Foals: Funk ardiente

Abrir un álbum con un track de nombre "Intro", o "Prelude" en el caso de "Holy Fire", el tercero en la discografía de Foals, podría sonar pedante. Pero debo admitir que el preludio que propone la banda de Oxford sí sirve para darnos perspectiva de lo que vendrá en los siguientes 10 tracks, un largo camino que en total suma 50 minutos que consolidan una marca auditiva ya registrada. 

Juan Carlos Altamirano Juan Carlos Altamirano Publicado el
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Abrir un álbum con un track de nombre “Intro”, o “Prelude” en el caso de “Holy Fire”, el tercero en la discografía de Foals, podría sonar pedante. Pero debo admitir que el preludio que propone la banda de Oxford sí sirve para darnos perspectiva de lo que vendrá en los siguientes 10 tracks, un largo camino que en total suma 50 minutos que consolidan una marca auditiva ya registrada. 

Con “Holy Fire”, Foals se jugaba el todo o nada. Después de “Total Life Forever”, su segundo disco lanzado en 2010, Yannis Philippakis y compañía podrían seguir jugando a hacer álbumes con dos o tres muy buenos y destacados tracks, o realmente entregar un trabajo completo, cohesivo y coherente con sus capacidades. 

En mi opinión, por fin lo han logrado. Pero ese reconocimiento será difícil de obtener. Foals se ha ganado a lo largo de los años una presión innecesaria: la maldición del aplauso de NME, la influyente y controvertida revista británica de música, pesa sobre sus hombros. Esta distinción inmediatamente levanta sospechas y prejuicios entre los críticos de música en Estados Unidos. 

Y es que también se han encargado de hacerse de una engreída fama. En “Antidotes”, su álbum debut, comenzaron a trabajar en Nueva York con Dave Sitek (de TV on the Radio) como productor, pero terminaron por “remixear” todo el álbum ellos mismos en Londres. Además, decidieron no incluir su primer sencillo “Hummer” en el corte final de canciones de su álbum debut. 

Buenas o malas decisiones, pero por lo menos Foals ha demostrado que tienen el control de su trabajo, y eso hay que respetarlo. 

De regreso a “Holy Fire”, el álbum tiene un aire funk que se combina con su rock matemático –el sello de la banda–, lo que da pie a canciones como “My Number”, el track más bailable del disco. 

En “Inhaler”, Foals se atreve a subir el tono para hacerlo un guiño al post nu–metal con un coro que bien podría firmar P.O.D. sin problemas. El experimento es llamativo.   

“Holy Fire” sin duda es el álbum más completo y más accesible de Foals. Quizá no tenga la urgencia de “Antidotes”, pero la suma de sus tracks deja un mejor sabor de boca.

Álbum recomendado: “Holy Fire”
Foals
[Warner; 2013]
140 pesos en iTunes

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