De nuevo a la carga contra migrantes

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a la carga para conseguir el polémico veto migratorio a pesar del bloqueo judicial y la indignación de la comunidad internacional.

Trump ha enviado una propuesta con algunas restricciones menos severas que su planteamiento original, para evitar que sea nuevamente detenida por los jueces, aunque la esencia del decreto sigue siendo la misma: frenar el ingreso de musulmanes.

“El Departamento de Seguridad Interna cumplirá fielmente las leyes migratorias y las órdenes ejecutivas del presidente y tratará a todos humanamente y con profesionalismo”
General John KellySecretario de Seguridad Nacional
La firma del nuevo decreto llega en un momento delicado para la administración Trump, cuestionada por sus lazos con el gobierno de Rusia

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a la carga para conseguir el polémico veto migratorio a pesar del bloqueo judicial y la indignación de la comunidad internacional.

Trump ha enviado una propuesta con algunas restricciones menos severas que su planteamiento original, para evitar que sea nuevamente detenida por los jueces, aunque la esencia del decreto sigue siendo la misma: frenar el ingreso de musulmanes.

La propuesta enviada por la Casa Blanca es una orden ejecutiva para impedir por un lapso de 90 días la entrega de visados en seis países de mayoría musulmana: Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen; Irak queda fuera de la restricción.

Tras semanas de incertidumbre por el futuro del veto migratorio, después del revés judicial y el enfrentamiento de Trump con los jueces, el presidente estadounidense vuelve a la carga con la firma de un nuevo decreto.

Con el bloqueo al decreto y el hecho de que el equipo de la Casa Blanca no haya apelado ante la Suprema Corte, hubo especulaciones sobre si Trump daría marcha atrás en el mismo, o si al contrario, estaba preparando una estrategia para superar los escollos judiciales.

El día de ayer esta incógnita fue resuelta. Trump continúa en su empeño de cerrar las fronteras a los ciudadanos de países que cuentan con mayoría musulmana, a quienes les ha colocado la etiqueta de amenaza para los estadounidenses.

Este documento, una versión visiblemente menos agresiva, permitirá el ingreso a aquellos ciudadanos de dichas naciones que ya tengan visado, residencia legal o doble nacionalidad, y retira el veto indefinido a la entrada de refugiados sirios.

Sin embargo, en sus elementos centrales, la orden ejecutiva mantiene su esencia: suspensión de 120 días al programa de refugiados, además de la reducción de 110 mil a 50 mil refugiados, y el veto al tránsito de viajeros de países musulmanes bajo el argumento de seguridad nacional.

El decreto entrará en vigor el próximo 16 de marzo y sustituye al que fue emitido el pasado 27 de enero, que fue inmediatamente bloqueado por una decisión judicial.

Tras la firma del primer decreto, aún antes del veto judicial, la medida trajo consigo una gran confusión, ocasionando incluso que residentes legales vieran impedida su entrada a Estados Unidos.

Además, la orden ejecutiva fue ampliamente rechazada por la comunidad internacional, e incluso hubo protestas multitudinarias en diversas ciudades y en muchos aeropuertos a lo largo del territorio estadounidense.

El crédito de Trump

La firma de la nueva orden ejecutiva llega en un momento especialmente delicado para la administración Trump, fuertemente cuestionada por los lazos de algunos de los más pesos pesados de su gobierno con Rusia.

Precisamente desde el Partido Demócrata han llegado los primeros señalamientos ante la presentación de este nuevo decreto, y apuntan a que se trata de una maniobra de distracción ante los señalamientos.

Con este movimiento, se afirma desde el ala demócrata, Trump busca desviar la atención y minimizar el impacto mediático sobre el ambiente convulso que vive la Casa Blanca sobre las sospechosas conexiones de los altos cargos de la administración con el Kremlin.

Trump y su equipo han sido especialmente cautos para evitar un nuevo revés ante las instancias judiciales, presentando un decreto que en principio deberá sortear cualquier intento de echarlo abajo, una versión diseñada para sobrevivir el escrutinio judicial.

El mandatario estadounidense sabe que este segundo intento podría ser el último, y a pesar del fracaso en enero, Trump desafía al poder judicial y dará la batalla para implementar el decreto migratorio, consciente de que se juega una importante parte de su credibilidad de cara a sus próximas acciones.

Más allá de las especulaciones sobre el momento elegido para reanudar la ofensiva migratoria, e independientemente del rechazo unánime que genera en la comunidad internacional, con esta acción Trump busca reivindicarse con sus votantes.

La base electoral que llevó a Trump a la presidencia no vive de cerca de las intrigas y la política en Washington, y sin embargo identifican a los musulmanes -y a los inmigrantes- como una amenaza a su modo de vida.

Aunque desde la Casa Blanca han negado que el decreto migratorio constituya un acto islamófobo, y que la meta solo sea fortalecer la seguridad y reducir la amenaza terrorista, el mensaje es claro en contra de los inmigrantes y en contra de los musulmanes.

Nuevo veto, nuevas reglas

Tras el revés judicial que sufrió su primer veto migratorio, el presidente estadounidense modificó los lineamientos en la firma del reciente decreto:

Irak

> Los ciudadanos iraquíes quedan fuera de la “lista negra” de países donde se suspenderán los visados. Según algunos medios estadounidenses, la principal razón de este cambio obedece a las negociaciones que se mantienen entre el gobierno estadounidense y el iraquí para el combate al Estado Islámico.

Refugiados sirios

> En la orden ejecutiva del 27 de enero se prohibía la entrada de refugiados sirios de forma indefinida; sin embargo, en esta ocasión no se les menciona de forma específica y se les incluye con el resto de refugiados que tendrían prohibida su entrada al país durante 120 días, con el objeto de reforzar los procedimientos de seguridad.

Residentes

> La medida no afecta a los ciudadanos que cuentan con la tarjeta de residente permanente (green card), un documento que permite a los extranjeros trabajar en el país y solicitar la ciudadanía. Hay que recordar que muchos ciudadanos fueron detenidos en aeropuertos tras el veto del 27 de enero a pesar de contar con permiso de residencia.

Visados

> Los ciudadanos que ya cuenten con visados, aunque provengan de Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen, no serán rechazados a su entrada a Estados Unidos, ni sus visas serán revocadas. También es probable que las 60 mil visas revocadas con el anterior decreto sean restablecidas.

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