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Abortar para no morir

“Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir”. Es uno de los lemas más repetidos recientemente en las marchas de diversos países en defensa de los derechos reproductivos y de la salud de las mujeres. “¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!”, gritaban las feministas en los sesenta reivindicando la autonomía de la mujer.

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países permiten el aborto a base de fundamentos legales amplios. En ellos, la ley estipula algunas condiciones como límites de gestación, períodos de espera u otros.
En El Salvador, abortar puede conllevar una condena de hasta 50 años para la mujer y de hasta 12 años para los médicos
"Espero que me hagan eso pronto, porque no tiene sentido... porque no va a vivir el niño”
BeatrizMujer embarazada de un feto anancefálico

“Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir”. Es uno de los lemas más repetidos recientemente en las marchas de diversos países en defensa de los derechos reproductivos y de la salud de las mujeres. “¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!”, gritaban las feministas en los sesenta reivindicando la autonomía de la mujer.

Y, no obstante, en la práctica, en muchos países, las mujeres aún están muy lejos de poder decidir sobre su cuerpo, incluso cuando su vida esté en juego. Es el caso de Beatriz, que, por sus características fuera de lo común, ha dado la vuelta al mundo teniendo al pendiente a multitud de personas y de organizaciones desde el pasado 11 de abril, cuando solicitó un aborto terapéutico debido a que padece lupus, el feto carece de cerebro y vive en El Salvador.

Este país es uno de los siete en los que el aborto es ilegal en todos los supuestos, incluso cuando está en riesgo la salud de la madre. 

La pena para lo que en este país se considera delito es de hasta 50 años de cárcel para las mujeres que se sometan a él y de hasta 12 para los médicos que lo realicen. 

Por esto, Beatriz había recurrido a la justicia de su país, a través de los abogados de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico de El Salvador, con la esperanza de que pudiera ser intervenida sin terminar en la cárcel. 

También los profesionales de la salud pidieron permiso a las autoridades para aplicar el tratamiento. En concreto, el Hospital de Maternidad determinó que “es de vital importancia realizarle un procedimiento médico ya que de no hacerlo hay una fuerte probabilidad de muerte materna”.

Pero todo ello no impidió que Beatriz empezara el día de ayer con una respuesta desesperanzadora: la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de su país le había rechazado su solicitud de amparo para poder abortar. 

Afortunadamente, más tarde, llegó un alivio inesperado: la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció a su favor y notificó al Estado salvadoreño que deberá permitir el aborto terapéutico de esta mujer que, por riesgos de enfrentarse a un proceso penal, no pudo revelar su verdadera identidad.

A pesar de que otros organismos internacionales como las Naciones Unidas habían instado al país a hacer lo mismo, la diferencia ahora es que la resolución de la CIDH es vinculante, ya que El Salvador ratificó su pertenencia a la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la que forma parte la Corte.

Aunque el caso de Beatriz no se encontraba en proceso formal en el tribunal, la CIDH pidió a los jueces emitir medidas provisionales y estos acogieron la solicitud por tratarse de un caso urgente y para evitar “daños irreparables a las personas”, según reportó El Huffington Post.

Además,  El Salvador tendrá que presentar antes del 7 de junio ante la Corte Interamericana un primer informe sobre el cumplimiento de las medidas.

La decisión deja, por tanto, sin efecto a la resolución de la Sala Constitucional del Supremo de El Salvador.

El caso de Beatriz

En el comunicado que acompañaba a la petición de firmas del sitio de Internet de Amnistía Internacional Perú para ayudar a esta salvadoreña puede leerse que Beatriz “tiene un historial de lupus, una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico del cuerpo ataca los tejidos del propio paciente”.

Además de eso, proseguía el texto, Beatriz tiene otros problemas de salud, entre ellos una enfermedad renal relacionada con el lupus, por lo que durante su embarazo sufrió graves complicaciones.

Tanto es así que a Beatriz, de 22 años, se le diagnosticó un alto riesgo de morir si continuaba con el embarazo.

Pero, por si esto no fuera suficiente, para aquellos que defienden la vida del niño antes que la de la madre, tampoco esa defensa tiene sustento, ya que, según Amnistía, la plataforma Change.org, y medios como El País o la BBC, que se hicieron eco de la noticia, el feto fue diagnosticado con anancefalia, es decir, ausencia de buena parte del cerebro, y morirá apenas nazca, pues casi todos los bebés anancefálicos mueren antes del parto o unas horas después de nacer.

Pero ni siquiera esto logró hacer rectificar al órgano de justicia de El Salvador.

Beatriz, que se encuentra entre la semana 20 y 25 de gestación según el medio,  dijo que lo único que quiere es vivir y cuidar del hijo que ya tiene, de un año.

Según informó El País el 3 de mayo, Beatriz estaba internada en un hospital mientras sufría el acoso de organizaciones contrarias al aborto, que protestaban frente al centro. La Conferencia Episcopal del Salvador también se mostró en contra de la intervención. Sin embargo, Católicas por el Derecho a decidir la apoyó.

La Organización Women´s Link Worldwide, recordó además lo determinante de la situación económica de la joven: “Si Beatriz fuera una mujer con recursos, esto no le estaría pasando.

“La prohibición del aborto, (…) obliga a las mujeres pobres a tener que escoger entre morirse o convertirse en criminales”.

Países en los que abortar es punible en todos los supuestos
> El Salvador
> Nicaragua
> República Dominicana
> Chile
> Malta
> Vaticano
> Vanuatu

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