El retorno del hombre que impulsó a Trump

Hasta hace apenas seis meses, la campaña de Donald Trump estaba totalmente en manos de este “ventrílocuo mil usos”

Antes de que Trump decidiera separarse de él en junio pasado, Corey Lewandowski, de 42 años, hacía lo inimaginable: en tan solo 10 meses, convirtió al irrisible y grotesco personaje que tachaba a los mexicanos de violadores y delincuentes, en un candidato serio a la presidencia de los Estados Unidos. Lo logró sin haber trabajado jamás en una campaña presidencial; mucho menos haber dirigido una.

Hasta hace apenas seis meses, la campaña de Donald Trump estaba totalmente en manos de este “ventrílocuo mil usos”

Antes de que Trump decidiera separarse de él en junio pasado, Corey Lewandowski, de 42 años, hacía lo inimaginable: en tan solo 10 meses, convirtió al irrisible y grotesco personaje que tachaba a los mexicanos de violadores y delincuentes, en un candidato serio a la presidencia de los Estados Unidos. Lo logró sin haber trabajado jamás en una campaña presidencial; mucho menos haber dirigido una.

Cuando por primera vez fue convocado por Donald Trump a una reunión en el piso 26 de la Trump Tower de Nueva York en diciembre del 2014, Lewandowski ya se había hecho de una cierta carrera como lobbista, y se había postulado sin éxito en dos ocasiones para ocupar cargos políticos, una vez en Massachusetts y otra vez en New Hampshire.

Lee: El ventrílocuo de Donald Trump

En New Hampshire, donde es un todo terreno, Lewandowski había forjado una reputación de provocador del establishment republicano. Y Donald Trump lo contrató en el acto.

El delantero del Partido Republicano y el hombre al que llamó para dirigir su campaña, formaron un dúo excepcional: uno, un excéntrico multimillonario de bienes raíces cuyo peinado es resultado de una ingeniería de productos de belleza; y el otro, un incansable aspirante político que se crió en un polígono industrial de Massachusetts. Dos cunas que a simple vista se oponen, pero que, resultaron muy similares en su acercamiento al áspero deporte de la política. Ambos golpean duro, juegan cerca de los límites, e incluso pasan por encima de ellos, sin tener reparo en las jugadas sucias.

Lewandowski se desempeñó como jefe de campaña del entonces aspirante republicano entre enero de 2015 y junio de 2016, luego de ser separado del circuito íntimo del republicano, por las acusaciones de violencia contra una reportera que estaba tratando de obtener una declaración de Donald Trump.

Trabajando hombro con hombro, y siempre fiel a su hombre fuerte, Trump declaró en numerosas ocasiones que nunca le molestó el comportamiento de su jefe de campaña. “Le doy crédito por tener espíritu”, dijo en una ocasión a la cadena ABC.

Corey escapó a la justicia por falta de pruebas y después de dejar la campaña del multimillonario, se convirtió en un comentarista político de CNN, un puesto que abandonó hace unos días, tras la victoria de Trump.

En los últimos días, diversos medios han venido informado que puede estar en la lista para una posición dentro de la Casa Blanca, o bien, como presidente del Comité Nacional Republicano (RNC).

A pesar de la reputación de Lewandowski de alentar los impulsos de Trump, irónicamente, esto supondría que el cerebro detrás de la campaña más controversial del siglo en curso podría presumir el liderazgo nacional para el Partido Republicano y la coordinación de las estrategias de recaudación de fondos y de las elecciones.

Con todo, y que el presidente actual es Reince Priebus, el futuro Jefe de Gabinete de la Casa Blanca.

Pero algunas de las personas más cercanas a Donald Trump se alistan en silencio en contra de que Lewandowski pueda ocupar un papel tan valioso.

La inclinación de Lewandowski por los conflictos y el comportamiento agresivo, combinado con las polémicas fricciones que tuvo con la familia de Trump y sus confidentes más cercanos, podrían entorpecer sus aspiraciones.

Personas cercanas al entorno de Trump aseguran que el problema de Lewandowski es haberse hecho de tantos enemigos en tan poco tiempo, y especialmente del actual presidente del RNC y futuro Jefe de Gabinete, Reince Priebus, y de su influyente yerno Jared Kushner.

Priebus y Kushner fueron decisivos a la hora de forzar el despido de Lewandowski como jefe de campaña en junio. Aunque incluso en el exilio, Corey siguió siendo cercano a Trump y lo aconsejó tras bastidores.

En ese sentido, Trump podría anular cualquier obstáculo para colocar a Lewandowski en un trabajo dentro de la Casa Blanca, pero no le será tan fácil hacerlo en el RNC.

Esto se debe a que, el presidente de la RNC es elegido por los 168 miembros del Comité Nacional. Y Lewandowski dejó a muchos de ésos miembros con mal sabor de boca.

De hecho, Priebus, que tiene un amplio apoyo entre los miembros del Comité, ha recomendado ampliamente un movimiento contra Lewandowski como su próximo reemplazo, según indicaron fuentes internas del partido a reporteros de Politico.

Si Lewandowski obtiene la recomendación de Trump para ocupar la Presidencia del RNC o es aprovechado para un trabajo dentro de la Casa Blanca, le será crítico obtener un amplio apoyo del equipo, ya que lo más probable es que su nombramiennto se vea afectado con ataques desde la más cercana esfera del próximo Presidente, pero también desde la izquierda, similares a los que enfrenta el nuevo Consejero de la Casa Blanca de Trump, Steve Bannon. 

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