Dibujando los antojos

¿Antojo de algo dulce a media tarde? No abras ese paquete de galletas dotadas de calorías vacías y grasas saturadas. Toma un lápiz y un papel, y haz un dibujo de éstas. Tu cuerpo y tu estado de ánimo te lo agradecerán. 

De acuerdo a un estudio publicado este mes en el Journal of Behavioral and Brain Science, dibujar los alimentos que resultan dulces al paladar, ricos en azúcar o con un alto contenido de grasa trae consigo una mejora en el estado de ánimo, en comparación con la ingesta de alimentos amargos. 

¿Antojo de algo dulce a media tarde? No abras ese paquete de galletas dotadas de calorías vacías y grasas saturadas. Toma un lápiz y un papel, y haz un dibujo de éstas. Tu cuerpo y tu estado de ánimo te lo agradecerán. 

De acuerdo a un estudio publicado este mes en el Journal of Behavioral and Brain Science, dibujar los alimentos que resultan dulces al paladar, ricos en azúcar o con un alto contenido de grasa trae consigo una mejora en el estado de ánimo, en comparación con la ingesta de alimentos amargos. 

Para comprobarlo, investigadores de la Universidad de San Buenaventura, en Estados Unidos, reclutaron a 61 estudiantes –22 hombres y 39 mujeres–.Estos fueron divididos en cuatro grupos: aquellos que dibujaron quequitos –ricos en grasa y en azúcar–, otros esbozaron pizza –alta en grasa y baja en azúcar– y otra fracción de personas dibujó fresas –bajas en grasas, ricas en azúcar–. 

El cuarto grupo dibujó pimientos, que son bajos en azúcar y bajos en grasa.

Todos los participantes utilizaron los mismos colores –rojo, verde y negro– para hacer sus figuras. 

Se encontró que quienes dibujaron pizzas mejoraron 28 por ciento su estado de ánimo. Y evaluaron su hambre, su estado de ánimo y su nivel de interés y emoción, antes y después de llevar a cabo esta tarea. 

También encontraron que aquellos que dibujaron quequitos mejoraron su humor 27 por ciento, mientras que con el esbozo de fresas el ánimo aumentó 22 por ciento. Y solo 1 por ciento para quienes dibujaron los pimientos.

A decir de los especialistas, los cambios en el estado de ánimo no tuvieron relación con el índice de masa corporal de los participantes –la mayoría tenía sobrepeso–, ni con la ingesta de azúcar y grasa, sino con las representaciones que hicieron de los alimentos. 

Los autores señalaron que esta clase de ejercicio “puede ser utilizado como una intervención para elevar el estado de ánimo a corto plazo”.

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