El papa Francisco sale de la Basílica de San Pedro después de oficiar la misa crismal, en la que se consagran los óleos y los sacerdotes renuevan sus votos, en el Vaticano, 6 de abril de 2023. (AP Foto/Andrew Medichini)

Papa Francisco no presidirá Vía Crucis debido al frío en Roma; acaba de salir de una bronquitis

Pese a que su presencia sí se tenía contemplada, finalmente se decidió que no participe directamente en el Vía Crucis

El papa Francisco, recientemente hospitalizado con bronquitis, no presidirá el Vía Crucis del Viernes Santo debido a la jornada extremadamente fría en Roma, informó el Vaticano.

Añadió que Francisco observará la procesión a la luz de las antorchas en el Coliseo desde el hotel donde reside en el Vaticano.

Sí asistirá al oficio de la Pasión en la Basílica de San Pedro, dijo la Santa Sede. Allí se quitará el velo a la cruz antes de que vaya al Coliseo para la procesión.

Francisco, que tiene 86 años, recibió el alta el sábado de un hospital de Roma, donde recibió tratamiento para su bronquitis. El Vaticano dijo en ese momento que cumpliría toda su agenda de Semana Santa, incluso la procesión del Vía Crucis y la misa del Domingo de Pascua en la Plaza de San Pedro.

El jueves, presidió la misa en la Basílica de San Pedro y luego lavó los pies de 12 presos en una cárcel de menores de Roma, un rito que simboliza humildad.

Papa Francisco lava pies

En un ritual de Jueves Santo que simboliza la humildad, el papa Francisco lavó los pies de una docena de presos en una cárcel de menores de Roma, les aseguró de su dignidad y dijo que “cualquiera de nosotros” puede caer en el pecado.

La cárcel Casal del Marmo en las afueras de Roma es la misma donde Francisco realizó el primer lavado de pies de su pontificado, demostrando su creencia de que la iglesia católica debe prestar atención a los marginados de la sociedad.

El jueves, el papa repitió el rito con 10 varones y dos mujeres que cumplen condenas en el lugar. Se inclinó, vertió agua sobre un pie de cada uno, lo secó suavemente con una toalla y lo besó.

Cuando Francisco elevaba la vista para sonreír, le tomaban la mano y la besaban. Varios le susurraron al oído y conversó brevemente con cada uno.

El rito recuerda cómo Jesús lavó los pies de sus 12 apóstoles durante la última cena antes de que lo llevaran a crucificarlo.

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