Alerta por iceberg

Un iceberg del tamaño de Singapur amenaza con entrar en las rutas de navegación marítimas internacionales. La masa de hielo de casi 700 kilómetros cuadrados de extensión se desprendió del Glaciar de la Isla de Pino (PIG, por sus siglas en inglés) en la Antártida en julio de 2011. El PIG se considera el mayor glaciar del continente helado. Y en cada periodo de entre seis o 10 años pierde grandes volúmenes de hielo.

Un iceberg del tamaño de Singapur amenaza con entrar en las rutas de navegación marítimas internacionales. La masa de hielo de casi 700 kilómetros cuadrados de extensión se desprendió del Glaciar de la Isla de Pino (PIG, por sus siglas en inglés) en la Antártida en julio de 2011. El PIG se considera el mayor glaciar del continente helado. Y en cada periodo de entre seis o 10 años pierde grandes volúmenes de hielo.

Su trayecto será rastreado por un equipo de investigadores de la Universidad Sheffield y Southampton, que ha recibido una subvención de emergencia de 80 mil dólares, según la BBC. Y así evitar que sucedan tragedias como el choque y hundimiento del “Titanic”, en 1912.

Con este subsidio también se financiará un proyecto de seis meses para predecir el movimiento del gran bloque de hielo a través del Océano Austral.

Grant Bigg, investigador que encabeza el proyecto, dijo a la BBC que en caso de que el iceberg llegue al Pasaje de Drake –como ha sucedido con otros bloques de hielo–, que separa América del Sur de la Antártida, específicamente entre el cabo de Hornos (Chile) y las islas Shetland del Sur (Antártida), éste podría poner en jaque la operación del transporte marítimo internacional.

En caso de que la circulación del iceberg represente una amenaza, es decir, que se dirija hacia o se abra paseo en las vías de transporte marítimo mundial, se emitirá una advertencia a través de diversos organismos globales que alertan sobre los peligros del hielo ártico. 

Entre otros satélites, los científicos utilizarán datos del satélite de radar de alta resolución alemán TerraSAR-X, que fue precisamente el que alertó a los investigadores de aquella fractura a lo largo y ancho del Glaciar de la Isla de Pino en 2011.

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