Comiendo por dos

El embarazo suele hacer que la salud de una mujer se convierta en el centro de atención. Entre otros cuidados básicos, se hace énfasis en la importancia de que las madres lleven una alimentación balanceada para evitar complicaciones en el desarrollo del bebé.

Pero incluso al momento de la concepción, la dieta de la madre puede dejar huella permanente en el genoma del bebé. Este fue el hallazgo del primer estudio realizado con humanos que arroja evidencia de que un factor ambiental puede alterar las características del ADN del bebé durante los primeros días de su gestación. 

El embarazo suele hacer que la salud de una mujer se convierta en el centro de atención. Entre otros cuidados básicos, se hace énfasis en la importancia de que las madres lleven una alimentación balanceada para evitar complicaciones en el desarrollo del bebé.

Pero incluso al momento de la concepción, la dieta de la madre puede dejar huella permanente en el genoma del bebé. Este fue el hallazgo del primer estudio realizado con humanos que arroja evidencia de que un factor ambiental puede alterar las características del ADN del bebé durante los primeros días de su gestación. 

El estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical (LSHTM, por sus siglas en inglés), y la Unidad MRC, en Gambia, al Oeste de África, abarcó una muestra de 167 mujeres embarazadas de la Gambia rural –84 mujeres concibieron durante la estación húmeda y 83 en la estación seca–. 

En dicha zona, la “dependencia de la población hacia sus propios alimentos cultivados y el marcado clima estacional imponen una gran diferencia en los patrones de alimentación entre la temporada seca y de lluvias”, señala un comunicado. 

Se encontró que los niños que fueron concebidos durante la estación de lluvia presentaban una mayor tasa de modificaciones químicas en el ADN (o “metilación”) en los seis genes que fueron estudiados. 

A su vez, estos cambios genéticos estaban asociados a los niveles de nutrientes en la sangre de la madre al momento de la concepción. 

Si bien aún se desconocen las consecuencias de estos efectos en las propiedades del ADN, los resultados han demostrado que, finalmente, “(…) la nutrición de la madre antes de la concepción y durante el embarazo temprano es importante y puede tener implicaciones para la salud de la siguiente generación”, dijo a la BBC la doctora Branwen Henning, autora del estudio.

Por ende, concluyó que “las mujeres deberían llevar una alimentación bien balanceada antes de concebir y durante el embarazo”. 

Andrew Prentice, quien es profesor de Nutrición Internacional de la LSHTM, apuntó que el objetivo final del equipo de investigación es definir, para las mujeres que se convertirán en madres, una dieta óptima que prevenga defectos en el proceso de metilación. 

Y explicó que actualmente ya se utiliza el ácido fólico antes de la concepción para prevenir defectos en los embriones. “Ahora nuestra investigación apunta hacia la necesidad de un cóctel de nutrientes, que podría obtenerse de la dieta o de suplementos”.

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