Jabón: ¿de qué está hecho y cuál es su origen?

Jabón: ¿de qué está hecho y cuál es su origen?

El jabón es un producto básico de higiene muy común y existen indicios de que se comenzó a utilizar desde el año 2 mil 500 antes de Cristo

En barra, polvo o líquido, de diferentes olores, texturas y formas, el jabón es un producto muy común que se utiliza para mantener una buena higiene y, aunque, sus materiales son muy fáciles de conseguir y mezclar, hay toda una ciencia de tras de su uso.

Este producto, ha cobrado especial relevancia con la pandemia por COVID-19, ya que con solo un buen lavado de manos se puede evitar en gran medida un contagio, lo anterior se debe a la forma en la que éste funciona; no obstante, ¿sabes de qué está hecho y por qué su uso reduce el número de patógenos en la piel?

Jabón: preservando la limpieza desde hace siglos

El jabón se ha usado casi desde el inicio de la historia, ya que su origen se remonta hasta el año 2 mil 500 antes de cristo, pues el primer indicio que se tiene proviene de los habitantes de Sumeria quienes utilizaban una sustancia que obtenían mezclando agua, un álcali y aceite de acacia, la cual usaban para lavar lana.

No obstante, se cree que el origen del nombre proviene del latín “saponem”, ya que en la montaña Sapo, sacrificaban animales cuya grasa, fundida, era arrastrada junto con las cenizas y el barro hasta las orillas del Tiber, de acuerdo con la Revista Digital Universitaria de la UNAM.

Así, también hay registros de que los egipcios utilizaban jabón como ungüento para curar infecciones de la piel; de la misma forma, en Babilonia preparaban jabón con aceite de sésamo, cenizas y ciprés, aunque era utilizado para lavar superficies.

En América se tenía la costumbre de hacer un baño diario y el lavado frecuente de ropa, por lo que desarrollaron dos jabones para cada propósito. Así para lavar prendas usaban la raíz de la planta de jabón Xiuhamolli, que contiene saponinas que producen espuma; y la corteza y fruto del Copalxocotl, para lavar el cuerpo y el cabello.

No obstante, fue hasta el siglo XIII que su producción se industrializó en el mundo Islámico y posteriormente, se comenzaron a hacer campañas para fomentar el uso del jabón por higiene.

A pesar de que en cada cultura se utilizaban diferentes ingredientes, todas ellas estaban usando productos que, al combinarlos, formaban una reacción química: la saponificación.

¿De qué está hecho y cómo actúa?

Aunque el término saponificación, o emulsificación, puede parecer muy complicado de entender, en realidad resulta muy sencillo. Lo anterior también permite explicar por qué el jabón ayuda a eliminar patógenos de la piel, es decir, cualquier agente o germen que provoca enfermedades.

De esta forma, el jabón está hecho de 3 ingredientes principales: aceite o grasa, solución cáustica y agua.

El aceite o grasa puede ser cera de abeja, mantequilla de aloe, aceite de coco, aceite de café, aceite de moringa, grasa animal, aceite de palma y manteca de karité; la solución cáustica puede estar compuesta de hidróxido de sodio o hidróxido de potasio; mientras que el agua puede ser destilada, embotellada o filtrada.

Juntos, hacen un proceso químico que logra que el aceite y el agua se mezclen, llamado emulsificación. Lo anterior sucede porque los ingredientes del jabón separan las gotas del aceite y las envuelven en una especie de burbuja que les permite deslizarse por el agua y desintegrarse.

Así, las partículas patógenas se adhieren al jabón y se eliminan cuando se enjuaga con el agua. Global Hand Washing, lo explica de la siguiente forma: “Piense en platos sucios y grasientos. Si solamente los enjuaga con agua, se siguen sintiendo grasosos. Sin embargo, si agrega detergente, la grasa se va y el resultado es platos limpios”. Lo mismo pasa en la piel al lavarse con jabón.

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Por todo lo anterior, el jabón con sus ingredientes y un buen lavado, ayuda a eliminar gérmenes que pueden provocar enfermedades.

¿Cómo hacer jabón casero?

Debido a que los ingredientes del jabón se pueden conseguir fácilmente, es muy sencillo realizar jabón casero. Cada receta varía, por lo que deberás buscar la que se adapte a tus necesidades.

Es importante, tener una buena protección en ojos y manos; además de tener cerca vinagre en caso de realizar jabones que contengan sosa cáustica, ya que es peligrosa si está en contacto con la piel y éste la neutraliza, lo que puede evitar accidentes graves.

De esta forma, te damos una receta sencilla para hacer un jabón. Para ello necesitarás: 500 gramos de glicerina, colorante, aceite con aroma y moldes.

El primer paso es derretir la glicerina hasta que quede líquida, posteriormente deberás agregar el colorante de tu preferencia y el aceite con tu aroma favorito. Una vez que todo esté integrado, tendrás que colocar la mezcla en moldes.

Finalmente tendrás que dejar enfriar, puedes hacerlo dejándolos a la intemperie o colocando los moldes en el refrigerador. Cuando la mezcla adquiere una consistencia sólida, deberás retirarlos y estarán listos para usar.

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