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Amor con sabor a soledad

El amargo sabor de una bachata dominicana en la voz llena de nostalgia de Ramón Cordero cantando “La causa de mi muerte”, así inicia una película que ofrece un drama lejano de ser extraordinario pero que sigue siendo distinto en pleno siglo 21.

La película “Dólares de arena” cuenta la historia de Anne (Geraldine Chaplin), una dama mayor francesa que vive en Samaná y pasea diariamente en las playas Las Terrenas de República Dominicana, donde busca olvidar las penas de una vida burguesa europea. 

El amargo sabor de una bachata dominicana en la voz llena de nostalgia de Ramón Cordero cantando “La causa de mi muerte”, así inicia una película que ofrece un drama lejano de ser extraordinario pero que sigue siendo distinto en pleno siglo 21.

La película “Dólares de arena” cuenta la historia de Anne (Geraldine Chaplin), una dama mayor francesa que vive en Samaná y pasea diariamente en las playas Las Terrenas de República Dominicana, donde busca olvidar las penas de una vida burguesa europea. 

En su andar conoce a Noeli (Yanet Mojica), una chica lugareña que “vende caro su amor” al mejor postor de la isla y sueña con partir del Caribe.

Anne se sumerge en las mieles del deseo por la jovencita que solamente tiene intereses económicos, y ahí en el viento engañoso y la arena tempestuosa se teje una historia de amor que sucumbe al dolor, la tristeza y la solitud.

“Un amigo de nosotros, David Puig, estaba justo abriendo una editorial en República Dominicana, encuentra este libro ‘Los dólares de arena’ editado en Francia (…) llega por ese motivo a nuestras manos, lo leemos, nos gusta y decidimos que es un buen punto de partida”, argumenta en entrevista para Reporte Indigo el co-director de la cinta, Israel Cárdenas, de cómo se inspiraron en la novela de Jean-Noël Pancrazi para realizar la película.

Esta es la cuarta película que realiza junto a la directora dominicana Laura Amelia Guzmán, con quien empezó haciendo mancuerna en “Cochochi” del 2007, en 2010 con “Jean Gentil” y en el documental “Carmita” del 2013.

‘Era una película medio salvaje’

El cineasta mexicano platica que al momento de producirla, “era una película medio salvaje”, lo cual se logra retratar al ver a cuadro al país caribeño que lleva un aroma a melancolía en sus calles.

 “Es una película de un amor imposible (…), creo que lo veo más por el tema de la soledad y la necesidad que el ser humano tiene sin importar que tan diferente es el uno del otro”, dice Cárdenas.

Como anécdota especial el cineasta cuenta que durante el casting, al no ser actriz Yanet Mojica, se hizo la prueba a cuadro con Geraldine Chaplin y se dio un recuerdo a la posteridad.

“Empezamos a hacer los ensayos sin aprender líneas y Yanet lo hacía tan espontáneo y tan natural, inventaba las escenas de una manera muy linda que agarró confianza y le decía a Geraldine cómo actuar, quizá pueda sonar delicado cómo esta muchachita diciéndole a Geraldine cómo hacer las cosas, pero en el contexto que se dio era muy tierno, muy lindo”, narra el cineasta.

Geraldine Chaplin: Rompiendo las olas

La experimentada actriz de 71 años de edad se involucró en el proyecto desde antes de que tuviera un financiamiento, todo fue gracias a que tuvo la oportunidad de ver “Jean Gentil” y ella confió plenamente en los realizadores cuando dieron con ella.

“Nos contestó muy rápido y con mucho entusiasmo entonces a partir de ahí, sabiendo que la teníamos a plena disposición empezamos a jugar con versiones totalmente diferentes del guión, empezó a tomar fuerza este personaje y al final terminó siendo el protagónico” cuenta el cineasta oriundo de Monterrey.

En el libro la relación de amor se da entre dos hombres, por lo que la cinta toma la libertad de explorar la ficción de manera distinta a la literaria. 

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