La Nueva Escuela Mexicana ha decidido adoctrinar al magisterio, y a las y los alumnos, porque así lo desea el inquilino de Palacio. Foto: Especial

Discurso de odio en los libros de texto

Quienes elaboraron los libros de texto lo último que preservaron fue el derecho que tienen las niñas, niños y adolescentes, a una educación de calidad

No es suficiente con que en los libros de texto se pretenda adoctrinar a millones de niñas, niños y adolescentes, sino también a las y los docentes.

Las apologías a la violencia disfrazada de justicia solo refuerza el discurso de odio, y la división entre las y los mexicanos. Las guías de los profesores de secundaria están plagadas de ello, provocando que las y los maestros se convenzan del discurso de que la cuarta transformación es el mejor gobierno que ha tenido México.

La Nueva Escuela Mexicana ha decidido adoctrinar al magisterio, y a las y los alumnos, porque así lo desea el inquilino de Palacio, que sueña con tener el control absoluto de todo, en este caso de la educación de nuestras niñas, niños y adolescentes.

A este gobierno no le interesan nuestra infancia ni adolescencia, y está por demás comprobado, hasta ahora no hay políticas públicas enfocadas a su atención primordial, sin embargo, cree que puede hacer uso de ellos para preservar su gobierno.

Con lo anterior está clarísimo que el modelo de enseñanza en nuestro país, es y será un fracaso, como todo lo que este gobierno ha hecho; ahí están sus obras magistrales que hasta ahora no funcionan, la refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Insabi.

Como lo he venido diciendo, este modelo, que no podemos llamar educativo, solo abrirá más las brecha de desigualdad educativa y social.

Quienes elaboraron los libros de texto lo último que preservaron fue el derecho que tienen las niñas, niños y adolescentes, a una educación de calidad, por el contrario, representaron los intereses políticos de un gobierno, la politiqueria de la que tanto se queja el dueño de las mañaneras, y su visión partidista e idelogia.

Hecho que nos lleva a pensar que quizá esa fue una de las razones por las que la Secretaría de Educación Pública (SEP), reservó por cinco años la información de las asambleas realizadas para los planes de estudio y los libros de texto gratuitos.

Como diría mi querido amigo Enrique Fernández Menéndez: “En los libros no se reivindica la lucha democrática, sino la lucha armada para conquistar el poder: los secuestros de aviones y personas, las ejecuciones, los atentados. La reconstrucción de la historia nacional en la década de los 60 y 70 no se condice siquiera con la verdadera historia de aquellas organizaciones”.

No es suficiente con el discurso de odio todas las mañanas, ahora también lo podremos encontrar en los libros de texto, que su objetivo principal es educar, no adoctrinar y muchos menos, manipular.

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