La CNDH debe garantizar el bienestar de todos los ciudadanos.

Mordaza en la CNDH

Hace unos días, se hizo pública una investigación periodística en la que un medio informativo develó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ocultó expedientes y testimonios que evidencian violaciones a los derechos humanos de miles de personas migrantes que arribaron a nuestro país. Por su parte, de manera inentendible y contraria a la […]

Hace unos días, se hizo pública una investigación periodística en la que un medio informativo develó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ocultó expedientes y testimonios que evidencian violaciones a los derechos humanos de miles de personas migrantes que arribaron a nuestro país.

Por su parte, de manera inentendible y contraria a la transparencia, la CNDH anunció que “se ha dado parte a las instancias competentes a fin de que realicen las investigaciones respectivas, se deslinden las responsabilidades correspondientes y se apliquen las sanciones a que haya lugar. Este Organismo Nacional condena la difusión de notas periodísticas sustentadas en la obtención de información de manera ilegal o ilegítima, más aún cuando existe una tendencia a desinformar”. Refiriéndose a la investigación periodística realizada.

Lo que es condenable es que se persiga a los servidores públicos que transparentaron esta información. La CNDH debe hacer pública la información relacionada con los informes que tiene en su poder sobre violaciones graves a los derechos humanos de personas migrantes, observando en todo momento, el derecho a la privacidad y la protección de datos personales de las víctimas.

Es vital que la Comisión, en uso y ejercicio de sus facultades, emita las recomendaciones necesarias por las transgresiones a los derechos humanos de las personas migrantes.

Hay una crisis de violaciones graves a los derechos humanos de niñas, niños, adolescentes, mujeres y hombres migrantes, que incluso se ha agravado en los últimos años, no reconocerla, no hacerla pública y no emitir recomendaciones, no prestigia a una institución como la CNDH. La institución encargada de proteger los agravios en contra de los periodistas no debe intimidarlos.

Todo parece indicar que lo que le preocupa a la CNDH no son las agresiones que se transparentaron, sino que se evidenció que, ante los homicidios, feminicidios, tortura, trata de personas, amputaciones, abuso sexual y violaciones, en perjuicio de niñas, niños, adolescentes, mujeres y hombres migrantes de múltiples nacionalidades, dicha institución no ha fijado una posición clara, ni ha emitido las recomendaciones correspondientes.

El periodismo de investigación debe ser protegido, ya que es uno de los pilares que sustenta nuestra democracia y un instrumento de auditoria ciudadana de todas las instituciones del Estado y para ello está la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

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