¿Washington realmente no quiere más armas?

No habían pasado 24 horas desde que el presidente Barack Obama hizo público su plan de 23 puntos ejecutivos sobre el control de armas y ya había causado numerosas reacciones en contra.

Obama propuso mayor control en la adquisición de fusiles y la prohibición de la venta de rifles de asalto y los cartuchos con capacidad para 30 balas o más,armamento similar al utilizado en las masacres de la primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, o la del cine en Aurora, Colorado.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Por ciento de las mujeres están de acuerdo con mayores restricciones en la venta de armas
"Tengo la esperanza que los tiroteos como los que presenciamos en Newtown, 34 días atrás, no pueden seguir siendo tolerados”
Joe BidenVicepresidente de Estados Unidos
La NRA ha prometido librar ‘la batalla del siglo’ para impedir las restricciones en la compra de armas para los civiles

No habían pasado 24 horas desde que el presidente Barack Obama hizo público su plan de 23 puntos ejecutivos sobre el control de armas y ya había causado numerosas reacciones en contra.

Obama propuso mayor control en la adquisición de fusiles y la prohibición de la venta de rifles de asalto y los cartuchos con capacidad para 30 balas o más,armamento similar al utilizado en las masacres de la primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, o la del cine en Aurora, Colorado.

La propuesta del reelecto mandatario tiene un futuro incierto, de acuerdo a muchos analistas, debido a que la Cámara de representantes cuenta con una mayoría republicana y los demócratas en el Senado no han tomado con gran convicción la propuesta.

A estas adversidades se le suman la renuente e impetuosa actitud de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).

La NRA, principal detractor de la propuesta del jefe de Estado, ha prometido librar “la batalla del siglo” para impedir las restricciones en la compra de armas para los civiles, informó AP.

El vicepresidente Joe Biden salió a defender ayer la incipiente propuesta, argumentando que es una preocupación “más urgente e inmediata” que cualquier otra que enfrente el pueblo norteamericano.

“Tengo la esperanza que los tiroteos como los que presenciamos en Newtown, 34 días atrás, no pueden seguir siendo tolerados”, dijo Biden en la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos en el Hotel Hilton, cercano a la Casa Blanca.

“(La matanza de) Newtown conmocionó a la nación. Ya no es posible ignorar las masacres que suceden en las calles de nuestro país.

“Llevaremos esta pelea al Congreso e iremos hasta donde sea necesario”, dijo Biden.

Un flojo Congreso

Los antecedentes del poder legislativo no ayudan al presidente norteamericano.

De acuerdo a cifras reveladas por la agencia de noticias Reuters, el Congreso de la primera administración de Obama ha sido el más improductivo en 16 años.

En los últimos cuatro años, el poder Legislativo fue incapaz de aprobar un presupuesto o la asignación de fondos de 13 proyectos posibles para las agencias federales.

También fallaron en ponerse de acuerdo para ratificar la Ley Agrícola o reformar el Servicio Postal, el cual actualmente se encuentra en quiebra.

La única esperanza que le queda a Barack Obama es el ala más moderada del partido Demócrata en la Cámara Alta para que su plan sea efectivo.

Estos senadores muy probablemente no refrenden la petición de la prohibición de las armas de asalto, sin embargo, si apoyarán normas que exijan más control en el historial de aquellos que compren armas.

El plan del exsenador de Illinois podría quedarse en el tintero si la hegemonía conservadora le impide, una vez más, un cambio en la legislación de la portación de armas.

“El derecho de portar armas, es un derecho, a pesar del desprecio del presidente Obama por la Segunda Enmienda”, dijo el legislador republicano Tim Huelskamp.

La Segunda Enmienda, incluida en la Constitución estadounidense, aprueba y brinda el derecho a poseer armas de todo tipo a los ciudadanos estadounidenses.

Dicha legislación fue aprobada en 1791, por lo que pudiera parecer anacrónica para algunos de sus detractores.

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