Tenoch Huerta, el también activista y promotor del movimiento Poder Prieto, ha criticado el “échaleganismo”: Foto: Tenoch Huerta

“Échaleganismo”: ¿Qué es el término que ha criticado Tenoch Huerta?

Tenoch Huerta aseguró que no cree en el “échaleganismo”. Te explicamos por qué lo dijo y de qué se trata este término

Tenoch Huerta además de ser actor, es un activista y parte del movimiento Poder Prieto, por lo que suele hablar de situaciones que afectan a las personas menos privilegiadas; cuestionando y criticando ideas muy arraigadas en la sociedad tal como sucedió recientemente con el “échaleganismo”.

Lo anterior, debido a que el intérprete de Namor, señaló que no considera que las personas solo necesitan “echarle ganas” para poder salir de condiciones precarias y de la pobreza, debido a que todos están en contextos sociales diferentes.

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De esta forma, para que comprendas de una manera más clara a qué se refiere el actor y las razones por las cuales Tenoch Huerta criticó esta ideología, te explicamos de qué se trata el “échaleganismo”.

¿Qué es el “échaleganismo” que criticó Tenoch Huerta?

El “échaleganismo” no es otra cosa que el mito de la “meritocracia”, y aunque pueda parecer un término muy complicado de entender, en realidad es muy sencillo, pues en éste se cree que las personas pueden lograr todo lo que se propongan si trabajan duro, en pocas palabras, si “le echan ganas”.

De ahí el “échaleganismo”. De esta forma, para que las personas puedan llegar a la parte más alta de la pirámide social, alcancen privilegios y una situación de riqueza, solo necesitan talento, esfuerzo y dedicación; es decir, de su propio mérito.

A pesar de que no suena algo imposible, esta idea no toma en cuenta el contexto en el que se desenvuelven todas las personas: si son ricas, tienen herencias, son trabajadores, o viven en situaciones de pobreza, explica el artículo Meritocracia y desigualdad económica.

Esto es muy importante, ya que son situaciones que distorsionan la igualdad de posibilidades: “a pesar de la vasta creencia de que el ingreso es fruto del esfuerzo, la cantidad de ganas echadas no es proporcional al éxito obtenido”, explica Alice Krozer en su texto La mentira de la meritocracia: para ser rico hay que nacer rico.

O en palabras de Tenoch Huerta: “la señora de los tamales se levanta a las 4 de la mañana y se duerme a las 11 de la noche y no se hace rica. El don de la basura trabaja en condiciones infrahumanas y no se hace rico”.

Y aunque esto no quiere decir que las personas que son ricas no trabajan duro, al criticar el “échaleganismo”, se hace ver que ellos le “echan” tantas ganas como lo hacen otras personas; pero no todas logran acceder a un nivel más alto, debido a que viven en situaciones desiguales.

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Pues mientras el 74 por ciento de las personas que nacen en pobreza en México nunca salen de ella; con o sin ganas, aquellos que nacen ricos casi nunca pierden su posición y heredan los privilegios a sus hijos, explica Alice Krozer.

Es por este motivo que Tenoch Huerta señaló: “El pe*o es que la élite nunca le echó tantas ganas y llegó. Los hijos de la élite cultural no hicieron un esfuerzo extraordinario y llegaron”.

Además, aseguró que “la blanquitud” no tuvo necesidad de pararse a las cuatro de la mañana, trabajar en condiciones infrahumanas o dedicar su vida para lograr la riqueza, ya que en muchos casos ésta es heredada.

Por este motivo señaló que no cree que solo falta “echarle ganas” para poder llegar lejos y salir de la pobreza: “la élite no se esfuerza igual, sólo hacen esfuerzos ordinarios (lo cual no demerita o anula su lucha, pero no es igual)”.

Finalmente señaló: “El echaleganismo significa sacrificar vida, tiempo, salud, familia, amores y bienestar para ‘llegar’ a codazos contra otros prietos, al 20 por ciento de sobras que ellos nos dejaron.”

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