Intuitive Machines se convirtió en la primera empresa privada estadounidense en lograr un alunizaje. Foto: Especial

Estados Unidos regresa a la Luna ¿Qué sigue en la exploración espacial?

La unión entre capitales privados y gobiernos puede impulsar un futuro asentamiento lunar y el alunizaje de la sonda Odiseo por parte de Estados Unidos marca el inicio de esta tendencia

La compañía Intuitive Machines, con sede en Texas, se convirtió en la primera empresa privada estadounidense en lograr un alunizaje y con ello hizo lo que Estados Unidos no había hecho en más de 50 años: regresar a la luna.

La misión espacial IM-1 y su explorador Odiseo se convirtieron en un hito de la historia espacial estadounidense al ser una apuesta que une capitales privados con dinero público, y que marca la tendencia que el programa espacial de Estados Unidos  seguirá por los próximos años mientras se enfrenta a China, un rival que se propone llevar una misión tripulada a nuestro satélite natural en esta década.

Con un aproximamiento accidentado, durante la porción final del descenso el sistema de pilotaje autónomo de la nave falló y tuvo que ser asistida manualmente por los ingenieros a cargo de la misión, el tiempo de la misión apoyada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) se redujo debido a que el explorador lunar sufrió una volcadura.

El doctor Alejandro Farah, académico del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro del Programa Espacial Universitario, explica que debido a las fuerzas implicadas en los viajes espaciales un alunizaje es un evento sumamente complicado que solo cinco países han logrado anteriormente.

Las misiones espaciales hacia la luna son complejas, sobre todo si se pretende alunizar de una manera suave y robusta, en el sentido de que quede bien colocada la nave en la superficie lunar. Lo complicado es la distancia entre la tierra y la luna y las aceleraciones que se tienen que tomar en cuenta para que la nave no quede atrapada en la atracción gravitatoria de la tierra; entonces, cuando llega a la luna tiene que maniobrar para orientarse y buscar el mejor lugar para descender, que es la parte más crítica porque se tiene que usar propulsión para reducir la velocidad que lleva y controlar la posición en donde va a alunizar”, explica Farah.

A pesar de las complicaciones que este tipo de misiones espaciales implican, Odiseo logró enviar a la tierra nuevas imágenes del polo sur de la luna, una región poco explorada en la cual se espera encontrar agua congelada que ayudaría en las próximas misiones espaciales; sin embargo, debido a la volcadura los planes más ambiciosos de exploración terminaron antes de lo previsto.

¿Cuál es el futuro de la exploración lunar?

La primera de tres misiones que la NASA tiene contempladas con la compañía texana llevó a la superficie lunar seis instrumentos que la agencia espacial pretende den un impulso a la futura economía lunar. A más de medio siglo de la primera carrera espacial, los países con programas espaciales tienen contemplado a nuestro satélite natural como una nueva región a la cual acceder por sus recursos naturales.

“El hecho de regresar a la luna es muy importante, no es casualidad que muchos países lo están intentando hoy en día, por los recursos naturales que hay, como minerales, tierras raras y Helio-3. La minería espacial es clave hoy en día para el futuro cercano. Por otro lado, imaginemos que si logramos, como humanidad, tener una base en la luna, de ahí se puede partir a otros planetas mucho más fácil que si vamos desde la tierra y hoy en día es factible fabricar cosas en la luna”, comenta el investigador universitario.

El doctor Farah apunta que la investigación y la extracción que se tiene planeada en la luna sería un paso fundamental en la preservación de nuestro planeta y las condiciones necesarias para desarrollar el asentamiento que lo permitiera se pueden dar en un corto tiempo. Para ello, la mancuerna entre agencias gubernamentales e industria privada es fundamental debido a los altos costos que esto representa.

A finales de los 60 el ser humano llegó a la luna, con tecnología de hace más de 50 años,  actualmente la tecnología permite hacer un asentamiento lunar; sin embargo, es muy costoso. Por eso los gobiernos de muchos países están apostando a que empresas privadas se involucren para que se pueda hacer un negocio que tenga un retorno económico y que esto sea autosustentable. Es muy difícil que un país ponga todo lo necesario para un asentamiento, por eso, para aprovechar los recursos por parte de la iniciativa privada, hay una acercamiento entre gobierno, industria y academia”, dice el miembro del Programa Espacial Universitario.

La cooperación internacional es vital para la exploración espacial

A pesar de que la colaboración entre la industria y el Estado puede acelerar la exploración del satélite natural de la tierra y lograr un desarrollo lunar en cuestión de décadas, el doctor Farah apunta que la cooperación no puede quedarse estancada en cuestiones políticas ya que el aprovechamiento que la explotación de los recursos lunares genere no será redituable si no se convierte en un bien global; sin embargo, quien llegue primero e invierta más recursos se verá más beneficiado. Debido a ello, países cuyos intereses se transponen han comenzado a  invertir recursos en la carrera espacial de este siglo.

China es uno de los países que más ha apostado en la exploración espacial. Este año tiene programados 100 lanzamientos entre los que destacan la nueva generación de naves espaciales diseñadas para la exploración lunar; muestra de ello es su plan para llevar humanos a la luna en 2030 y construir una base lunar permanente en 2036. A pesar del aislamiento del gigante asiatico, Farah prevé cooperación en el futuro.

“China siempre ha estado a parte; sin embargo, lo vemos claramente en nuestro entorno, el gigante asiatico es lo que es por el comercio con otros países y si lo extrapolamos al ámbito espacial podemos esperar lo mismo (…) Hoy en día llegar a la luna, tanto para Estados Unidos como para cualquier otro país, involucra que algunos de los componentes se fabriquen en China, Rusia, Estados Unidos y la colaboración inherente, aunque no sea tangible y palpable, existe porque así funciona la tecnología.

“Al final en los componentes, los métodos y en los negocios se ve que si no hay un interés mundial no tiene el mismo impacto y si hay  un beneficio social que ayude a la mayor cantidad de seres humanos entonces será mejor; por eso China cooperará al igual que todos los países con este objetivo, pues de otra manera no tendrá el mismo éxito (…) Es una carrera de relevos que entre todos estamos empujando al mismo lugar” finaliza el doctor Farah.

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