El retorno del rey

Es difícil ser una estrella pop cuando estás a punto de cumplir 40 años.

Robbie Williams es el más reciente artista en enfrentar esta realidad. Pese a ser el hombre salido de una "boy band" que más discos ha vendido en la historia (unos 50 millones más que Justin Timberlake) y el artista masculino más popular de Gran Bretaña en los últimos 15 años, la BBC cree que ya pasó su fecha de caducidad.

Esteban Castro Esteban Castro Publicado el
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Es difícil ser una estrella pop cuando estás a punto de cumplir 40 años.

Robbie Williams es el más reciente artista en enfrentar esta realidad. Pese a ser el hombre salido de una “boy band” que más discos ha vendido en la historia (unos 50 millones más que Justin Timberlake) y el artista masculino más popular de Gran Bretaña en los últimos 15 años, la BBC cree que ya pasó su fecha de caducidad.

Los encargados de BBC Radio 1 se negaron a incluir a “Candy”, el más reciente sencillo de Williams, en la programación habitual por considerar que la música de Williams simplemente no va con los intereses de los radioescuchas de entre 15 y 29 años, hacia quienes va dirigida la estación.

Aunque “Candy” es la canción más inmediata (y pegajosa) de Williams desde 2005, el cantante parece estar condenado hacia el término “adulto-contemporáneo” por la BBC.

Sin embargo, un hit es un hit y su poder no puede ser detenido. El contagioso ritmo de este track, compuesto junto a Gary Barlow –su antiguo compañero en Take That– y Owen Pallet –el hombre más ocupado de la música actualmente–, ha hecho que la canción cumpla su segunda semana como la canción número uno en el Reino Unido. Su disco “Take The Crown” ocupará la misma posición el domingo. Nada mal para un popstar de 38 años.

En “Be a Boy” –la canción que abre el disco– Williams expone claramente su opinión para quienes creen que ya ha perdido el toque: “They say the magic was leaving me, I don’t think so”. Canciones como “Hunting For You” y “Different” son pruebas de que Robbie aún tiene la sensibilidad pop a flor de piel.

La nostalgia que evidenció en su anterior disco ha quedado atrás y ha sido sustituida por intentos de crear himnos que puedan recrear sus grandes momentos de gloria de los 90. 

Su misión de recuperar la corona del pop británico comienza una vez más en “Take The Crown”. 

Es un buen inicio.

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