‘Bibliotecario’ molecular descubre un nuevo compuesto

El fármaco podría prevenir una complicación quirúrgica frecuente, conocida como daño por reperfusión

Investigadores de Johns Hopkins afirman que encontraron un compuesto que podría prevenir la lesión por reperfusión, que es el daño que desencadena el restablecimiento de la circulación tras los tiempos de isquemia a los que se somete un tejido al cabo de una intervención quirúrgica, un infarto de miocardio o una apoplejía.

El equipo de expertos patentó el compuesto descubierto, al que llamó “rapadocin”, junto con sus 45 mil sustancias químicas emparentadas. Jun O. Liu, autor principal de este estudio y catedrático de Farmacología y Oncología en la Universidad Johns Hopkins, explica que antes de empezar a comercializar el fármaco o emplearlo en el ámbito clínico, aún se deben realizar más estudios de toxicidad y ensayos clínicos en humanos.

“El daño por isquemia-reperfusión es una complicación que se presenta con frecuencia tras intervenir quirúrgicamente a los pacientes, sobre todo en los ancianos”, afirma Liu, quien supervisa una amplia quimioteca integrada por los compuestos que han permitido fabricar todos los fármacos conocidos hasta la fecha.

El daño por reperfusión ocurre al terminar el acto quirúrgico, cuando los cirujanos retiran el pinzamiento de los vasos sanguíneos y se restaura la circulación sanguínea, con la llegada de oxígeno y nutrientes a las células que, transitoriamente, habían dejado de recibir dichos elementos. Este incremento brusco de sangre puede desencadenar una importante respuesta inflamatoria y la activación de mecanismos de muerte celular

El problema también se manifiesta después del infarto de miocardio y la apoplejía, cuando se restablece la circulación en una arteria previamente ocluida. En la actualidad, se estudian varios fármacos para tratar el daño por reperfusión, aunque se ha comprobado que, en algunos casos, ofrecen cierta eficacia terapéutica los anticoagulantes y los antiinflamatorios.

Liu indica que la identificación del compuesto nuevo surgió tras repasar la acción del sirólimus, fármaco que había estudiado durante sus años como investigador postdoctoral. Básicamente, este fármaco inhibe el sistema inmune y se receta habitualmente a pacientes renales trasplantados a fin de prevenir el rechazo del órgano.

“Siempre me pareció que el sirólimus tenía propiedades interesantes, ya que es muy estable y las células pueden absorberlo en grandes cantidades, principalmente por su estructura química”, afirma.

Desde el punto de vista molecular, el sirólimus y el tacrólimus, otro agente inmunodepresor, presentan una estructura única que forma casi la mitad de un anillo; dicha mitad, que se conoce como el dominio de unión al FK (FKBP), es casi idéntica entre los dos agentes, y la otra mitad, que se conoce como dominio efector, es diferente en cada uno.

El informe sobre el método de diseño e identificación de rapadocin, así como las pruebas de laboratorio que se realizaron en ratones con daño renal por reperfusión, se han publicado en la revista científica digital, Nature Chemistry.

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