Un millón para los #diputables

Hasta el domingo pasado todo era calma en redes sociales, los temas recurrentes eran los últimos días de vacaciones, el regreso a clases y la súper luna de agosto. Pero nuestra clase política, siempre inquieta y extrovertida, no tardaría mucho en dar de qué hablar y convertirse en el nuevo trending topic.

 La mañana del lunes, un grupo de diputados del PAN propuso al mundo la versión mexicana de la película “The hangover”.

Juan Carlos Altamirano Juan Carlos Altamirano Publicado el
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Hasta el domingo pasado todo era calma en redes sociales, los temas recurrentes eran los últimos días de vacaciones, el regreso a clases y la súper luna de agosto. Pero nuestra clase política, siempre inquieta y extrovertida, no tardaría mucho en dar de qué hablar y convertirse en el nuevo trending topic.

 La mañana del lunes, un grupo de diputados del PAN propuso al mundo la versión mexicana de la película “The hangover”.

Ubicada en Villa Balboa, una lujosa mansión de Puerto Vallarta con un costo diario de 3 mil dólares, y con las actuaciones estelares de Luis Alberto Villareal, diputado federal por Guanajuato y actual coordinador del Grupo Legislativo del PAN; Jorge Iván Villalobos, vicecoordinador de la bancada panista en San Lázaro; Alejandro Zapata Perogordo, coordinador de enlace de los grupos parlamentarios del Comité Ejecutivo Nacional.

 También hicieron su debut Máximo Othón Zayas, diputado federal por Sonora; Martín López Cisneros, diputado federal por Nuevo León y flamante aspirante a la alcaldía de Monterrey y, por si fuera poco, José Alfredo Labastida Cuadra, secretario técnico del grupo legislativo del PAN. Este último nos regaló una de sus más viriles tomas, pues aparece con una escort saliendo de dormitorio, con la camisa desabotonada. Una “joya” de cuadro para el cine de ficheras.

 Aunque hay otros #diputables, estos son los que definitivamente le quitan el sueño a Bradley Cooper, Ed Helms y Zach Galifianakis. Todos se ven contentos y entretenidos, como no iba a ser así, si se encontraban rodeados de “académicas” e “investigadoras”, que seguramente fueron contratadas para emitir recomendaciones a los panistas que se preparaban para el debate energético.

 Por supuesto, la responsabilidad no es de las escorts, ellas estaban allí para hacer lo que saben hacer. El punto es el dinero con el que se les pagó, con el que se rentó la mansión y con el que se auspició la bebida, la música y demás ingredientes para una “pachanga” de película.

 No se requiere de un oráculo para sospechar que tratándose de los días en los que los #diputables panistas celebraban su reunión plenaria en Vallarta, los gastos corrieron a cargo del erario, es decir, de los impuestos que pagas tú y que pago yo.

 Entonces, “The hangover” versión San Lázaro adquiere otra dimensión porque, de tratarse de vida privada, cada quien hace con su dinero y con su tiempo lo que le venga en gana. Pero si se trata de servidores públicos, de cómo y en qué gastan el dinero que los mexicanos les confiamos, la historia pasa de la comedia a la tragedia.

 Es imprescindible que Gustavo Madero muestre una sanción ejemplar ante lo sucedido en Vallarta a principios de este año, obvio, si quiere conservar el respeto no solo de sus correligionarios sino de miles de potenciales votantes, para intentar calmar las aguas a escasos meses de la elección intermedia de 2015.

 De lo contrario, la versión panista de “¿Qué pasó ayer?” tendrá un triste final para sus protagonistas.

 No es cosa fácil, en tiempos en que se asoman inverosímiles propuestas para otorgar bonos a cada diputado por un millón de pesos, habrá que convencer a más de un millón de espectadores, cifra que tiene el video en You Tube, de que lo que sus ojos ven no concuerda con la realidad de su partido político.

 Un millón y contando para los #diputables.

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