Millones de autos se sumaron a los existentes en todo el mundo en 2011
De acuerdo a un reporte de Business Monitor International, países como Indonesia y Perú incrementarán considerablemente la compra de vehículos
El sector automotriz mexicano parece estar en boca de todos en estos días.
Reporte Índigo informó el 12 de septiembre que México se está volviendo uno de los competidores más sólidos en producir autos.
Pero ante cambios actuales en los hábitos de consumo, en el futuro próximo nuestros clientes no serán los países ricos, sino los emergentes.
La recuperación económica de Estados Unidos, aunque todavía gradual y frágil, representa una gran esperanza para los productores.
Menos horas en auto
Un reciente reportaje en The Economist, un diario británico, hace énfasis en la nueva tendencia al volante.
Según esta fuente, los kilómetros promedio manejados por automóvil están disminuyendo en todos los países desarrollados.
Por ejemplo, en Inglaterra, las personas están viajando la misma distancia en auto que en los 70, a pesar de crecimiento de la población.
Una de las razones citadas en la investigación es el cambiante gusto de los consumidores más jóvenes, que no ven en el auto un símbolo de estatus o masculinidad como antes.
Modernos, pero ¿innecesarios?
Estas no son buenas noticias para nuevas marcas que buscan incursionar en el mercado, ya maduro, de los automóviles en países desarrollados.
Un ejemplo claro es el de Tesla, propiedad de Elon Musk, un excéntrico personaje que recientemente retratamos en una columna en esta sección.
Tras iniciar la fabricación de su modelo S en junio, la empresa se ha topado con dificultades técnicas y de distribución, empeorando sus prospectos financieros.
El punto de venta principal de la compañía es que sus autos son eléctricos, lo que libera al consumidor de los costos de combustible y sus contaminantes.
Pero tal vez segmentar su mercado justamente a ese mismo tipo de personas es su problema.
Los jóvenes en países ricos, según The Economist, son los que más están cambiando sus hábitos de manejo, optando por obtener licencias más tarde y comprar menos autos.
La pequeña empresa también debe renovar la infraestructura para ser compatible con sus coches recargables.
Tesla se ha comprometido a tener más de 100 estaciones en Estados Unidos y Asia para recargar las baterías con energía solar para el 2015, aunque esto es solo una fracción minúscula de las gasolineras en las regiones.
Oportunidad para algunos
Para países menos desarrollados, y los productores de automóviles, se trata de una oportunidad.
En México la población en ciudades se ha duplicado en los últimos 30 años, pero la extensión de las manchas urbanas ha crecido en promedio 7 veces.
Esto significa que los automóviles, al menos aquí, todavía están en uso y la demanda por ellos seguirá creciendo.
Los gobiernos todavía deben construir para una flotilla creciente, pero asegurándose de sentar la infraestructura que necesitarán ya una vez que se llegue al límite que experimentaron los países ricos.
Por lo pronto, esto representa una importante oportunidad para los fabricantes, y de ahí su fuerte inversión en cadenas de suministro orientadas a los países emergentes.
En los países menos desarrollados, la demanda sigue creciendo a pasos acelerados. Indonesia verá sus ventas incrementarse en 9.8 por ciento, según Business Monitor International, un servicio de inteligencia comercial.
Mientas que la venta de autos en China está por crecer un 8 por ciento este año, para convertirse en el consumidor de este producto más grande en términos brutos, con más del doble que Estados Unidos.
En Perú, se espera un crecimiento del 22 por ciento en ventas durante el mismo periodo.
La única excepción a la regla parece ser Brasil, en donde las ventas crecerán tan solo un 3 por ciento.
Sin embargo, si la historia sirve de guía, esto no durará para siempre.
La capacidad instalada recientemente en México podría acabar sobrando en un futuro lejano, cuando los hábitos de los países emergentes se acerquen a los desarrollados.
De hecho, el mercado parece estar descontando ligeramente la posibilidad.
El índice de Bloomberg, de fabricantes de automóviles de Asia, que agrupa a las empresas más importantes del sector, todavía no alcanza sus niveles precrisis.
En este nuevo mundo, los fabricantes de autos tendrán que volverse más innovadores y flexibles, produciendo modelos “nuevos” en menor tiempo.
En pocas palabras, para convencer a la juventud, que se siente menos atraída por la idea de tener su propio coche, al menos en los países ricos, tendrán que ser más parecidos a empresas como Apple, creativas, por ejemplo, fabricando autos que se manejen solos o que usen menos estacionamiento y sean más fáciles de mantener.
El cambio también impactaría a las tesorerías de los gobiernos. Algunos países europeos, que tienen altos impuestos a los combustibles, verían menos recaudación.
En México, el efecto depende de las políticas que se instrumenten en el futuro.
Menos automóviles significa menos recaudación de tenencia, pero también menos gasto en subsidios. La medida en que la tenencia se quita o reduce por estado o los subsidios se mantienen o reducen, determinará el impacto que tendrá en el país la menor demanda de automóviles.
Sin embargo, por lo pronto, el escenario todavía es alentador para un país como el nuestro.
Y como diría John M. Keynes, un economista inglés del siglo pasado, el largo plazo no importa, pues “todos estaremos muertos”.
La industria automotriz, la estrella del dinámico sector exportador de la economía mexicana y el corazón del sector manufacturero estadounidense, sería la víctima más notable de una posible disrupción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Por ello, pese a que la administración de Donald Trump ha hecho oficial su intención de renegociar el acuerdo y no de desmantelarlo, la industria automotriz comienza a perfilar sus líneas rojas.
El grupo automotriz alemán BMW México afirmó que son inamovibles sus planes de invertir en una planta en San Luis Potosí.
“Nuestro proyecto de la planta de San Luis Potosí se desarrolla normalmente y mantenemos nuestro compromiso con el proyecto de la planta y con México”, aseguró el director de Comunicación Corporativa de la empresa, Vladimir de Mello.
No es ningún secreto que la industria automotriz mexicana está viviendo una época de éxito. El año pasado, la producción automotriz mexicana creció 1.7 por ciento, y las exportaciones automotrices crecieron 2.9 por ciento.
Con grandes inversiones anunciadas, ventas cada vez mayores, y una significativa generación de empleos, el sector automotriz es una de las industrias de mayor crecimiento en el país, y será parte crucial del crecimiento económico de México en el 2014, que se estima sea de aproximadamente 3.5 por ciento.