monumentos culturales con ese escudo distintivo, poniendo en primer lugar los sitios declarados Patrimonio Mundial.

Sitios religiosos, los más dañados

Sin embargo, en medio del fuego cruzado y bombardeos, además de las miles de víctimas que ha cobrado, la guerra en Ucrania ha dejado en escombros valiosos bienes culturales importantes para esa nación.

En Zhytomyr, al oeste de Kiev, los bombardeos dañaron la Iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María, un monumento de madera de 160 años de antigüedad que era de importancia nacional.  Según la lista  de la UNESCO, gran parte de los bienes dañados han sido sitios religiosos, los cuales tienen un valor identitario para la población local.  Otros casos son los de la Iglesia de San Feodosiy de Chernihiv, en la región de Luhansk, y la de la Asunción de la Virgen María, construida en 1801, en  Chernihiv.

En Kharkiv, que es la segunda ciudad más grande de Ucrania, un misil ruso causó graves daños a un Teatro Nacional Académico de Ópera y Ballet.

Además, en la región de Donetsk, concretamente en Mariúpol, el Teatro Dramático de la ciudad, construido entre 1956 y 1960 al estilo del clasicismo monumental soviético, fue bombardeado, a pesar de que funcionaba como refugio para unas mil familias.  Mientras que los ataques rusos sobre Odesa en julio pasado llegaron a dañar el Museo de Bellas Artes de esa ciudad, un edificio erigido entre 1824 y 1828.

Sitios milenarios, históricos o modernos, cada uno conlleva parte de la memoria de quienes habitan esos sitios.

Publican inventario

El Consejo Internacional de Museos (ICOM),  asesor de la UNESCO, publicó en noviembre la Lista Roja de Emergencia de Objetos Culturales en Peligro de Ucrania, un inventario en el que se incluyen objetos que pueden ser saqueados de museos. Este inventario, que se hace con el fin de prevenir el tráfico ilícito, está compuesto por 53 tipos de objetos, divididos en 7 categorías: arqueología, libros y manuscritos, numismática, arte folclórico, artes religiosas,  artes aplicadas y bellas artes.

Arte resguardado

En medio de la guerra, Ucrania ha logrado sortear los peligros para sacar de sus fronteras piezas de arte para exhibirlas en museos europeos, como sucedió con la exposición En el ojo del huracán. Modernismo en Ucrania 1900-1930, que se exhibe hasta abril en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. Las piezas provienen del Museo Nacional de Arte de Ucrania y del Museo nacional de teatro, música y cine; la muestra ha sido una forma de proteger las obras, ya que las aleja de la zona de guerra.

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