Se defiende con la ignorancia

La primera mujer en la realeza española que ostenta un título universitario, y quien habría promovido su imagen como la más independiente e inteligente de las hijas del rey, se presentó el sábado a declarar para ser juzgada de cómplice de su marido y simplemente dijo: “Yo confiaba en mi marido”. 

"La Infanta se ha amparado en la teoría del amor, en el que firmaba todo lo que le ponía su marido. Para mi ahora la situación de la infanta doña Cristina en la causa es peor que esta mañana”
Virgina LópezAbogada de la acusación por Manos Limpias

La primera mujer en la realeza española que ostenta un título universitario, y quien habría promovido su imagen como la más independiente e inteligente de las hijas del rey, se presentó el sábado a declarar para ser juzgada de cómplice de su marido y simplemente dijo: “Yo confiaba en mi marido”. 

Los comentarios sobre la nota acerca del juicio de  Doña Cristina coincidían en que “está haciendo el papelón de su vida al hacerse pasar por tonta”, y en conclusión su declaración afirmó que las firmas que la comprometen en el caso de la consultora Nóos, eran ajenas al conocimiento de la hija del rey, que curso una maestría en NYU (Universidad de Nueva York) antes de casarse. 

La infanta, que fue la envidia de muchas jóvenes españolas al casarse con el hombre perfecto, devoto, deportista, talentoso y siempre fiel, respondió 400 preguntas durante seis horas de careos ante los jueces. La mayoría de las respuestas están consignadas y fueron “no lo sé”,  “no me di cuenta” y  “no lo recuerdo”. 

El abogado de la infanta, Miquel Roca, ha afirmado este sábado que la infanta, llamada Doña  Cristina,  ha declarado ante el juez del caso Nóos “su propia verdad” y ha demostrado que “todos somos iguales ante la ley”, según publicó The Huffington Post en su edición en español. 

Se ha mostrado “muy satisfecho” con la declaración de doña Cristina, porque ha sido la ocasión en la que a la infanta “le ha sido posible explicar con todo detalle cual ha sido su intervención” en los hechos, y ha expresado su “plena confianza” en la Justicia, que “seguirá su camino”.

Sus abogados, ante la prensa, han defendido la actuación de la real esposa de Iñaki Urdangarin ante la inquisición judicial y negaron que ella contestara con evasivas: “Vaya, es difícil acordarse a veces de lo que sucede”, según publicó El País. 

La ‘teoría del amor’

Virgina López, abogada de la acusación por Manos Limpias, dijo sobre la infanta y sus respuestas: 

“La Infanta se ha amparado en la teoría del amor, en el que firmaba todo lo que le ponía su marido. Para mi ahora la situación de la infanta doña Cristina en la causa es peor que esta mañana”.

Otras publicaciones en España bajo la cobertura de Europa Press, aseguraron que la infanta Cristina de Borbón en algunos momentos no supo qué contestar, como cuando le preguntaron sobre el “préstamo del rey” y cuando le propusieron, según la preguntas, haber sido utilizada como “escudo fiscal”. Guardó silencio. 

En general manifestó un total desconocimiento en asuntos contables, financieros y fiscales. Incluso expresó que ignoraba que sus gastos con las tarjetas de crédito se facturaban a través de Aizoon para desgravar. Tampoco concretó por qué firmó contratos de alquiler de una parte del palacete de Pedralbles, publicó El País. 

En el juicio respondió preguntas ante las facturas y documentos con sus firmas, contratos y notas de gastos de la empresa comercial y privada de la familia, del Instituto Nóos (sin fines de lucro) y de la sociedad patrimonial Aizoon, ahora cuestionada y con la totalidad de sus acciones en manos de la pareja.

Según publicaciones en España, la Infanta rechazó toda relación y conocimiento de los hechos y esgrimió la confianza depositada en su marido. Esa fue la tesis central de la defensa, Urdangarin solo le pedía firmar, y ella, firmaba. 

Su abogado defensor destacó que era ama de casa, con cuatro hijos, trabajadora de La Caixa y con obligaciones oficiales que le forzaban a realizar 100 viajes al año, dos por semana, sin tiempo para estar atenta a las finanzas de su marido. Por lo tanto, era lógico que solo estampara su influyente rubrica que atañe a la corona del Reino de España. 

La resolución del jurado todavía tomará tiempo, el juez no resolverá de inmediato la situación de la infanta, si sobresee su causa o la ubica como procesada, antes del juicio final y después de la comparecencia de todos los implicados.

Según información en la prensa española, el juez Castro no quedó muy convencido de las explicaciones. 

Se espera que la defensa pida el sobreseimiento para la hija de Juan Carlos, pero las acusaciones  contra su marido, Iñaki Urdangarin, y su socio, Diego Torres, probablemente le impongan un pago de 600 mil euros por haber lucrado indirectamente, sin responsabilidad penal, a través de la empresa familiar Aizoon, que comprendía la mitad del dinero ilegal logrado por su esposo.

Por lo pronto, la realeza española sufre uno de los golpes más fuertes desde su regreso a España, en noviembre de 1975, y se dice que, probablemente, no puedan celebrar sus 40 años en el trono. 

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