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La República de los Muertos

Vengo aquí a tejer ese velo de Penélope que algunos intentamos hilar neciamente, dándole voz a aquellos que no la tienen; siendo parte de esa voz en reclamo que tiene más de ocho años presente.

Ante #Ayotzinapa y tantas fosas que llenan los periódicos de páginas de nota roja... Perdón, llenaban... Escribir duele, pero dolería más el silencio. 

Vengo aquí a tejer ese velo de Penélope que algunos intentamos hilar neciamente, dándole voz a aquellos que no la tienen; siendo parte de esa voz en reclamo que tiene más de ocho años presente.

Ante #Ayotzinapa y tantas fosas que llenan los periódicos de páginas de nota roja… Perdón, llenaban… Escribir duele, pero dolería más el silencio. 

Sin embargo, más allá de narrativas y silencios, me queda claro que cuando el presidente intenta robar la bandera de #Ayotzinapa, está reafirmando que siguen sin entender nada del ahora. Siguen sin entender que cada muerto tiene familia y que hoy en día todos los mexicanos somos #Ayotzinapa.

En esta República de los Muertos, hay aquí hospedada una voz clamando puntualmente el nombre de cada muerto y de cada desaparecido: ya hablamos de 17 primero y de 14 después… Un día de estos la cloaca se terminará de desbordar… En México, muertos y desaparecidos son legión…

Digamos por principio de cuentas que nuestros 43 y estos recientes 31 no han sido los únicos.  Según la PGR –démosle las gracias a la Hemeroteca de la UNAM–, durante 2012 se descubrieron 232 fosas con restos humanos en Baja California, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, y Zacatecas.

El modus operandi no ha variado; los asesinatos aumentaron. Una búsqueda hemerográfica nos reveló que durante 2013 se descubrieron restos humanos en 423 fosas clandestinas.

La geografía de la muerte continua, parece trabajo de arqueólogo ante el silencio orquestado desde el poder, hay documentadas hasta ahora fosas sin nombre en 18 de 32 estados.

¡Cómo se parecen hoy los acontecimientos de Ayotzinapa y Cocula a los vividos por la gente cuando se registraron los sismos de 1985! En esos días se vio el mismo dolor, la misma indiferencia del gobierno, la insensibilidad de Miguel de la Madrid Hurtado, sus lentos reflejos… sus incapacidades y absurdos silencios. Y el milagro se produjo. La gente –la solidaridad–  salvó a sus seres queridos, rascó con sus propias uñas y no solo desenterró a sus muertos, sino que además rescató algunas de sus pertenencias.

En esos días, el pueblo de México tomó las riendas de su destino. El gobierno, rebasado como ahora mismo, solo acertó a dar palos de ciego.

Desde el asesinato en #Ayotzinapa han pasado dos meses y nada se ha conseguido. Un decálogo de recetas viejas que mató cualquier expectativa real de solución.  Como en el 85, el siguiente paso será la acción. Cuando la gente comprenda que la búsqueda de los 43 y de los 31 es infructuosa, empezará la rabia y con ella la siguiente fase del movimiento: la solidaridad.   

A Miguel de La Madrid se le vino encima un terremoto. La rechifla en el Estadio Azteca evidenció hasta qué punto se había devaluado el Señor Presidente.

Rebasado como De La Madrid, Enrique Peña Nieto tuvo su propia rechifla. Hombre marcado por una especie de mala racha que no le abandona desde los tiempos de su campaña –remember Ibero- ya no le queda sino entender que la bola ya está del lado de la gente. Y la gente hoy continúa expresándose en el trending topic del #YaMeCanse, presente todos los días.