Detrás del opositor, el rostro Alexei Navalny

Aunque se espera que mañana se lleve a cabo una audiencia para definir la detención de Alexei Navalny en Moscú, este hecho podría alargarse mientras el presidente Vladimir Putin resuelve otros asuntos internacionales, una postura que especialistas consideran debería modificarse para que el jefe de Estado atienda la democracia de su país

Como sucede en cada país, todos los jefes de Estado tienen detrás de sí una oposición, una voz que está en contra de sus ideales y que busca desmentirlas, alguien como Alexei Navalny, uno de los oponentes más populares en contra del presidente Vladimir Putin.

Aunque este activista ha luchado en contra del mandatario ruso desde hace ya 14 años, no fue sino hasta este inicio de año que los reflectores volvieron a realzar su nombre, luego de que fuera detenido el pasado 17 de enero en el aeropuerto de Moscú tras su arribo de Alemania.

De acuerdo con los servicios penitenciarios rusos, Navalny fue arrestado por incumplir la condición de condena que tenía desde 2014 al viajar a otro Estado, un sitio que lo acogió tras ser envenenado a mediados de 2018 con un agente nervioso, un acto que, según el opositor, fue obra del presidente Putin.

Así, tras casi dos semanas de no pisar su hogar en compañía de su familia y de no relacionarse con las personas que lo han seguido desde el inicio de su carrera como activista y opositor, Alexei se encuentra a la espera de obtener un resultado favorable para su futuro.

Se cree que mañana 29 de enero se celebrará una audiencia para determinar si su condena debe o no ser reemplazada por una pena de cárcel, un hecho que le impediría seguir siendo una de las voces más importantes en contra de la supuesta corrupción que encabeza el jefe de Estado con su partido Rusia Unida.

Al respecto, la maestra Dora Isabel González, profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, comparte que debido a una serie de fuerzas y contrafuerzas alrededor de esta audiencia, este evento podría quedarse en un punto neutral, es decir, no ir ni para adelante ni para atrás, o por lo menos hasta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos lo decida hasta el siguiente mes.

“Creo que esto se va a alargar lo más posible mientras el presidente Putin atiende otras cuestiones”, asume González, en referencia a la relación del presidente con otros gobiernos, como el de Estados Unidos, por ejemplo.

Sin embargo, un punto que deberá nivelar Putin con respecto a otros representantes internacionales es el papel que juega Navlany, pues no solo Joe Biden, mandatario de Estados Unidos, sino Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea, buscan un trato justo hacia él.

“Instamos nuestro llamado a las autoridades rusas para que liberen a todos los detenidos por ejercer sus derechos universales y para la liberación inmediata e incondicional de Alexei Navalny. También, instamos a Rusia a que coopere plenamente con la investigación de la comunidad internacional sobre el envenenamiento de Navalny”, ha mencionado Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca.

Tras el arresto del opositor, la Casa Blanca hizo un llamado al gobierno ruso para liberarlo

El papel de Vladimir Putin

Cuando se dio a conocer la detención del opositor ruso el pasado 17 de enero en el aeropuerto de Moscú, sus seguidores no dudaron en salir a las calles para marchar por su liberación. Y aunque las manifestaciones provocaron que su voz fuera escuchada no solo en Rusia, sino a nivel internacional, las autoridades los frenaron con múltiples arrestos.

En ese sentido, el maestro Dámaso Morales Ramírez, coordinador del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señala que, ante estos actos, Vladimir Putin debería permitir una apertura política, para así también ayudar a su fundamento democrático.

“Sin lugar a dudas Vladimir Putin tendría que tomar un papel de mayor apertura política. Recordemos que en su última campaña electoral él presentó como parte de su plataforma algunos elementos importantes. Uno, mejorar las condiciones de vida de los rusos; dos, atender más la pobreza y el desarrollo; y tres, el de una mayor apertura política. Pero como vemos, pareciera que fue más un artilugio político, un discurso político de momento, para calmar también las acciones de la oposición”, asegura.

Por su parte, la maestra Norma Soto, internacionalista de la Universidad La Salle, agrega que, para ayudar a mantenerse en el poder, el jefe de Estado ruso no debería acabar, quitar o desaparecer inmediatamente el escenario político-social de las manifestaciones, pues es un derecho de los ciudadanos.

Por lo contrario, Soto sugiere que Putin respete las acciones de manifestación, pero a su vez, las tenga controladas sin parecer una dictadura,“que no lo es”.

Hasta el momento, el portal Sede de Navalny ha informado que este próximo 31 de enero se esperan más protestas en todo Rusia para exigir “no solo la libertad del opositor, sino la libertad de todos”, actividades que el activista ha aplaudido desde la detención.

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