Las librerías digitales rompen con el mito de que la era digital acabaría con el formato físico de los libros. Foto: Especial

Librerías digitales avanzan pese a bajos niveles de lectura en México

La comercialización de libros a través de plataformas digitales ha tomado espacio entre el consumo cultural mexicano, sin embargo, tiene el reto de dinamizar un rubro con grandes obstáculos, el de la lectura

El consumo de libros a través del ecommerce avanza pese a que el mercado mexicano no se caracteriza por una amplia compra de libros.

La venta de libros por medio de plataformas digitales hasta hace poco no figuraba como un mecanismo de comercialización, sin embargo, en un par de años alcanzaron un volumen de venta similar al de la sección de libros y revistas en tiendas departamentales y de autoservicio, de acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).

Incluso, en grandes temporadas de oferta, la compra de libros alcanza un siete por ciento de todo el consumo que los mexicanos hacen a través de internet, según los datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO); dicho consumo se facilita gracias a las plataformas digitales conocidas como librerías digitales.

Se trata de empresas de comercio electrónico que se dedican a la promoción, comercialización y distribución de libros, las cuales han crecido en el país a partir de la pandemia y que en conjunto llegan a facturar más de 300 millones de pesos al año, exponen los datos de la CANIEM.

Este tipo de opciones en materia de comercio electrónico cultural fungen como una vitrina virtual con ventajas como la amplitud para el horario de compra, la disponibilidad de títulos y tiempos de entrega reducidos, diferenciadores esenciales dentro de las preferencias de los consumidores hoy en día, explica Andrés Baldrich, director general de Buscalibre México.

“Si el cliente tiene ganas de ir a tomarse un café e ir a buscar su libro ¡magnifico! Nosotros también le damos una experiencia, y es la de tener una gran cantidad de libros que puede escoger y que no van a estar en la librería física; puedes encontrar el libro que quieras, del tema más raro que se te ocurra al alcance de un clic. Entonces yo creo que lo que somos es un complemento para que exista una gran oferta para el lector”, explica Baldrich.

La existencia de empresas dedicadas al comercio en línea de libros evidencia la manera en que la tecnología se vinculó a la industria editorial y rompe con el mito de que la era digital acabaría con el formato físico de los libros; prueba de ello es que el 96 por ciento de los ingresos del sector de publicación privada del país provienen de la venta del formato impreso, mientras que las ediciones digitales apenas facturan el cuatro por ciento del total.

No obstante, a pesar de la presencia que han ganado las librerías digitales en el mercado editorial su continuidad y rentabilidad no se encuentran garantizadas ya que también se enfrentan a diversos obstáculos como la reducción de tiraje de obras impresas en el país, cuestión que lleva cinco años afectando a la industria, y hasta la delincuencia que ha llegado a entorpecer las entregas, señalan empresarios del ramo.

Además, el mayor obstáculo que tienen este tipo de iniciativas empresariales se encuentra en su propio mercado; ya que para el caso mexicano existe un tendencia decreciente en la población mayor de edad que ha leído por lo menos un libro en el último año; lo que se traduce en un mercado cada vez más reducido, advierte el Módulo sobre Lectura del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

México y su mercado de la lectura

A pesar de tener una de las poblaciones más grandes a nivel mundial, México no se caracteriza por contar con un mercado nutrido de lectores, ya que menos de la mitad de sus adultos leen libros, cuestión que se va agravando conforme el mexicano avanza en edad, expone sobre el tema INEGI.

La implicación económica de que una población no lea, es justo su consumo de libros; al respecto la librería digital Buscalibre tiene registro de que, en promedio, un lector mexicano gasta aproximadamente 200 pesos, cada que adquiere un ejemplar mediante la empresa, cifra que contrasta con el gasto que llegan a realizar en Argentina, líder de lectura a nivel regional con 295 pesos.

Además, los registros de la marca advierten que el 60 por ciento de los libros que consume el usuario mexicano son de origen extranjero, lo que impacta de manera negativa en el estimulo a autores nacionales para continuar con su trabajo creativo y limita el desarrollo del talento nacional.

“Dentro de la cultura tenemos diversas ramas como la música, el teatro, el arte, pero para el caso mexicano el peso que tienen los libros es mínimo; yo pensaría que ahí hay una oportunidad de mercado inmensa”, apunta el director general de Buscalibre México.

Actualmente la industria de los libros en el país atraviesa por una reducción en su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) del sector cultural, una disminución en los puestos de trabajo de la industria y en el gasto que se realiza en libros en general; por lo tanto, la misión de las librerías digitales en México no solo es fomentar la lectura, sino darle la vuelta a la página del mal momento que vive la industria.

Te puede interesar