El festín de los elogios

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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No adules a tu hermano, porque es una traición; si tu hermano te adula, teme que te corrompa.

Código Moral Masónico

El mundo se mueve en base a la adulación y de quienes gustan de esta coba, de ser lamebotas para escalar en posiciones sociales, políticas o profesionales; al menos, la sociedad funciona con este patrón desde tiempos inmemorables.

No importa de dónde seas, cuál sea tu origen o qué tan inculto o iletrado seas, si sabes ser un lambiscón llegarás hasta la cumbre de cualquier lugar. Muestra de ello lo ejemplifica La favorita, película que se traslada hasta el siglo XVIII y refleja la pequeña cúpula de poder en la que se manejaba la reina Ana Estuardo de Inglaterra.

E l cineasta griego Yorgos Lanthimos tomó el guión que escribió Deborah Davis desde 1998 y lo hizo suyo. El director conjuga los elementos del reinado británico, tales como el vestuario, las locaciones y la música, además de un reparto excepcional.

La triada de actrices Olivia Colman, Raches Weisz y Emma Stone interpretan a la reina Ana, Sarah Churchill y Abigail Masham, respectivamente. Las dos últimas peleándose el interés y la atención que puede brindarles la monarca, quien se encuentra sumida en una profunda depresión.

El ingrediente extra que aglutina esta formula fílmica con sello Lanthimos es la comedia, la cual alcanza a sobresalir sin empalagar al espectador, haciendo mella sarcástica entre sus personajes, que mantienen un constante rose de hipocresía.

El largometraje tiene el mérito de haberse realizado con 15 millones de dólares. Aunque contó con este módico presupuesto, la manufactura visualmente es excepcional, recordando y evocando a filmes como el de Barry Lyndon (1975), de Stanley Kubrick, ya que la mayoría de escenas se filmaron en película –no digital– con luz natural o apenas con las velas que había en set.

Aunque La favorita esté nominada a 10 premios Oscar –mismo número por los que compite Roma, de Alfonso Cuarón– este año la cinta está lejos de llegar a ser la preferida de la Academia.

Lo anterior es una lástima, ya que precisamente los elogios están dirigidos hacia otras producciones que potencialmente puedan colocarse como las favoritas a Mejor Película.

Hay un amargo sabor al salir de ver el filme de Lanthimos, una sensación dividida por el apremio de haber visto una obra de arte, pero que posiblemente se quede ignorada en la noche de los Oscar por falta de lisonja entre sus agremiados.

¿Cómo podría La favorita convertirse en LA favorita?

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