El peor día de mi vida contiene ilustraciones de El Fisgón y cuenta una historia de acoso escolar o bullying. Foto: Especial

Francisco Hinojosa habla de la censura en la literatura infantil: “Los niños son más inteligentes de lo que pensamos”

El escritor de libros infantiles reedita en el FCE su libro El peor día de mi vida, con ilustraciones de El Fisgón.  En entrevista, habla del revisionismo que permea el mundo editorial anglosajón

Los lectores infantiles son más inteligentes y exigentes de lo que los adultos creen, considera el escritor Francisco Hinojosa.

Referente de la literatura infantil en el país, el autor de clásicos como La peor señora del mundo y La fórmula del doctor Funes considera que es esa concepción adultocentrista y conservadora lo que ha hecho que en el mundo anglosajón exista una ola de revisionismo a clásicos infantiles, como ha sucedido con las obras de Roald Dahl, Mark Twain o la saga de Harry Potter, la cual ha sido criticada por la ausencia de una religiosidad.

“Esos censores normalmente suelen ser las asociaciones de padres de familia, pero también hay un mundo conservador mucho más amplio”, dice el autor que acaba de reeditar en el Fondo de Cultura Económica su libro  El peor día de mi vida, donde aborda uno de los principales males que enfrentan los niños, el acoso escolar o bullying. El volumen  contiene ilustraciones de Rafael Barajas, El Fisgón.

En entrevista con Reporte Índigo, el escritor comenta que esos filtros de revisión no son algo reciente y recuerda que hace unos años él y otros  autores de literatura infantil mexicanos, como Juan Villoro, fueron invitados por una editorial norteamericana a escribir libros que se publicarían en la frontera, pero les advirtieron que había 34 temas prohibidos.

“Los primeros eran de preverse, la xenofobia, las drogas, las guerras, después venían las golosinas, los dinosaurios, el rock and roll; y el último: las casas con alberca. Entonces, para estos censores, porque hay mucha censura, es: ¡cómo vamos a tocar la imaginación de los niños! Cuando no sabemos que son mucho más inteligentes y mucho más exigentes de lo que pensamos los adultos”, expresa.

Sin embargo, pese a esa corriente revisionista, considera que también hay adultos que han ido cambiando su concepción de las niñas y niños, por lo que también hay más permisividad de lo que los niños pueden leer.

El autor de varios clásicos infantiles contemporáneos cuenta que a lo largo de su trayectoria sí ha vivido intentos de censura, pero  jamás ha cedido. “Sí ha habido algunos intentos, pero yo digo: no te preocupes, editoriales sobran”.

No querían a La peor señora del mundo

Recuerda que uno de sus libros que originalmente no fue bien visto por dictaminadores editoriales fue La peor señora del mundo, publicado en 1992 en el Fondo de Cultura Económica. Hoy es uno de sus cuentos más exitosos y el libro más vendido de la editorial.

“Nunca leí los dictámenes,  pero yo mismo, al terminar de escribir el cuento, dije: ‘me emocionó mucho escribirlo, pero estoy seguro de que nadie lo va a querer publicar’. Conocía la literatura que se estaba publicando entonces y esto, una señora violenta, que le pega a sus hijos, que es el terror de un pueblo, pensé que no sería apto”.

Pese a tres dictámenes negativos, el editor Daniel Goldin lo publicó. “Creo que  tuvo mucha visión del futuro y decidió publicarlo”, dice Hinojosa, quien asegura que 30 años después sigue siendo uno de sus mayores éxitos, sobre todo entre lectores adultos.

“Cuando presentamos la edición tipo álbum, a los 15 años de haber sido publicado, había unos cuantos niños, pero la mayoría en la sala eran adultos. Y en general, cuando doy charlas, se llena más de adultos que de niños, por eso siempre digo que escribo para los niños de 4 hasta los 99 años”, añade.

Los niños sí quieren leer

El también editor es uno de los grandes promotores de la lectura en el país y su fama de rock star de la literatura infantil se puede ver tanto en sus participaciones en grandes ferias de libros como en encuentros locales o escolares.

Siempre cercano a sus lectores, Francisco Hinojosa considera que, pese al pesimismo que reflejan las encuestas sobre hábitos de lectura, a los niños sí les interesa la lectura: “Según las encuestas, leemos 1.9 libros por cabeza al año, pero si esas encuestas las hiciéramos de los 5 a los 12 años, las cifras serían mucho más altas. Ciertamente, muchas veces, al pasar a la secundaria las hormonas empiezan a saltar y se puede perder la lectura, pero en muchos casos no.

“Creo que cada vez ganamos más y hay cifras que hablan claramente de que las ventas de libros para niños han subido, a pesar de la pandemia; muchos editores han visto que, después de los libros de autoayuda, la literatura infantil está en el techo”, señala.

El riesgo, dice, es que las editoriales quieran publicar más libros infantiles para ganar dinero, sin el rigor que se requiere.

El promotor de la lectura dice que la mejor estrategia para llegar a más lectores jóvenes e infantiles es llevar los libros directamente a las escuelas, no exhibirlos en las vitrinas de librerías.

“Los libros para niños no se venden en las librerías, el proceso normal es venderlos en las escuelas”, dice el autor y confiesa que los encuentros que más le interesan son precisamente los encuentros y presentaciones en las escuelas públicas o privadas, así como las ferias de libro infantiles y juveniles que se realizan en los estados y municipios.

“Hay cada vez más y son las que más me importan, las que creo que le dan otra dimensión a la lectura”.

Una historia de acoso escolar

Originalmente publicado en 2014 en Alfaguara Infantil, El peor día de mi vida se edita ahora dentro de la colección A la Orilla del Viento del FCE, dedicada a libros infantiles.

Ilustrado por El Fisgon, el libro relata la historia de Mariano,  un niño de 11 años que va en quinto de primaria, quien debe sortear el bullying de otro grupo de niños de la escuela.

Una historia que refleja los problemas que viven muchos niños en el entorno escolar y que, según su autor, surgió a petición de una editora que le propuso escribir un libro cuyo título fuera El peor día de mi vida.

“Tenía el título y lo único que faltaba era la historia. Me pregunté cuál podría ser el peor día en la vida de un niño y pensé que el bullying es un tema muy generalizado y que ese título puede representar a muchos niños y niñas”,  dice el autor.

Auge de la literatura infantil mexicana

Francisco Hinojosa dice que la literatura infantil en México ha alcanzado una madurez y actualmente existe toda una generación de escritores que están enriqueciendo las propuestas.

“Hace 40 años no había. Hace 10 años, a un amigo escritor le preguntaron cuántos escritores de libros infantiles había en México y él dijo que 80; yo me puse hacer cuentas y sí. Ahora hay muchos más y de buena calidad. Hay autores imprescindibles, incluso de exportación”, asegura.

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