¡Como arrimados!
Una final como arrimados
Así trató la televisión y la organización de la Femexfut, la propia Liga MX, a esta final Toluca contra Xolos. Entonces ¿por qué insistieron en que Toluca cambiara el horario?
Alfredo Domínguez Muro
Una final como arrimados
Así trató la televisión y la organización de la Femexfut, la propia Liga MX, a esta final Toluca contra Xolos. Entonces ¿por qué insistieron en que Toluca cambiara el horario?
Si usted se fija cuando en partidos de clásico: América-Chivas, Pumas-América, en fin, cuando ha habido estos partidos grandes de mucha convocatoria, se cambia a un horario vespertino y se le da media hora, 45 minutos o hasta una hora de previo. Pero se trataba de Toluca-Xolos, una final que realmente no pegó nacionalmente. Entiendo que el rating es importante, pero entonces si no se le iba a dar el respeto que necesita y merece la final del futbol mexicano, ¿para qué le movieron el horario al Toluca?
A las 12 del mediodía le das media hora antes, a las 11:30, y después nos permiten ver el festejo.
Incluso la Liga MX entregó el trofeo, le pidió a Gandolfi súbete y ya has tu fiestecita, pero no hubo los papeles de colores, no hubo un festejo realmente por parte de la Liga MX a los Xolos de Tijuana y nos es porque haya ganado Xolos o el Toluca, es porque…
No se le dio el sitio que merecía nuestra final
La Liga MX y la transmisión de televisión trataron a la Final como si fueran arrimados, ya parece que le hubieran hecho lo mismo al América, a las Chivas o a los Pumas; incluso al Cruz Azul. Ahí los quiero ver que se hubieran impuesto los criterios y la fuerza de los equipos como Monterrey y Tigres, les juro que la historia no sería esta que les estoy platicando.
Como arrimados en Chivas
Johan Cruyff trató a la gente de Chivas y al proyecto como si fueran los hermanos arrimados, y podría decirse que hasta los apestados. ¿Cómo es posible que Jorge Vergara haya entregado en esas manos oportunistas, ambiciosas, viscerales y sin cariño alguno el objetivo importante para Chivas?, cada vez que Cruyff habló fue para darnos una repasada burlona y superficial, por encimita para seguir cobrando mucho billete.
Se acuerdan que hasta se burló diciendo: “tienen un título en no sé cuántos años, éste no es un equipo grande”; y por si fuera poco nos hacía el favor de venir a ver algún partido de Chivas, venía dos o tres días y se iba.
Luego este señor John Van’t Ship es un mediocre, ¿qué cartas de presentación tenía para dirigir al equipo más grande de México?
Si Van’t Ship tiene dignidad tendría que irse con sus ‘maletas’, es decir, con quienes lo acompañaron y rodearon en este proyecto que sólo sirvió para asaltar la caja de Jorge Vergara, meterle la mano en el bolsillo para “robarle las chequeras”, no hubo otra situación, como arrimados en la escuela ‘pomposamente’ llamada Johan Cruyff, tardó nueve meses Jorge Vergara para darse cuenta de tres cosas: la primera, que lo estaban estafando; la segunda, que no había nadie en Chivas excepto él que estuviera convencido de lo que querían los holandeses, y la tercera, no se trata así al jugador mexicano, con tantas lesiones y ellos estaban de espaldas al famoso proyecto. Y el otro punto y esto es importante es que Jorge Vergara por primera vez se pone de cara a su afición, ahí escucha y rectifica, aunque le haya costado muchísimo dinero.
Me preguntan del detonador
Le aseguro que el detonador de todo esto fue sin duda el día después de la derrota de Chivas ante Toluca en el Estadio Omnilife, en la Ida de la Liguilla.
Ahí un imbécil, porque no se puede llamar de otra manera, pero un imbécil pomadoso, porque tiene su palco, provocó tanto a Vergara que lo sacó de sus casillas y Jorge se brincó equivocadamente, porque ya estaba desesperado, a defender su honra a golpes o empujones y esto generó un escándalo. Jorge ofreció disculpa, pero ¿qué dijo Cruyff de todo esto?, no criticóel proyecto ni la falta de resultados, ni el futbol mediocre y pésimo del equipo de Chivas, no, criticó a Jorge Vergara y dijo que ese no es el comportamiento que debe tener la gente de Chivas.
Ese es el detonador y el principio del fin. Y la otra, la llamada telefónica en la que se mandaron a volar, creo que Jorge Vergara lo mandó, a lo que usted está pensando, al rancho de Andrés Manuel López Obrador, llamado “La chingada”… Así de fácil.