Aros de cebolla

Los juegos Olímpicos modernos, inspirados en los juegos de la Olimpia griega del siglo VII A.C son sinónimo de unidad, nacionalismo y orgullo, al menos así es en la mayoría de los más de 206 países que competirán en Rio de Janeiro 2016.

Rodrigo Villegas Rodrigo Villegas Publicado el
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Los juegos Olímpicos modernos, inspirados en los juegos de la Olimpia griega del siglo VII A.C son sinónimo de unidad, nacionalismo y orgullo, al menos así es en la mayoría de los más de 206 países que competirán en Rio de Janeiro 2016.

Mañana arrancará la XXXI edición de los Juegos Olímpicos y 124 atletas mexicanos nos estarán representando. Sin embargo, al observar ayer otra de las marchas de los ya infames maestros y los testimonios de varios atletas mexicanos pierdo la esperanza en nuestro sistema educativo. Más no en nuestros niños y atletas, quienes a base de sudor y lagrimas representan a México. Y nos representan mejor que otras  delegaciones mexicanas.

Y es que, el sistema educativo en proceso de reforma sigue excluyendo a millones de niños. La politización del gremio impide el progreso educativo colectivo. No soy especialista en el deporte, pero no es secreto a voces que unas de las instancias educativas que deberían apostarle más a la nobleza del actuar gubernamental, la CONADE y en otra gama el COM, son dos sectores infestados por la corrupción, la ignorancia y la negligencia.

Pocos son los que entienden que hace un exprocurador estatal y comisionado especial de la seguridad en Michoacán como director de la instancia responsable de otorgar a la juventud los mayores soportes económicos, técnicos y educativos para desarrollarse como atletas de alto rendimiento sin tener que hacer fila.

Escuché de un atleta de alto rendimiento la frase aros de cebolla, cuando me explicó el sentir de su tatuaje de 100 pesos. Me dijo que aunque su determinación de tatuárselos era para enmarcar el orgullo de haber  clasificado, también le venia a la mente cuando miraba esa tinta de los cinco aros, el sacrificio personal y familiar que tuvo que hacer para llegar a sus primeros Juegos Olímpicos. Y es que al verlos eran como aros de cebolla, de golpe las lagrimas se le escurrían.

Es de asombro como es que son aquellos atletas que siendo la convicción y el coraje básicamente el único apoyo son quienes tienen mejor rendimiento.

Las promesas mexicanas, salvo algunas estrellitas, provienen de esfuerzos individuales, sacrificios y apoyos regionales.

Por ejemplo, el coahuilense, Ernesto Boardman, en la modalidad de tiro con arco, venido de atrás no sólo venció al favoritismo, sino que venció al statu quo en el que su deporte se encuentra en México y consiguió el pase a los Juegos Olímpicos, consolidándose como una de las grandes promesas.

Y así sobran ejemplos de verdaderos patriotas y profesionales del deporte que no buscan un mejor fichaje, más que el que puedan conseguir en oro, plata y bronce. Son estos los que no pierden la tierra y se olvidan de dónde vienen cuando la vulgaridad del dinero y la fama que corrompen llega.

No cabe duda que en materia de deporte, intrínsecamente de la mano de la educación, México  tiene mucho por hacer. Por que reconocer a la Selección Mexicana de Futbol que con tanto apoyo moral y económico, juega como nunca y pierde como siempre, no es suficiente.

Honor a quien honor merece, y reconocer a la Selección Mexicana de matemáticas, ciencias; o a aquellos atletas que con el mínimo apoyo y máximas trabas consiguen tantos resultados debería sernos prioridad. Por que eso, hará que nuestra juventud mire a los aros olímpicos como lo que son y no como aros de cebolla.

 

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