El duelo en la tinta

La Catrina”, de Guadalupe Posada, siempre sonriente y burlona, nos recuerda que la mexicanidad tiene a la muerte como su gran aliada en la cultura popular. Esa muerte que desde la era prehispánica es idolatrada y respetada, siguiendo un camino de dualidad común en nuestro sentir nacional.

 

Este es el libro que escribí como duelo por mi padre. Pensándolo, recordándolo, dialogando con él, peleándome con él, durante todo un año. Durante todo el año 2015. Es un libro que decidí escribir así” 
Jorge VolpiEscritor

La Catrina”, de Guadalupe Posada, siempre sonriente y burlona, nos recuerda que la mexicanidad tiene a la muerte como su gran aliada en la cultura popular. Esa muerte que desde la era prehispánica es idolatrada y respetada, siguiendo un camino de dualidad común en nuestro sentir nacional.

 

Sin embargo, cuando la portadora de la guadaña llega no solo para visitar, todos los mexicanos titubeamos ante la muerte y nos gana el pesar, la risa se acaba y el duelo arrecia.

 

“No creo que sea solo una cuestión de los mexicanos nada más. Tiene que ver con que es el hecho supremo de la vida, es la muerte. La muerte primero de los otros, de los que te rodean y en segunda instancia la tuya”, opina al respecto Jorge Volpi, autor de “Examen de mi padre”.

 

En la obra recién publicada por Alfaguara, el autor de novelas como “En busca de Klingsor”, “El fin de la locura”, “Las elegidas”, entre otras, ahora se evoca al campo del ensayo para tener un escrito a profundidad en el que se extirpa la muerte de su padre a través de 10 capítulos que enumeran distintas partes del cuerpo y lo que esto le remonta de las memorias de su procreador.

 

“Este es el libro que escribí como duelo por mi padre. Pensándolo, recordándolo, dialogando con él, peleándome con él, durante todo un año. Durante todo el año 2015. Es un libro que decidí escribir así”, expresa en entrevista para Reporte Indigo.

 

Del escritor al cirujano

 

Volpi mantiene en 10 episodios un dialogo constante, sincero y sin velo hacia los lectores con respecto al oficio de su padre, un médico cirujano que estaba enamorado del bisturí y de la intervención quirúrgica, lo cual, el autor va narrando de manera precisa en esta obra personal.

 

“Cada mes escribí un ensayo que empezaba justo a principio de cada mes y lo terminaba al final, y ese orden fue el que me permitió tener un año de duelo”, indicó.

 

Para el autor, este fue un reencuentro entre padre e hijo en las letras, por lo que se dio una conversación escrita entre el escritor y el cirujano en la obra publicada.

 

“Una cosa es que todos nosotros sepamos cosas que sabemos de nuestros padres o que sentimos de ellos y otra es que de manera ya consciente estés día con día, como yo hice, durante un año entero pensando en él, reflexionando sobre él. Se te hace un panorama más completo, recuerdas cosas que ya no tenías presentes, se revelan cosas nuevas de él y de mí por supuesto”, acotó. 

 

Memoria a un padre

 

En el mundo de la escritura ya se han visto ensayos como “Carta al padre” de Franz Kafka, en el cual le reclama a su progenitor respecto a su comportamiento con él, sin embargo, “Examen a mi padre”, busca dar un respiro al duelo de Volpi, exponiendo las lágrimas que nunca derramó en la tinta de sus letras.

 

“Quería seguir dialogando con mi padre, sabiendo que inevitablemente no lo iba a revivir, al menos la inmortalidad en la que yo creo, que no creo en la vida ultraterrenal, es esta, la de pensar en las personas”, especificó.

 

Volpi suma su ejercicio de escritura a los ya existentes en cuanto al tema de la pérdida, ya que los escritores van tras el entendimiento de la naturaleza humana, tratando de encontrar sentido en la muerte.

 

“En esa tradición lo que yo quería hacer distinto es no escribir un libro de memorias, tampoco una novela, sino un libro de ensayos que parten de lo autobiográfico pero que se van hacia muchos otros lugares”, expuso.

 

México engarzado

 

Dentro del decálogo de ensayos Volpi aprovechó para también hablar de las realidades nacionales como un paralelismo dentro de la vida de su padre, mismo que vivió el dolor de México y se sentía identificado con los conflictos de la nación.

 

“Mi padre amaba la cirugía pero también tenía curiosidad y pasión por muchas cosas, por la literatura, la música, la jardinería, la cocina, el deporte, el baile, pero los últimos años de su vida fueron muy duros, muy tristes, dejó de operar y eso, más distintas situaciones familiares le hicieron entrar en una depresión crónica terrible”, recordó.

 

Esta brillantez y camino de derrota lo ve el literato de manera paralela en México, arreciando la enfermedad de su padre al mismo tiempo que la guerra del narcotráfico en 2006, por lo que suma ambos discursos en el ensayo.

 

“De pronto no podía dejar de pensar, estar con mi papá en ese estado, con la televisión que él mantenía siempre encendida aunque no le hacía caso y lo que pasaba en la televisión en esos años, eran cifras de muertos, narcos capturados, atentados, y así hasta que murió”.

 

El libro más sincero

 

Un determinante “Sí” salió de la garganta de Volpi para indicar que esta es hasta ahora su obra más sincera y transparente ya que solo habría podido escribirse de esta manera.

 

“No trataba de ocultar nada de lo que pensaba yo de mi padre y de lo que yo sentía sobre mi mismo, no hay nada de ficción en este libro, excepto la manera como uno ordena los materiales y uno ordena los recuerdos”.

 

Fascinación auditiva

 

El escritor comenta que hubo capítulos que le costó más esfuerzo redactarlos, pero también estuvieron los de un gusto definitivo, como el de “El oído” o de “La armonía”.

 

“El oído era favorito porque disfruté escribir de esto, que no lo había hecho. Es la relación con la música y mi padre, aunque me parece que hay capítulos más poderosos, el primero o el último quizás, que tienen más de emocional, más de la relación ya ahí directa con mi padre y la muerte.

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