Con un rotundo “no”, las autoridades de Ucrania impidieron que la ciudad de Mariúpol se rindiera ante Rusia

Ucrania no se rendirá ante Rusia al menos a corto plazo debido a la fuerza demostrada por los ucranianos

Ante la negación por parte de las autoridades ucranianas para que esta ciudad se rinda ante Rusia, especialistas aseguran que eso no sucederá al menos en el corto plazo, debido a la fuerza que han demostrado los ucranianos y a la población que sigue habitando este territorio

Con un rotundo “no”, las autoridades de Ucrania impidieron que la ciudad de Mariúpol se rindiera ante Rusia.

Fue la noche del pasado domingo que el general ruso Mikhail Mizintzev dio un plazo para que los ucranianos entregaran dicha ciudad, ofreciéndoles a cambio la creación de un corredor humanitario para que supuestamente nadie resultara afectado.

El límite para dejar Mariúpol se venció la madrugada de este lunes, dejando a Rusia sin ninguna respuesta favorable, a excepción de la garantía de que las autoridades ucranianas seguirían trabajando para velar por su territorio.

El ultimátum se dio a conocer a 26 días de que la invasión a Ucrania comenzara, y ante una Mariúpol sumamente afectada: sin servicios de electricidad, escasez de alimentos y fármacos, y hasta con cuatro mil personas sin vida desde que comenzó la guerra, de acuerdo con las autoridades locales.

Además, el gobierno del presidente Vladimir Putin solicitó la rendición de dicha ciudad luego de ordenar destruir hasta el 80 por ciento de sus edificios residenciales, incluyendo el Teatro Dramático, donde cientos de ucranianos se resguardaban de los continuos ataques.

Ante esa situación, la doctora Natalia Rivera Ángel, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, califica de “sorprendente” la resistencia que han tenido hasta el momento gran parte de los ucranianos, siendo esa fuerza la que los ha llevado hasta donde están.

“Creo que no va a ser tan sencillo que entreguen esta ciudad al menos en las próximas horas, aunque lo que sí podríamos ver son mayores bombardeos. Sin embargo, la resistencia seguirá firme, aguantando de manera heroica”, asegura la también docente del Centro de Relaciones Internacionales del Sistema de Universidad Abierta y a Distancia.

Para ella, la última vía para que Mariúpol se rindiera ante Rusia, sería vaciando prácticamente por completo la urbe, o bien, recrudeciendo los enfrentamientos por parte de los rusos.

Hasta el día de ayer, al menos 300 mil personas seguían habitando la ciudad ubicada al sureste de Ucrania, en espera de una pronta respuesta que beneficie su seguridad, como hace años no ha sucedido.

De acuerdo con el documento Mariúpol: Vivir con conflicto y perspectivas post-conflicto, (Alerta Internacional y Mariupol Youth Union, 2017), desde hace años los ucranianos han salido perjudicados económica y socialmente por vivir en fricción con Rusia, afectándolos incluso en materia de transporte, infraestructura, falta de vivienda e interrupciones en el suministro de agua.

Esa relación se agudizó tras la posesión de Crimea por parte del gobierno ruso en 2014, y ahora con el interés detrás de Mariúpol, una ciudad con la cual la administración de Putin desea vincular la zona de el Donbás con el territorio crimeano.

Con esa conexión, Rusia podría tener más cercanía con el mar de Azov, y su vez con el Mar Negro, expandiendo su perfil geopolítico.

El freno de Europa ante la invasion rusa a Ucrania

Ante las acciones de Rusia, desde el mes pasado la comunidad internacional no ha dejado de enviar ayuda humanitaria a Ucrania, así como lanzado sanciones económicas a las autoridades rusas.

Ahora, con el ultimátum a Mariúpol, se espera que esas naciones aliadas sigan respaldando los derechos internacionales de Ucrania sin interferencias de por medio, como podría suceder con la Unión Europea.

Aunque el grupo de los 27 ha demostrado un rotundo apoyo al presidente Volodimir Zelenski y a sus ciudadanos, podrían seguir haciéndolo pero de manera más cuidadosa, al menos hasta que consigan un nuevo proveedor de gas.

Desde hace casi 50 años, Rusia ha suministrado gas a diferentes países del bloque europeo a través de gasoductos, siendo Alemania su principal cliente en toda la región al adquirir hasta aproximadamente 50 por ciento de esta provisión.

“Para Europa este es su principal talón de Aquiles, porque no puede actuar de manera tan contundente (como lo hace Estados Unidos), ya que depende del gas ruso (…). En ese sentido, observo que esto para Rusia es un punto a favor”, asegura la doctora Rivera Ángel.

Con ese panorama, se espera que las autoridades europeas no tarden en trabajar en conjunto para adquirir un nuevo proveedor que reemplace a Rusia para que sólo de esa manera puedan impulsar nuevas sanciones al gobierno de Vladimir Putin, y a su vez empiecen a velar por otras zonas de Ucrania que están en peligro.

En especial, se prevé que la comunidad internacional esté pendiente de la zona oeste del país europeo, pues es a donde se han dirigido la mayoría de los ucranianos para protegerse de los militares rusos.

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