La cifra más alta de víctimas fatales en Estados Unidos era 11 tras una balacera en California en enero pasado. foto: Especial

¿Cómo funciona el Congreso de Estados Unidos y por qué no hay un control de armas de fuego?

Tras el tiroteo en Maine, el gobierno del presidente Joe Biden le exigió a ambas Cámaras emitir leyes para regular la venta de armas en el país, como poner fin a la inmunidad de los fabricantes de las mismas

En lo que va de este año, en Estados Unidos han habido 566 tiroteos masivos, el penúltimo en Lewiston, Maine, donde 18 personas perdieron la vida y 13 más resultaron heridos.

El sospechoso del tiroteo es Robert Card, un hombre de 40 años que estaba prófugo de la justicia hasta que la Policía lo acorraló a las afueras de su casa.

El tiroteo en Maine provocó reacciones en todo el país por ser el incidente con arma de fuego que más número de muertes registró en todo el año. Previamente, la cifra más alta de víctimas fatales en Estados Unidos era 11 tras una balacera en California en enero pasado.

El presidente Joe Biden interrumpió su cena de Estado con el primer ministro de Australia para dar una declaración sobre lo ocurrido. Aseguró que su nación estaba de luto por “otro tiroteo masivo trágico y sin sentido”.

Además, el jefe de Estado detalló que le comunicó a la gobernadora de Maine, Janet Mills, que le ordenó a su administración que proporcione todo lo necesario para apoyar a su pueblo.

Aunque desde que el presidente tomó posesión le ha pedido al Congreso aprobar leyes que regulen la venta de armas de fuego, a la fecha la libertad para hacerlo sigue siendo la misma; sin embargo, con lo ocurrido en Maine, volvió a pedir la ayuda de las Cámaras.

Entre otras peticiones, Biden instó a los legisladores republicanos que lideran el Congreso a cumplir con su deber de proteger al pueblo estadounidense con la aprobación de una ley que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, promulgar verificaciones de antecedentes universales, exigir un almacenamiento seguro de las armas y poner fin a la inmunidad de los fabricantes de las mismas.


“Esto es lo mínimo que le debemos a cada estadounidense que ahora llevará las cicatrices, físicas y mentales, de este último ataque”, remarcó el mandatario, quien admitió que sus avances en el tema “simplemente no son suficientes” hasta que no haya una reacción del Congreso.

Una de las acciones impulsadas por la administración Biden-Harris es la Ley Bipartidista de Comunidades Seguras, a través de la cual se prohíbe que las personas con delitos de violencia doméstica contra sus cónyuges obtengan un arma, y le da 750 millones de dólares a los estados para gestionar programas para que no se autorice la venta de armas a quienes tengan antecedentes mentales.

Juan Daniel Garay Saldaña, docente en Estudios de México y Estados Unidos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, opina que con su postura en contra de las armas de fuego, Biden podría hasta ganar simpatías de cara a las elecciones generales de 2024.

“Podría ganar simpatías o algunos votos de personas que exigen un mayor control de las armas de fuego en su país, sobre todo en Maine, donde no son tan comunes los ataques de esta naturaleza”, dice.

El internacionalista coincide en que el mandatario podría aprovechar la falta respaldo que tiene del Congreso en cuanto al control de armas para irse contra la oposición durante la campaña electoral.

 La Policía de Maine custodió las zonas en las que Robert Card comenzó el tiroteo. Foto: Especial
La Policía de Maine custodió las zonas en las que Robert Card comenzó el tiroteo. Foto: Especial

Debido al financiamiento de la Agencia Nacional del Rifle a legisladores de la Cámara baja es que no avanzan las políticas en favor del control de armas

La dificultad de que el Congreso de Estados Unidos respalde las exigencias del presidente Biden no recae solo en los legisladores republicanos ultraconservadores, sino en quienes los representan.

En entrevista, la maestra Raquel Saed, especialista en política y medios de Estados Unidos y docente de la Universidad Iberoamericana, explica que son los grupos como la Asociación Nacional del Rifle (ANR) los que solventan las campañas de los legisladores a cambio de que apoyen sus políticas.

“La forma en la que opera el Congreso es que cuando necesita dinero para solventar las campañas de los legisladores vienen estos grupos que tienen mucho dinero y se les corresponde con las necesidades que piden.

“La situación es tan sistemática que ya ni siquiera se considera corrupción (…) Los lobby son quienes se adueñan de las campañas de los legisladores para que hagan los que ellos quieran, ellos son quienes en realidad tienen el poder”, asegura la docente.

La forma en la que los legisladores corresponden a los lobby es impulsando la Segunda Enmienda constitucional para impedir que  los estadounidenses se queden sin su derecho de portar un arma.

Para la maestra Saed, la única manera que tendría el gobierno de Biden para controlar la posesión de armas sería que tuviera una mayoría demócrata en las dos Cámaras y que todos sus legisladores estuvieran de acuerdo, pero ni siquiera todos los oficialistas apoyan esa decisión.

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