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Cuando el amor destruye

La monogamia, la moral, el deseo, son las constantes entre las que lucha el ser humano consigo mismo, al contraer el compromiso de llamarle amor, a una relación sentimental entre dos personas.

Pero en el amor, todo puede cambiar cuando entra en juego la pasión.

La obra de 1981 “Pasión” del británico Peter Nichols, es traída a la modernidad a 35 años de su estreno por David Olguín, dramaturgo y director de teatro, quien ganó en 2010 el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón.

La monogamia, la moral, el deseo, son las constantes entre las que lucha el ser humano consigo mismo, al contraer el compromiso de llamarle amor, a una relación sentimental entre dos personas.

Pero en el amor, todo puede cambiar cuando entra en juego la pasión.

La obra de 1981 “Pasión” del británico Peter Nichols, es traída a la modernidad a 35 años de su estreno por David Olguín, dramaturgo y director de teatro, quien ganó en 2010 el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón.

A pesar de que el tiempo ha pasado por el libreto, la puesta en escena se siente fresca y es que Olguín atribuye, a que el tema genera las mismas preguntas atemporales a resolver.

“Esa posibilidad del amor, digamos como idealizado, esa visión romántica del ‘para siempre’ frente a las relatividades del tiempo, de la vida, de la vida en pareja estable opuesta a la transgresión, es decir, es un texto que te pone las preguntas esenciales sobre las relaciones amorosas y sentimentales”, comentó a Reporte Indigo.

La infidelidad en el siglo XXI

La manera en cómo se comunican los personajes que están al filo del adulterio en la obra, en el guión de Nichols originalmente se apegan al correo convencional, sin embargo Olguín refresca el texto utilizando las nuevas tecnologías, como el uso del correo electrónico y
teléfonos celulares.

“En nuestra comunicación, estamos en los tiempos del vértigo, de la velocidad, de la inmediatez, dicen por ahí de lo líquido frente a lo sólido, creo que parte de eso está ahí en el montaje”, explicó.

Otra de las libertades creativas que se permitió el dramaturgo mexicano, es alterar el estado de un personaje secundario, la hija del matrimonio entre Leonor y James, quien en la puesta original es una mujer casada con hijos.

“Me importaba meter el personaje de la hija, no tanto como lo pintaba el autor, sino también una hija que está en el proceso de divorcio de ruptura de su pareja”, especificó Olguín para darle un contexto actual a un proceso que sucede en todos los ámbitos generacionales.

México y la doble moral

El director de teatro considera que “Pasión” es una obra que es latente en los mexicanos debido a la doble moral que rodea a nuestra sociedad. Además, el primer acto cuenta con varios quiebres cómicos de toque ácido que hablan precisamente del dolor que atraviesa la pareja, al haber un tercero en discordia.

“Nos pega a nosotros en lo particular porque somos muy de doble moral, o al menos todavía la generación de los que estamos en la mediana edad en este momento, los jóvenes creo que son otra cosa y han cambiado mucho en sus términos de moral social en el país”, ahondó Olguín.

El espejo de la realidad que ofrece “Pasión”, es un momento en el que los bandos de ambos sexos se confrontan con la comedia, “y a la vez, cómo de pronto se indignan y luego se ríen de la postura opuesta y esto es algo que maneja mucho la obra, en el sentido de cómo va cambiando el punto de vista, te va sorprendiendo las resoluciones que tiene”, relató.

Escenario apasionado

La obra de teatro se presenta en el Teatro Helénico de la Ciudad de México, los viernes a las 8.30pm, Sábados 6 y 8:30 pm y Domingos 5 y 7:15pm hasta el 3 de julio. El costo de boletos comienza desde 160 pesos.
 

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